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Resumen electrónico de EIR, Vol.XXII, núm. 9
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El Parlamento italiano aprueba el Nuevo Bretton Woods de LaRouche


Como parte de su campaña para instaurar un nuevo orden mundial más justo,
Lyndon LaRouche habló el 23 de junio de 2000 en la conferencia “Hacia un Nuevo
Bretton Woods” en Roma. La conferencia tuvo lugar en la Sala del Cenácolo de la
Cámara de Diputados. De izq. a der.: Claudio Celani, LaRouche y Paolo Raimondi.
(Foto: Gabriele Carnelli).

or Nancy Spannaus

No podría ser más oportuno. Justo cuando el sistema del dólar sufre otro ajuste violento a la baja, con el anuncio de un déficit de cuenta corriente sin precedentes, General Motors al borde de la quiebra y los precios del crudo por las nubles, la Cámara de Diputados del Parlamento italiano aprobó el 6 de abril una propuesta para convocar a “una conferencia internacional a nivel de jefes de Estado y de gobierno similar a la realizada en Bretton Woods en 1944, para crear un nuevo sistema monetario y financiero mundial más justo”.

Varios diputados tuvieron un nutrido debate sobre la propuesta N. 1–00230 el 14 de marzo, que fue directamente inspirada por el movimiento de Lyndon LaRouche.

Esto no sólo refleja el intenso proceso de discusión que ha habido en torno a la propuesta del Nuevo Bretton Woods de LaRouche en los últimos 7 años, sino el hecho de que destacados políticos internacionales han caído en cuenta que la desintegración del sistema financiero mundial es lo que está generando la actual serie de crisis económicas y de política exterior. Aunque muchos de ellos saben que el apoyo para reformar el sistema monetario con un nuevo Bretton Woods tiene que venir de los ahora desquiciados Estados Unidos, también reconocen que darle apoyo público a las propuestas de LaRouche puede ser útil para devolverle la cordura a ese país.

La propuesta de Lettieri

El diputado Mario Lettieri, secretario de la Comisión de Finanzas de la Cámara de Diputados y miembro del partido de oposición de centro–izquierda “La Margherita”, encabezó el debate. Lettieri redactó la propuesta en el 2004, en colaboración con el representante de LaRouche en Italia, Paolo Raimondi, y por fin pudo llevarla a debate más de un año después. Lettieri resumió con energía y precisión el desastre financiero actual, y la alternativa del sistema de Bretton Woods de Franklin Roosevelt y del Nuevo Bretton Woods de LaRouche:

“Señor presidente, es bien sabido que el año pasado fue el aniversario de la fundación del sistema de Bretton Woods, con el cual, en 1944, fue planificada la estructura económica y financiera mundial. Bretton Woods, pese a ciertos conceptos monetaristas, primero y antes que nada pretendía ser un sistema de reconstrucción económica más que nada apoyado por el Presidente de los Estados Unidos, Franklin Delano Roosevelt.

“La meta era el desarrollo de la economía real de las naciones, apoyado y fomentado por las finanzas y el crédito. Por desgracia, esto no es lo que sucedió, o al menos no siempre: tras la muerte de Roosevelt, las finanzas internacionales a gran escala de inmediato empezaron a socavar ese espíritu de crecimiento con el que no sólo pretendía superarse el colonialismo, sino también derrotarse la miseria y el subdesarrollo de los países del Tercer y el Cuarto Mundos.

“La realidad, por desgracia, es muy diferente; las estadísticas son impresionantes, en especial si vemos los países de África y Asia. Aún hay guerras, miseria, enfermedades y muerte. Les ahorraré las cifras, que la prensa especializada y otros medios han publicado de forma copiosa.

“En 1971 Nixon decretó el fin del sistema de Bretton Woods, y eso le abrió las puertas a la especulación a gran escala y a enormes burbujas financieras. En los años recientes, la gente incluso ha llegado al grado de creer que la riqueza ya no la produce el trabajo, la industria, la agricultura, y la aplicación de la investigación científica y tecnológica en los sectores productivos de la economía, sino más bien los mercados de valores y las finanzas. En mi opinión, enfrentamos un caso de verdadera demencia colectiva, la cual tiene que remediarse a nivel internacional.

“Hoy ha comenzado a reflexionarse sobre este asunto, y no sólo en nuestro país. Un importante economista y político demócrata de los Estados Unidos de América me viene a la mente, Lyndon LaRouche, quien ha difundido una campaña internacional llamada ‘Por un nuevo Bretton Woods’. . . Por tanto, un nuevo Bretton Woods tiene que procurar un sistema que reinicie el desarrollo de la economía real de las naciones y que por ende, en especial, reduzca los atrasos en los países en vías de desarrollo. Para este fin, el sistema crediticio es esencial; tiene que proporcionar crédito a largo plazo y a bajas tasas de interés para fomentar la construcción de proyectos, redes de infraestructura e inversiones productivas a gran escala para la investigación, la educación y la salud. Éste es el marco en que se concibió la propuesta presentada hace un año.

“Sin embargo, un año después, no sólo encontramos confirmado lo que redactamos y que yo presenté en mi primera intervención, sino que, por desgracia, también tenemos que observar que la crisis financiera sistémica está produciendo conmoción en los mercados de un modo cada vez más significativo y negativo, con consecuencias cada vez más graves e incontrolables, a un nivel que claramente rebasa el de Italia”.

Los próximos pasos

Lettieri expuso luego los peligros de la economía mundial plagada por la especulación, y avivó su llamado a favor de crear una “nueva arquitectura financiera” mediante un Nuevo Bretton Woods. Le siguieron los diputados Paola Mariani, del partido Demócratas de Izquierda, y Sandro Delmastro delle Vedove, del partido de gobierno Alleanza Nazionale, quienes ampliaron sobre la bancarrota y perversidad del actual sistema financiero, aunque sin mencionar la solución de LaRouche.

Pese a que el debate estaba programado para continuar el 15 de marzo, eso no ocurrió sino hasta el 6 de abril, en parte por el alboroto que causó el anuncio del primer ministro Silvio Berlusconi de retirar las tropas italianas de Iraq.

Ésta no es la primera que vez que la Cámara de Diputados de Italia debate el Bretton Woods. En septiembre del 2002 la Cámara debatió y aprobó una propuesta similar, exhortando a que Italia organizara una conferencia para establecer un nuevo sistema monetario. Ahí, el diputado Giovanni Bianchi (quien también firmó la propuesta de Lettieri) citó el papel que tiene LaRouche en inspirar la lucha por un Nuevo Bretton Woods.

Muchos senadores italianos, gran parte de los cuales han tenido amplias discusiones con LaRouche, también organizaron en el 2002 a favor de convocar a un Nuevo Bretton Woods; la propuesta no llegó a someterse a votación. El senador Oskar Peterlini presentó una propuesta parecida en el 2003, al igual que la honorable Cristiana Muscardini en el Parlamento Europeo, aunque no llegaron a debatirse en el pleno.

La crisis se profundiza

Al tiempo que el debate continuaba en el Parlamento italiano, aparecieron aun más indicios de que el sistema monetario está al borde del desplome. El dólar sufrió renovadas presiones cuando el Departamento de Comercio de los EU anunció que el déficit de cuenta corriente del 2004 llegó a una nueva marca más de 25% mayor que la del año anterior, de 665.900 millones de dólares; y sigue creciendo. Para financiar ese déficit y el abultado déficit presupuestal del gobierno, los EU se chupan más y más fondos.

Entre tanto, hay informes de que las mercancías reciben enormes flujos de capital, en tanto que los fondos de inversión “reconocidos” están comprando activos físicos tangibles y liquidando sus papeles financieros denominados en dólares, lo cual empuja el precio de varias mercancías al alza; el petróleo, por ejemplo, ya rebasa el umbral de los 55 dólares el barril, y sigue subiendo. Los fondos, según un informe de Reuters, también están comprando infraestructura, e incluso la distribución de toneladas de mercancías tangibles y materias primas. Eso está creando otra burbuja enorme que, dice Reuters, no durará mucho antes de que estalle.

Todo esto pone de relieve la importancia de avanzar en dirección al necesario Nuevo Bretton Woods de LaRouche.