16 de mayo de 2024 (EIRNS) — "Estamos al borde de una guerra civil", advirtió con gravedad el ministro del Interior de Eslovaquia, Matúš Šutaj Eštok, a última hora del miércoles 15 de mayo, después de que un intento de asesinato al Primer ministro, Robert Fico, a primera hora de la mañana lo dejara luchando por su vida. "El pistolero disparó cinco veces... La primera información que tenemos es que se trata de un hecho por motivos políticos”, declaró Eštok, quien explicó que el pistolero, de 71 años, que decidió atacar a Fico debido a que las elecciones presidenciales del 6 de abril las ganó el colega de Fico, Peter Pellegrini. 

Pero la guerra civil en Eslovaquia es lo menos que puede suceder. Las preguntas más amplias son: ¿Quién estaba realmente detrás del descarado atentado contra Fico? ¿Y es éste nuestro "momento Sarajevo"? El asesinato del archiduque Francisco Fernando de Austria, heredero del trono austrohúngaro, el 28 de junio de 1914 en Sarajevo, fue la chispa que provocó el estallido de la Primera Guerra Mundial? 

Por lo demás, las condiciones están maduras para que estalle la Tercera Guerra Mundial, cuando Londres y Washington apuntan a un enfrentamiento frontal tanto con China como con Rusia. La cobertura mediática de los medios británicos sobre el ataque a Fico transmitió rápidamente el verdadero mensaje estratégico: Cualquiera que sea tachado de "pro-ruso" por oponerse a la guerra de la OTAN contra Rusia en Ucrania, es ahora presa fácil. El diario conservador británico The Telegraph, por ejemplo, tituló su reseña: "Cómo Fico convirtió a Eslovaquia en uno de los únicos aliados de Rusia". Financial Times reiteró el análisis anterior que había hecho en el sentido de que "Peter Pellegrini fue electo Presidente de Eslovaquia, consolidando el control de la coalición gobernante liderada por Robert Fico e inclinando al país aún más hacia Rusia". 

A los gobiernos de Hungría, Eslovenia, la República Checa y otros miembros de la OTAN que están planteando objeciones a la interminable (y perdida) guerra contra Rusia en Ucrania no se les escapará este punto. La próxima cumbre de la OTAN se celebrará del 9 al 11 de julio en Washington, DC. 

"Los próximos seis meses serán extremadamente peligrosos en todos los frentes", señaló Helga Zepp-LaRouche en su videoconferencia del Diálogo semanal del 15 de mayo, y el atentado a Fico es un ejemplo, porque todo el sistema transatlántico está en plena agonía de su desintegración. Pero también es un periodo de enormes oportunidades, explicó, ya que la mayoría de las naciones y pueblos del mundo están avanzando rápidamente hacia una nueva arquitectura internacional de seguridad y desarrollo. La cumbre de los BRICS del 22 al 24 de octubre en Kazán (Rusia) será un punto crítico de inflexión en ese proceso. 

Un aspecto esencial de esa segunda dinámica es la cumbre de dos días que se realizará en Pekín entre el Presidente de Rusia, Vladimir Putin y el Presidente de China Xi Jinping, que comienza hoy 16 de mayo. En una entrevista escrita con la agencia china Xinhua el 15 de mayo, Putin hizo hincapié en el "nivel sin precedentes de la asociación estratégica entre nuestros dos países" y dijo que cooperarían más en sectores de alta tecnología como la exploración espacial y la energía nuclear, así como en "la adopción generalizada de avances científicos, nuevas tecnologías e innovaciones" para impulsar la productividad laboral. 

Este enfoque, que ahora está adoptando la mayoría de la Humanidad, conduce a la muerte del sistema imperial mismo, y Londres lo sabe. El diario de la City de Londres Financial Times, advertía en un artículo publicado el 15 de mayo que Putin y Xi no se traen nada bueno entre manos: En su cumbre, van a "intercambiar ideas" sobre cómo "afinar una infraestructura financiera que pueda ser utilizada por otras naciones que buscan un antídoto contra la utilización del dólar como arma de Washington". 

Es necesario apartar de los puestos de poder a ese factor de locura clínica que domina a la mayoría de los gobiernos occidentales, antes de que la guerra mundial sea irreversible, y sus portadores deben recibir la atención médica adecuada en centros (seguros) de tratamiento psiquiátrico. ¿Cómo describir si no a personas como el senador Lindsey Graham, que instó al gobierno israelí a aplicar a Gaza "el tratamiento de Hiroshima"? ¿Y qué decir del ministro británico de Asuntos Exteriores, David Cameron, que dio instrucciones a Ucrania para que utilizara los misiles de largo alcance proporcionados por Gran Bretaña para atacar en lo más profundo de Rusia, y del secretario de Estado estadounidense, Tony Blinken, que dijo básicamente lo mismo? ¿O el ministro de Defensa israelí, Yoav Gallant, que declaró sin rodeos: "Estamos luchando contra animales humanos y actuamos en consecuencia"? ¿Y qué decir del senador Roger Wicker, que propuso en Fox News hace unos años que Estados Unidos "haga llover destrucción... sobre la capacidad militar de Rusia", y sugirió que también podrían utilizarse armas nucleares? 

¿Y qué diremos de la gente que permite que defensores de tales opiniones sigan siendo sus líderes políticos ungidos?