Evaluación estrtégica
Resumen electrónico de EIR, Vol. XXII, núm. 23

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LaRouche le dice a Cheney:
¡Ya vete!

 

No es más que cuestión de tiempo para que el vicepresidente estadounidense Dick Cheney caiga. (Foto: soldado de primera clase John D. Crawford/Ejército de los EU).


El Comité de Acción Política Lyndon LaRouche o LaRouche PAC emitió una declaración en la que informa que Lyndon LaRouche pidió el 1 de noviembre la salida inmediata del vicepresidente estadounidense Dick Cheney de su cargo.

En vista del encausamiento penal del jefe de gabinete y máximo asesor de seguridad nacional de Cheney, I. Lewis "Scooter" Libby, bajo cinco cargos de perjurio por mentirle a un gran jurado federal; y a raíz de la intervención del jefe de la bancada demócrata Harry Reid (por Nevada), quien convocó al Senado a realizar una sesión extraordinaria a puerta cerrada para acabar con el obstruccionismo de la Casa Blanca a la fiscalización por parte del Senado de los crímenes de este gobierno, LaRouche detalló cuatro razones precisas por las que Cheney tiene que irse, pero ya.

1. Cheney mintió de forma reiterada y coludido con otros, para arrastrar a los Estados Unidos a la guerra contra Iraq. El encausamiento de Libby, a cargo del fiscal especial Patrick Fitzgerald, elimina cualquier dejo de duda sobre las circunstancias en las que los Estados Unidos le declararon la guerra a Iraq. La declaración de guerra de los Estados Unidos se basó en una conspiración descarada de mentiras que encabezaron el Vicepresidente y otros. Ya han muerto 2.000 soldados estadounidenses en Iraq, y más de 15.000 han sufrido heridas de gravedad, junto con cientos de miles de iraquíes.

El MJL organiza el 14 de octubre frente a la Casa Blanca. La manta reza: “Dios le dijo a Bush: Vete por las buenas. . . y llévate a Satanás contigo”.
(Foto: Dan Sturman/EIRNS).

Lyndon H. LaRouche

2. En esta campaña de mentiras, Cheney conspiró con una notoria organización fascista internacional que está implicada en atentados terroristas de envergadura. Algunas de las mentiras que Cheney y otros propagaron, en particular las del fraude del mentado óxido de uranio de Níger, las urdió una organización fascista internacional que antes encabezaba el nazi de la Segunda Guerra Mundial Licio Gelli. Dicha organización, la logia Propaganda Dos (P–2), fraguó las "pruebas" falsas con las que se embaucó al Congreso estadounidense para que votara a favor del fraude de la guerra contra Iraq. El actual primer ministro italiano Silvio Berlusconi, un ex miembro de la logia fascista P–2, fue central en lo del fraude de Níger; y otro ex integrante de la logia P–2, el fascista universal estadounidense declarado Michael Ledeen, fue otro de los protagonistas centrales del fraude de la guerra. Esta misma logia P–2 estuvo detrás de la ola de terrorismo de 1970–1982 en Italia, que en general se conoció como la "estrategia de tensión", y en la que ocurrieron el secuestro y asesinato del primer ministro italiano Aldo Moro en 1978, y el bombazo contra la estación del ferrocarril de Bolonia en 1980, en el que murieron más de 80 personas.

Dentro del Gobierno de Bush, el fraude del óxido de uranio de Níger lo coordinó personalmente el vicepresidente Cheney. Como señala la orden de encausamiento de Fitzgerald contra Lewis Libby, en cuatro apartados diferentes, el vicepresidente Cheney fue quien le reveló a Lewis Libby la identidad de la agente de la CIA Valerie Plame Wilson, la esposa del ex embajador Joseph Wilson IV. Tanto Cheney como Libby sabían que ella trabajaba para la División de Contraproliferación de la CIA, que forma parte de la Dirección de Operaciones, y, por ende, tanto Cheney como Libby sabían que Valerie Plame Wilson era una agente encubierta de la CIA cuando le soltaron la sopa al columnista nacional Robert Novak.

3. Cheney es el autor de la política de tortura a prisioneros en Iraq, Afganistán y otras partes, que el Gobierno de Bush le copió a los nazis. Por estas maniobras, Cheney tiene que renunciar de inmediato, así como también debe despedirse al instante a aquéllos que, al igual que David Addington y John Hannah del gabinete del Vicepresidente, fueron protagonistas decisivos —bajo Cheney— de la política abierta del Gobierno de Bush de torturar, en violación de las Convenciones de Ginebra y otras resoluciones de la ONU avaladas por los Estados Unidos. Como hasta el Washington Post reconoció, el legado de Cheney es uno de fomento de la tortura. Ése es un crimen de Núremberg, y en la Casa Blanca no hay cabida para individuos que rememoran los actos de tortura brutal de los nazis contra cualquier ser humano.

4. El nombramiento de Alito a la Corte Suprema de los Estados Unidos es intento vulgar por alejar la atención de los crímenes de Cheney. El nombramiento de Samuel Alito, Jr. a la Corte Suprema de los Estados Unidos el 31 de octubre de 2005 no fue sino un esfuerzo de la Casa Blanca de Bush y Cheney por apartar la atención de los crímenes del Vicepresidente. LaRouche calificó el nombramiento de "una cortina de humo que tendieron para desviar la atención de las investigaciones contra Cheney". El Senado de los Estados Unidos debe negarse a considerar lo del nombramiento de Alito en tanto no se bote a Cheney de su cargo. Cualquier otro plan de acción sería una traición a los Estados Unidos y al mundo civilizado.

Tanto la investigación del fiscal especial Fitzgerald como sus propias acciones han dejado a descubierto a Cheney como un mentiroso y un torturador. Esta conducta rebasa con mucho la norma sobre "delitos y faltas graves" de la Constitución federal de los Estados Unidos, cuyos efectos tienen implicaciones que equivalen a traición, reza la declaración de LaRouche PAC, comité que también insta a ver la presentación que dará LaRouche este 16 de noviembre en vivo por www.larouchepac.com/spanish y www.larouchepub.com/spanish, con interpretación simultánea al español, a la 1 p.m., hora del este de los Estados Unidos.