Economía






Resumen electrónico de EIR, Vol.XXIII, núm. 20

Versión para imprimir

Regrese al inicio

Reportaje especial

Reportaje especial

La basura de Train, sucia de pe a pa

por Lyndon H. LaRouche

A continuación reproducimos la introducción al folleto que emitió el Comité de Acción Política Lyndon LaRouche (LaRouche PAC), “¿Tienes a Joseph Goebbels en tu universidad? El gobierno secreto de John Train y los banqueros”, cuya versión íntegra está disponible en inglés en www.larouchepac.com.

9 de octubre de 2006.

Mis propios antepasados franceses disfrutaron del privilegio de embarcarse hacia Quebec gracias al gran Jean–Baptiste Colbert. Por las mismas fechas, mis ancestros ingleses fueron transportados a lo que se conocía como “Nueva Inglaterra”, con la idea de crear un refugio para fomentar lo mejor de la civilización europea a una distancia considerable de la corrupción oligárquica que ha seguido imperando, de pe a pa, en la “vieja Europa”. Mis antepasados escoseses e irlandeses, entre ellos un dragón escocés que vino a liberar a los esclavos y su hermano, un reputado capitán de mar, arribaron a este continente aproximadamente dos siglos después, y más que nada emparentaron con las familias de los primeros colonizadores franceses e ingleses.

Eran personas como nosotros, la mayoría gente sencilla, pero orgullosa y trabajadora, orgullosa de lo mejor del legado de la civilización europea moderna. Y después hubo otros que llegaron, a quienes he llegado a considerar como los virtuales hijos de Satanás, del modo que son típicas las redes a menudo traicioneras de la Compañía de las Indias Orientales británica, como la notoria turba de la Convención de Hartford entre nuestras familias mejor acomodadas de la época. Por consiguiente, existen ciertas conexiones entre las familias de Europa que establecieron las colonias norteamericanas, como yo, que soy un pariente lejano del actual Presidente de Estados Unidos, pero eso no significa que todos sirvamos a la misma causa.

Cierto aspirante a Mefistófeles moderno, John Train, quien desde por lo menos abril de 1983 se ha considerado un destacado enemigo personal mío y de todo lo que yo represento, es típico de los casos sucios, pero muy sucios, de entre los colonizadores originales de lo que devino en esta nación. Él es, como muestra la documentación de las páginas siguientes, muy, pero muy sucio; algunos incluso dirían, como yo, traicionero. Él también es un agente adinerado de alto rango con un largo y sucio historial. Él encarna a aquellos en la tradición del Essex Junto, el traicionero Aaron Burr del Banco de Manhattan y la notoria Convención de Hartford, que siempre han querido, desde entonces, disolver la república constitucional estadounidense hasta convertirla en el rincón olvidado de un imperio globalizado de los liberales imperiales angloholandeses.

Prácticamente desde el momento en que el presidente Franklin Roosevelt murió, los liberales yanquis que “calzan de blanco”, de la ralea de Train, han trabajado al cobijo de una amplia red de inteligencia mundial ligada al infame James Jesus Angleton y las redes del profesor Sidney Hook, con la intención de subvertir y destruir nuestra república. Han tenido, como el Angleton de Allen Dulles, nexos y alianzas profundas y duraderas con el núcleo pertinente del aparato nazi internacional que nosotros conocemos a partir de ciertas conexiones de la España del Franco fascista, como la familia ampliada de William F. Buckley hijo y, por ende, el régimen fascista del Pinochet al que pusieron en el poder en Chile contemporáneos hoy activos tales como George P. Shultz, Henry A. Kissinger y Félix Rohatyn.

“¿Tienes a Joseph Goebbels en tu universidad? El gobierno secreto de John Train y los banqueros”, es el nuevo folleto de LaRouche PAC.

Entre los encargados de ejecutar las operaciones goebbelianas en las universidades estadounidenses, destaca uno de los peones de Train y Lynne Cheney, el ex estalinista convertido en derechista David Horowitz.

Al presente las actividades de Train están enormemente entrelazadas con la orientación y financiamiento de la labor perversa que viene realizándose bajo la dirección de la esposa del Vicepresidente, la notoria Lynne Cheney, quien representa una figura mucho más importante, a su propia manera subrepticia vinculada con Londres, que la piltrafa obviamente brutal que tiene por esposo.

Ante este telón histórico de fondo, los adultos jóvenes en edad universitaria son, con justicia, una fuerza marginal importante en las elecciones presidenciales de EU y algunas otras. El ex presidente Bill Clinton, por ejemplo, cualquier día de estos podría movilizar un margen probablemente decisivo de apoyo político de los estudiantes universitarios en edad de votar, a favor de cualquier candidato a un puesto importante que valiera la pena. La esposa del vicepresidente Cheney, quien opera en confabulación con ese viejo Mefistófeles de perversidad tan patente como el ex agente del Paris Review, John Train, está decidida a lavarle el cerebro a los actuales jóvenes universitarios en edad de votar para que no participen en las elecciones intermedias de noviembre del 2006. La operación de Cheney y Train están lavándole ya el cerebro a muchos jóvenes estudiantes universitarios de una sugestionabilidad lamentable para cumplir esta misión, y quizás otras aun más siniestras.

En las páginas siguientes, conoce los hechos verdaderos acerca del John Train de Lynne Cheney; la existencia de tu nación podría depender de ello.