18 de abril de 2024 (EIRNS) — El viejo bastión de Brzezinski, la Fundación Jamestown, fundada por la CIA, organizó el 16 de abril en su sede de Washington una conferencia de un día entero con el llamado "Foro de las Naciones Libres de la Post-Rusia" (FNPRF, por sus siglas en inglés). Su tema fue "La ruptura de Rusia y la política de Occidente". Es decir, qué políticas son necesarias para garantizar que la "inevitable" fragmentación de la Federación Rusa entre unas 12 o 100 "naciones" diferentes redunde en beneficio de las potencias de la OTAN. 

Los oradores de la conferencia descartaron el peligro de una guerra nuclear o la preocupación por el caos que cualquier "ruptura" de Rusia desataría en el mundo. Les preocupa, sin embargo, que una "China depredadora" (según su calificación) pueda "entrar en acción" para recoger antes que ellos los pedazos de una Rusia escindida; por eso la OTAN está adoptando un "enfoque de 360 grados" en el mundo, explicó en su discurso de apertura la ex ministra polaca de Asuntos Exteriores y actual europarlamentaria Anna Fotyga. Pero la principal preocupación de esta facción es acallar cualquier interés estadounidense que pudiera intentar restablecer unas relaciones normales y pragmáticas con Rusia, o sabotear los planes del partido de la guerra para el derribo final de Rusia. 

Esto quedó muy claro en el último panel, una auténtica fiesta de “sombrereros locos” de los halcones de la guerra. Los tres ex embajadores estadounidenses (William Courtney, ahora en la corporación RAND;, William Taylor, ahora vicepresidente del mal llamado “Instituto Estadounidense para la Paz”; y John Herbst, ahora en el Consejo Atlántico), el presidente de la Fundación Jamestown, Peter Mattis, y la ex asesora principal del Departamento de Estado y Defensa Debra Cagan (ahora en el Consejo Atlántico) presentaron un mensaje unificado: ganar la guerra en Ucrania es esencial para lograr el cambio de régimen y la fragmentación de Rusia. 

Embajador Courtney: Fuimos amables con Rusia después de la desintegración de la Unión Soviética; esta vez será diferente: no habrá levantamiento de sanciones, no habrá acuerdos hasta que Rusia esté completamente fuera de Ucrania y haya un "cambio de régimen" liberalizador. Embajadora Taylor: El colapso de la Unión Soviética no acabó con el mundo; no debemos temer el desmembramiento de Rusia. Nuestro trabajo es proporcionar a Ucrania las armas que necesita para expulsar a Rusia de Ucrania. Embajador Herbst: Ganemos la guerra en Ucrania, y luego si Rusia se divide, podemos ocuparnos de ella. Cagan: Si Rusia se divide, ¿por qué debería importarnos? ¿Qué hay de malo en impulsar un cambio de régimen? 

El gobierno de Biden está "acobardada, cuando necesita ser fuerte", dijo Herbst. Hay gente, advirtió Cagan, que espera volver a las andadas con Rusia; ¡debe haber algo mal en sus cerebros! El problema son los partidarios de la no proliferación y el control de armamentos, a los que se hace caso. Herbst calificó a Jeffrey Sachs sin nombrarlo ("pero todos saben a quién me refiero") como ejemplo de ese problema. Tenemos que mantener "a raya" a nuestras empresas, a "nuestra camarilla kumbaya" y a nuestra camarilla del control de armamentos, advirtió. 

En los paneles anteriores intervinieron representantes de algunos de los cerca de 41 movimientos separatistas que la FNPRF pretende unir y armar, suplicando el reconocimiento oficial de sus "estados" por parte de Estados Unidos, y de sus manipuladores de la Fundación Jamestown.