Economía






Resumen electrónico de EIR, Vol.XXIII, núm. 20

Versión para imprimir

Regrese al inicio

Internacional

 

¿Cheney trama un ataque nuclear contra Irán?

por Jeffrey Steinberg

Fuentes militares y de inteligencia que consultó EIR no descartan la posibilidad del ataque sorpresa “Golpe Global” ordenado por la Casa Blanca, sin que medie provocación alguna, contra objetivos iraníes antes de las elecciones intermedias del 7 de noviembre en Estados Unidos. De hecho, varios profesionales militares y de inteligencia encumbrados identificaron el período del 4 al 18 de octubre como la posible oportunidad para emprender semejante “ataque preventivo” preelectoral.

Los planes operacionales para dicho ataque acaban de actualizarse, y podrían ponerse en ejecución prácticamente de inmediato, con el uso de bombarderos y proyectiles estratégicos de largo alcance, y de aviones de combate estacionados en portaviones que ya están en el océano Índico y la región del golfo Pérsico o muy cerca, según un diplomático estadounidense. “Los militares trazaron los planes, pero odiaron hacerlo. Esperen renuncias en masa a nivel de oficiales de darse las órdenes de ataque”, advirtió la fuente.

Es más, en la secuela de la fallida campaña de bombardeo de “conmoción y espanto” de Israel en la reciente guerra del Líbano, no descarten que EU use bombas nucleares “rompe búnkeres” en un ataque contra objetivos fortificados en Irán, indican varias de las fuentes.

Los combatientes de Hizbulá esperaron a que pasaran las primeras semanas del bombardeo israelí en búnkeres subterráneos con aire acondicionado, y luego salieron para lanzar una andanada de más de 4.000 cohetes y proyectiles contra objetivos israelíes. El impacto psicológico de la lluvia de proyectiles en el norte de Israel llevó al Gobierno de Ehud Olmert a desplegar fuerzas terrestres en el traicionero sur del Líbano, lo que le acarreó una segunda debacle militar a Israel a manos de curtidos guerrilleros bien adiestrados de Hizbulá.

En tanto que profesionales militares señalaron la victoria de Hizbulá como un parteaguas en la situación político–militar de la región extendida del Sudoeste de Asia y el golfo Pérsico, se dice que los fanáticos en la Casa Blanca de Bush y Cheney vienen inclinándose por emprender una ofensiva militar contra la república islámica de Irán en el corto plazo.

Los llamados “emplazamientos de armas nucleares” iraníes están mucho más reforzados y podrían resistir cualquier bombardeo convencional, según especialistas militares. Por eso no puede desecharse la opción de los “rompe búnkeres” nucleares, a pesar de la enérgica “revuelta de los generales” de principios de año, que por un tiempo obligó a la Casa Blanca a eliminar el uso de armas nucleares tácticas de los planes de contingencia.

Advertencias Públicas

Mientras que los medios de difusión de la élite han encubierto de pe a pa los planes de la Casa Blanca para atacar de manera artera a Irán, varios órganos de centros ideológicos y servicios electrónicos de noticias han dado la voz de alarma:

• El 23 de septiembre el ex senador demócrata Gary Hart (por Colorado), quien a fines de los 1990 encabezó una comisión del Congreso sobre la vulnerabilidad de EU ante un ataque terrorista, advirtió que la Casa Blanca de Bush tramaba una “sorpresa de octubre” en la forma de un bombardeo a Irán. El Senador Hart fue tajante en Huffington Blog: “No sería de sorprender que el Gobierno de Bush emprendiera una guerra preventiva contra Irán en algún momento antes de las elecciones de noviembre. Si fueran tiempos más normales, ésta sería una posibilidad pasmosa que gente razonable pronto rechazaría por peligrosa, no provocada y apartada de nuestro carácter nacional. Pero no vivimos en tiempos normales, y no tenemos un gobierno que se preocupe mucho por nuestro carácter nacional. Si acaso, nuestro gobierno actual pretende reconvertir nuestro carácter nacional en algo que nunca ha sido”.

El senador Hart resumió el plan bélico del “Golpe Global”: “Se desplegarán aviones cisterna de la Fuerza Aérea para abastecer de combustible a bombarderos B–2, se ubicarán barcos de la Armada con proyectiles crucero en lugares estratégicos en el norte del océano Índico y tal vez en el golfo Pérsico, aviones teledirigidos recabarán información sobre los objetivos, y equipos comando refinarán dicha información. Los últimos dos pasos ya se están dando”.

Sin duda, fuentes militares de EU han confirmado que desde mediados de 2004 unidades especiales de reconocimiento han incursionado en Irán, instalado sensores y reclutado agentes de inteligencia para preparar el campo de batalla para un ataque aéreo estadounidense.

• El 26 de septiembre el columnista Paul Craig Roberts escribió “Por qué Bush atacará con armas nucleares a Irán”, donde dice que “el Gobierno neoconservador de Bush atacará a Irán con armas nucleares tácticas, porque es la única manera en que los neoconservadores creen poder rescatar su meta de imponer una hegemonía de EU (e Israel) en el Oriente Medio”.

• Semanas antes de las advertencias de Hart y Roberts, la Fundación Century publicó el análisis del coronel Sam Gardiner, un respetado estratega y planificador de guerra de la Fuerza Aérea estadounidense, “El fin de la ‘diplomacia veraniega’: Evaluación de las alternativas militares de EU en Irán”, en el que detalla la lógica desarticulada de la Casa Blanca de Bush que está llevando a un ataque militar contra Irán, dirigido a cambiar el régimen, y no a atrasar ni destruir el supuesto programa secreto de armas nucleares de la república islámica. En lenguaje llano, el coronel Gardiner indicó por qué un ataque a Irán ocurriría más bien pronto que tarde:

“La espera lo hace más difícil. En la historia de la guerra predominan los atacantes que decidieron que era mejor atacar primero que esperar. Una fuente de la ofensiva de Washington para asestarle un golpe al programa nuclear iraní hizo la observación estratégica de que si dicho ataque es de hecho inevitable, entonces es mejor emprenderlo más temprano que tarde”.

El coronel Gardiner señaló que la orden de batalla para la fase I de la guerra contra Irán requeriría que prácticamente no hubiera demora alguna en poner efectivos en posición, y habló de la propaganda creciente como el indicador clave del ataque inminente: “Los indicios más significativos provendrán de esfuerzos estratégicos influyentes por establecer un apoyo político interno. La serie de discursos presidenciales sobre terrorismo es un comienzo, pero espero que haya más. Un tema que está surgiendo en el apremio por acabar de vender esto parece ser el de que Irán amenaza la existencia de Israel. Podemos esperar que el número de referencias del gobierno a Irán aumente de manera significativa, y que incluya tres temas: el programa nuclear, el terrorismo y la amenaza a la existencia de Israel”. Gardiner advirtió que es probable que el Gobierno de Bush ataque sin procurar la aprobación del Congreso, y concluyó de forma ominosa: “La posibilidad de atacar a Irán sigue vigente”.

Dick y Lynne Cheney a bordo del buque de guerra USS Iwo Jima. La capitulación del Senado estadounidense a la “ley de la tortura” del vicepresidente Cheney aumenta las probabilidades de que éste ordene un ataque “sorpresa” temerario contra Irán. (Foto: fotógrafa oficial de segunda clase Julianne F. Metzger/Departamento de Defensa de EU).

• Meses antes del informe de Gardiner, The National Interest, el periódico del Centro Nixon, publicó un análisis detallado del coronel (r.) W. Patrick Lang y Larry C. Jonson —dos especialistas en el Oriente Medio con décadas de experiencia militar y de inteligencia—, “Considerando los pros y los contras”, que echa por tierra la noción de que EU o Israel tienen alternativa viable alguna para enfrentar a Irán. Con un enfoque bastante desapasionado, informan que: “Amigos en la comunidad de inteligencia nos dicen que funcionarios civiles del Departamento de Defensa llevan casi dos años presionando con agresividad por ‘hacer algo violento’ en Irán. Pero, antes de embarcarnos en otra operación militar, tenemos que considerar los costos; tenemos que asegurarnos de estar dispuestos a pagarlos; y debemos asegurar que neoconservadores entusiastas no se sientan tentados a decir —si la aventura de Irán termina en desventura— que era imposible prever consecuencias negativas. Muchas cosas malas podrían pasar si emprendemos una guerra preventiva contra Irán. Antes de actuar, tenemos que considerar minuciosamente cuáles son nuestras opciones militares viables”.

El Movimiento de Juventudes Larouchistas (LYM) desenmascara a los oligarcas financieros belicistas que quieren la guerra perpétua, durante un despliegue en la Universidad George Washington. Los carteles del LYM rezan: “LaRouche a Rumsfeld: Roosevelt derrotó a los nazis; los Bush colaboraron con ellos”. (Foto: Dan Sturman/EIRNS).

Lang y Johnson descartaron de antemano una invasión terrestre convencional; pusieron en tela de duda la viabilidad de emprender ataques con comandos y aéreos; desvanecieron cualquier ilusión de un posible ataque israelí contra instalaciones nucleares en Irán; y luego detallaron las capacidades de respuesta asimétrica de los iraníes, y concluyen que: “Al final, puede que resulte necesario enfrentar militarmente a Irán por su condición de potencia nuclear naciente, pero el precio sería tan alto que debe agotarse todo recurso diplomático antes de adoptar tales medidas”.

La barahúnda en el Congreso

La patética capitulación bipartidista ante la Casa Blanca de Bush y Cheney en cuanto a la condición de los “combatientes enemigos”, sólo servirá para que Dick Cheney y el siempre más loco presidente George W. Bush se lancen a un ataque sorpresa temerario contra Irán. Un puñado relativo de congresistas de ambos partidos han enfrentado la tendencia capituladora de las cúpulas tanto demócrata como republicana.

El 29 de septiembre el representante demócrata Dennis Kucinich (por Ohio) presentó una resolución ante la Cámara, en la que le da a la Casa Blanca 14 días para entregar ciertos documentos sobre Irán, como inteligencia sobre su programa de energía nuclear y su “capacidad para amenazar a EU con armas nucleares”; sobre la decisión de “quitar del poder al régimen gobernante en Irán”; detalles de cualquier “operación encubierta que lleven a cabo las Fuerzas Armadas de EU en Irán”; detalles en cuanto a la “creación de una nueva oficina en el Departamento de Defensa con un alcance, función o mandato similares a los de la antigua Oficina de Planes Especiales”; cualquier orden de la Armada estadounidense de “preparación de despliegue” a aguas cercanas a Irán; y cualquier estimado nacional de inteligencia u otro documento sobre las consecuencias, entre ellas las económicas, de un ataque estadounidense contra ese país.

Ese mismo día el representante republicano Wayne T. Gilchrest (por Maryland) y otros 19 representantes republicanos y demócratas le escribieron al presidente Bush un llamado a que inicie el diálogo directo con Irán, “tan pronto como sea posible”, donde señalan que “más de 25 años de aislar a Irán nos han alejado, no acercado, al logro de estos objetivos”.

—Traducción de Fernando Espósito y Diego Bogomolny del LYM.