Iberoamérica






Resumen electrónico de EIR, Vol.XXIII, núm. 16

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Reportaje especial

 

¿Desencadenará una ‘sorpresa de octubre’ la guerra mundial?

por Jeffrey Steinberg y Gretchen Small

Lyndon LaRouche advirtió el 11 de enero de 2006 del peligro de una nueva guerra en el Oriente Medio. Habló de un posible timo con “armas de gran poder destructivo falsas” urdido por el vicepresidente estadounidense Dick Cheney y el ex primer ministro israelí Benjamín Netanyahu. LaRouche dijo:

“También tenemos una situación delicada y en extremo peligrosa en Israel, en la que está envuelto [el presidente George W.] Bush, pero de manera más específica el vicepresidente Dick Cheney. Como saben, Ariel Sharon está muy enfermo, incapacitado y probablemente nunca más participe en un gobierno en Israel; no se sabe, dado su estado, si sobrevivirá o no, y si vive, si podrá funcionar.

“El peligro es que Benjamín Netanyahu, uno de los personajes importantes más feos en el ámbito israelí, sostiene pláticas con la gente del vicepresidente Cheney, y al vicepresidente Cheney le gustaría que Netanyahu emprendiera un ataque contra Siria; y que si las fuerzas de Israel llegaren a ocupar territorio sirio en ese ataque, que sacaran a relucir del desierto pruebas, creadas con ese propósito, del territorio ocupado por Israel, que ‘demuestren’ que Saddam Hussein tenía armas de gran poder destructivo, pero que las trasladó a Siria. Pero estas ‘pruebas’ las llevarían a Siria los israelíes desde el desierto israelí, donde las tienen guardadas en preparación para esta operación.

“Eso es lo que está pasando.

“Podríamos tener una explosión en toda la región del Sudoeste de Asia, y la muerte súbita de muchos soldados adicionales a causa de esa complicación; más soldados estadounidenses que los que han muerto hasta ahora.

“Ésta es la tétrica situación en la cual la virtual traición de un Vicepresidente de Estados Unidos, que es un mentiroso conocido, amenaza a la civilización y a nosotros aquí en particular”.

LaRouche: No a un Líbano al sur de la frontera de EU

En otro frente del mismo caos mundial, que a primera vista pareciera no tener conexión con la crisis en el Oriente Medio, el ancien regime de México, el Gobierno de Vicente Fox y los intereses financieros sinarquistas internacionales que lo apuntalaron, están alarmados con la inesperada resistencia de los mexicanos a entregarles así como así la Presidencia de México. Ellos habían pronosticado que las manifestaciones contra la victoria fraudulenta de su candidato, Felipe Calderón del Partido Acción Nacional (PAN), durarían tal vez un par de semanas, pero esperaban llegar finalmente a un acuerdo en el que se aceptara la victoria de Calderón y desapareciera el fermento.

Sin embargo, el candidato del Partido de la Revolución Democrática (PRD), Andrés Manuel López Obrador, se ha rehusado a seguirle el jueguito a un sistema que ha arrojado a la miseria a millones de mexicanos. Negándose a tranzar, incluso con la oferta de un gobierno de “coalición”, se apega a su demanda de que se recuenten todos los votos, con observadores más imparciales. Como dijo el 2 de agosto en el Zócalo, la plaza principal de la Ciudad de México, ¿cómo puede considerarse válida una elección en la que se han documentado “errores aritméticos” en más de 60% de las casillas electorales? Si Calderón se siente tan seguro de su victoria, ¿por qué no quiere aceptar el recuento de los votos?

Conforme crece el fermento colectivo, el bando del ancien regime debate qué hacer, antes de que la situación se les salga de las manos. A pesar de los titulares amarillistas de “Secuestran la ciudad” y demás, todos saben que las fuerzas de López Obrador aún no hecho nada en comparación con lo que podría pasar de imponerse el fraude.

Algunos fanáticos han planteado la posibilidad de desmantelar por la fuerza los campamentos permanentes con los que López Obrador ha paralizado el centro de la Ciudad de México como parte de la resistencia pacífica de la población para presionar por el recuento. El secretario de Gobernación Carlos Abascal declaró “ilegales” los campamentos el 2 de agosto, y exigió que el gobierno de la Ciudad de México, encabezado por simpatizantes de López Obrador, tome medidas para quitarlos. Un día antes el presidente Fox había declarado de forma ominosa que la función del Ejército consiste en salvagardar la legalidad y las “instituciones” del país.

LaRouche advirtió el 4 de agosto: Cualquier intento tal por desalojar los campamentos por la fuerza sería un guión para reventar al país entero. La gente en Washington debiera considerar que si el Gobierno de Fox intenta llevarlo a la práctica, Estados Unidos enfrentaría un Líbano al sur de su frontera.

Nuestra decisión de publicar esto

Ahora, en las últimas semanas, los expertos de EIR han recibido una serie de informes de diferentes fuentes estadounidenses e israelíes calificadas, que sugieren que la Casa Blanca de Cheney y Bush está presionando, en su desesperación, por una serie de planes para una “sorpresa de octubre”, todos encaminados a que el Partido Republicano libre las elecciones intermedias al Congreso en noviembre de 2006, sin importar si con esto hunden al planeta en la guerra.

La información que está recibiendo EIR proviene de diferentes círculos de inteligencia sin relación entre sí, con un historial probado, aunque no siempre perfecto, de precisión. Dichos informes, a su vez, se han cotejado con expertos y agencias de varios países, quienes, en algunos casos, han añadido sus propias evaluaciones o detalles. Tomando en consideración la tendencia de estas advertencias, EIR decidió que era necesario dar a la luz este informe, haciendo de antemano las advertencias correspondientes.

Desde que el vicepresidente Cheney (der.) se reunió con el ex primer ministro israelí Banjamín Netanyahu (izq.) en Beaver Creek, EU, EIR advirtió de la inminencia de una guerra extendida por el Oriente Medio. Ahora numerosas fuentes de inteligencia nos dicen que es probable que se dé una “sorpresa de octubre”. Como dijo una de ellas: “Está totalmente dentro del dominio de la probabilidad que en algún momento antes de las elecciones de noviembre esta Casa Blanca, con Bush, Cheney y Karl Rove (centro), intentará alguna clase de maniobra desesperada como un incidente con armas de gran poder destructivo falsas. ¿No fue la propia guerra de Iraq precisamente consecuencia de un fraude tal con armas de gran poder destructivo?” (Fotos [Rove y Cheney]: illinoisleader.com; Johny Bivera/Marina de EU, con adaptación de Stuart Lewis/EIRNS).

Por un lado, ningún candidato demócrata de EU puede decir con honestidad que no se le ha advertido de la posibilidad de semejante urdimbre asquerosa que emana de la Casa Blanca de Cheney, Bush y Karl Rove. Conforme los acontecimientos se salgan cada vez más de control en la región del sudoeste y el centro de Asia, en particular en Iraq y Afganistán, y a medida que el mundo se acerque más y más a una catástrofe financiera de reacción en cadena, el nivel de desesperación en y alrededor de la Casa Blanca alcanzará proporciones cataclísmicas. Como comentó un alto funcionario de la inteligencia estadounidense sobre la posibilidad de una “sorpresa de octubre”: “Está totalmente dentro del dominio de la probabilidad que en algún momento antes de las elecciones de noviembre esta Casa Blanca, con Bush, Cheney y Karl Rove, intentará alguna clase de maniobra desesperada como un incidente con armas de gran poder destructivo falsas. ¿No fue la propia guerra de Iraq precisamente consecuencia de un fraude tal con armas de gran poder destructivo?”

Una fuente israelí muy vinculada al Partido Kadima del primer ministro Ehud Olmert advirtió posteriormente que la estratagema de la que advirtió LaRouche el 11 de enero, podía ser un elemento del actual bombardeo e invasión del Líbano por parte de Israel, a pesar de que se dice que elementos más cuerdos dentro de las instituciones militares israelíes consideran que semejante intento de que fuerzas israelíes siembren pruebas falsas de la existencia de armas de gran poder destructivo en territorio sirio “no sería creíble”, y conllevaría el riesgo de que les saliera el tiro por la culata, con un gran daño político.

Extraño encuentro en las montañas Rocosas

La sospecha de que la trama de una “sorpresa de octubre” está en ciernes, la ha reforzado el hecho de que el vicepresidente Cheney y el ex primer ministro Netanyahu participaron en una reunión, ahora famosa, a mediados de junio, en la conferencia del American Enterprise Institute en Beaver Creek, Colorado. Netanyahu anunció por todas partes que él le comunicó los mensajes de Cheney al Gobierno del primer ministro Olmert, en una sesión de “ex primeros ministros” en la que participó inmediatamente después de su regreso a Israel. Unas semanas más tarde, aviones caza israelíes llovieron bombas sobre el Líbano, en preparación para la invasión terrestre de las Fuerzas de Defensa de Israel, que ya atacaron el valle de Bekaa al este del Líbano, cerca de la frontera siria.

Fuentes regionales advierten que, aunque quizás ni Israel ni el Gobierno estadounidense quieren ver que la guerra en el Líbano se propague hacia Siria, entre más dure la intervención militar israelí dentro del Líbano, más grande es la probabilidad de que las fuerzas israelíes amplíen sus operaciones hacia territorio sirio. Si los israelíes arrastran con sus acciones a Siria a la guerra, no se sabe cuánto tiempo se mantendrá Irán al margen. Entonces nada detendría una guerra general en el Oriente Medio.

Con su bombardeo implacable contra el Líbano, dijo LaRouche, “Israel se ha metido en algo que es una soberana estupidez y un soberano suicidio”. Beirut en julio pasado. (Foto: Embajada del Líbano en EU).

Un informe reciente del Deutsche Bank advirtió que cualquier conflicto en el Oriente Medio que se extendiera a Siria e Irán, casi de seguro cerraría el estrecho de Ormuz, la ruta principal de los buques petroleros del golfo Pérsico, lo cual dispararía el precio del petróleo a 200 dólares el barril.

Otras ‘sorpresas de octubre’

Una fuente muy confiable de la inteligencia estadounidense dijo que las redes de Cheney fraguan otra “sorpresa de octubre”. Esta operación implica al traficante de armas iraní y notorio embustero del Irán–contra, Manucher Ghorbanifar. Según la fuente, durante la guerra entre Irán e Iraq de 1980–88, Irán ocupó brevemente una isla iraquí y confiscó armamento químico. Ahora se dice que Ghorbanifar pretende obtener algunas de esas armas químicas “iraquíes” y entregárselas a unidades de Fuerzas Especiales estadounidenses en Iraq, quienes las sembrarían en el país y las “descubrirían” en el momento propicio, justo antes de las elecciones de noviembre en EU. Se dice que los planes de Ghorbanifar son recibir 25 millones de dólares por lo que se etiquetarán como “armas químicas iraquíes” relativamente nuevas.

Un especialista estadounidense en inteligencia con vínculos estrechos en Pakistán reveló otra más de las tramas para rescatar a los republicanos en noviembre. La fuente dijo que EU sigue aferrado al Gobierno de Hamid Karzai en Afganistán, el cual enfrenta la insurgencia creciente del Talibán, que ha hecho tratos con algunos de los principales narcotraficantes del país (Afganistán produce cerca del 90% del opio del mundo). Según la fuente, el Gobierno de Bush, al trabajar a través de los servicios de inteligencia pakistaníes, indica una disposición a permitir que el Talibán retome el poder, a cambio de la eliminación de Osama bin Laden y el número dos al mando de al–Quáeda, Ayman al–Zawahiri.

A fuentes diplomáticas árabes y europeas les parece que podría contarse con que la Casa Blanca de Bush, en particular Cheney y Rove, podría intentar una “sorpresa de octubre” desesperada. Un experto alemán en el Oriente Medio también dijo que debía tenerse cuidado de no limitar demasiado los blancos potenciales. Advirtió que la situación en Iberoamérica ofrece otro blanco de oportunidad para semejante pandemónium, en especial dada la inestabilidad que podría derivarse de la muerte de Fidel Castro en Cuba y los planes de reventar las cosas en Venezuela, donde el presidente Hugo Chávez es el hombre al que el Gobierno de Bush adora odiar.

Irónicamente, el peligro de que EU sufra otro ataque importante de guerra asimétrica crece a pasos agigantados; no porque la Casa Blanca tenga el sueño húmedo de que un “nuevo 11–S” aglutinará al pueblo estadounidense en torno a Bush, sino por el odio contra EU que aumenta con rapidez por todo el mundo, y en especial entre el mundo árabe, por la percepción de que Washington está detrás del ataque asesino de “pavor y conmoción” de Tel Aviv contra el Líbano soberano.