Iberoamérica
Resumen electrónico de EIR, Vol.III, núm. 14

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El MJL dice:
No dejes que te traten como un perro
¡Únete a LaRouche para desarrollar a México!


La energía necesaria para devolver a nuestro país a la senda
del crecimiento sólo podrá generarse en nucleoeléctricas
como la Angra II, de Brasil.

Ya lo dijeron los propios banqueros sinarquistas: "Brasil todavía es prisionero del sentir del mercado. Si el mercado dice que Brasil es un perro, entonces Brasil es un perro". Y el mismo tratamiento le dieron a los prisioneros iraquíes que fueron torturados, por instrucciones del vicepresidente de los Estados Unidos, Dick Cheney, y su pandilla de neoconservadores, en la prisión estadounidense de Abu Graib en Iraq. Si consideran perros a iraquíes, afganos y brasileños, ¿crees que a ti, mexicano, te consideran algo distinto a una bestia de carga, sujeta de saqueo, para sostener su carcomido sistema financiero internacional en bancarrota?

La ferocidad con la que arremeten contra naciones y poblaciones enteras obedece a que los banqueros internacionales saben perfectamente que su sistema financiero y monetario se encuentra en las últimas fases de su desintegración. Con desesperación, tratan de mantener a flote el sistema sobrecargado de deudas impagables, y pretenden que tú sigas pagando con el empobrecimiento creciente y la muerte lenta de tu familia. Todo a consecuencia de las políticas de austeridad fiscal dictadas desde el extranjero, mismas que nuestros gobernantes y políticos obedecen encantados de la vida.

El sistema financiero mundial está absolutamente en bancarrota. Por ejemplo, la producción mundial (calculada como el producto interno bruto, o PIB) hoy día se calcula en un valor neto de alrededor de 43 billones de dólares. Pero el monto de todos los agregados financieros mundiales suma ya más de 500 billones de dólares, diez veces toda la producción mundial. Peor aun, el PIB crece al 2% anual, mientras que la burbuja especulativa lo hace diez veces más rápido, al 24%. Estas obligaciones a corto plazo son tan vastas en relación al producto, que pretender cobrarlas o pagarlas sólo puede conducir al caos, la destrucción y la muerte generalizadas. ¿Acaso no están muriendo millones de personas por enfermedades producto de la miseria? ¿Acaso no está condenándose a otros muchos millones de niños y adolescentes a la desnutrición, la ignorancia y la miseria con semejantes políticas?

De ahí que sólo haya dos opciones: o los banqueros sinarquistas internacionales terminan imponiendo regímenes de corte nazi para saquearte hasta los huesos; o las naciones soberanas, bajo el principio de que el interés del pueblo es primero, someten al sistema financiero internacional a una reorganización por bancarrota, obligando a los banqueros a tragarse sus pérdidas, y emprendiendo un agresivo programa de reconstrucción de las economías nacionales en base a erigir grandes obras de infraestructura.

La primera opción se llama fascismo, y la promueven bancos como el nefasto Banco Santander Central Hispano, o Santander, como se le conoce aquí en México. La segunda alternativa la representa Lyndon LaRouche, actual precandidato demócrata a la Presidencia de los Estados Unidos.

El curso que tomen los acontecimientos depende en gran parte de lo que tú hagas. Si te echas a contemplar las cosas, vivirás un infierno en el que "no te la vas a acabar". Nosotros, los jóvenes del Movimiento de Juventudes Larouchistas, estamos dispuestos a luchar para desarticular y derrotar los planes de los banqueros sinarquistas nazis internacionales, y a forjarnos el futuro que la actual generación en las principales posiciones de poder de las instituciones de la sociedad nos ha cerrado. Lo menos que tú puedes hacer es apoyarnos.

La presa de Shasta, que convirtió en vergel una parte importante de
California, es un ejemplo perfecto de la clase de transformación que
hoy podemos emprender, de adoptar las propuestas de LaRouche
para el desarrollo transfronterizo de México y los EU.

El Banco Santander y el fascismo

La situación actual es comparable a la de Alemania en 1923. Con el Tratado de Versalles, al finalizar la Primera Guerra Mundial en 1918, se creó un sistema financiero imposible. Francia y Gran Bretaña estaban en quiebra a consecuencia de los gastos de la guerra. Los Estados Unidos las había rescatado, lo que tenía a Francia y Gran Bretaña endeudadas con Wall Street. El sistema dependía de la capacidad de esas dos naciones de pagarle a los banqueros de Nueva York y, a su vez, esa capacidad de pago dependía de que Alemania le pagara a Francia y Gran Bretaña las reparaciones de guerra que le impusieron tras la guerra.

Para principios de 1923, la situación se había vuelto imposible, pero pospusieron el desplome imprimiendo dinero; en este caso, marcos alemanes. En junio–julio de ese año, el efecto inflacionario de la impresión de dinero estalló. En octubre–noviembre, el sistema se desplomó. El crac bursátil de 1929 y la subsecuente Gran Depresión fueron consecuencia de ese proceso. Fue bajo esas circunstancias de desplome del sistema financiero, que los banqueros sinarquistas, gente como Montagu Norman del Banco de Inglaterra y Volpi di Misurata de la nefasta aseguradora italiana Asicurazione Generali, organizaron los movimientos fascistas que tomaron a Europa continental desde el ascenso al poder de Benito Mussolini en Italia en 1922, Adolfo Hitler en Alemania en 1933, Francisco Franco en España, etc.

Hoy pretenden hacer lo mismo. Ahí está el caso del Banco Santander de España. El Santander es el mayor banco español, y el más grande de los bancos extranjeros que, encabezados por los españoles, han recolonizado a Iberoamérica en la última década. En el caso de México, ¡82% de los activos del sistema bancario nacional están en manos extranjeras!

El presidente del Santander es Emilio Botín–Sanz de Sautuola y García de los Ríos, pero Botín a secas le queda bien, por razones obvias. Botín es un oligarca cuyo bisabuelo fundó el Santander en 1857. Se dice que es el hombre más rico de España, en parte gracias al saqueo que sus sucursales llevan a cabo en México, Argentina, Brasil, Chile, etc.

Pero quien controla al Santander son dos de las instituciones más poderosas de la rancia oligarquía financiera internacional: Royal Bank of Scotland de Gran Bretaña y Assicurazioni Generali de Venecia, Italia. El Santander tiene "acuerdos estratégicos" y acciones y directores compartidos con ambas instituciones. Royal Bank of Scotland, y en particular su director, el conde de Airlie, ex presidente del banco Schroeders, tuvo un papel decisivo en poner a Adolfo Hitler en el poder. Y Assicurazioni Generali hizo lo mismo con Benito Mussolini.

La "solución" de estos banqueros a la crisis financiera actual es igual a la que le impusieron a Europa en los 1930 y 1940: el fascismo.

En el caso de México, estos círculos reconocen que sólo podrán imponer semejantes niveles de saqueo destruyendo las instituciones nacionales con "reformas políticas" como las que propone Jorge "el Güero de Wall Street" Castañeda. La estrategia de los banqueros es polarizar a México entre bandas dirigidas por sinarquistas de derecha y de izquierda —como han hecho en Venezuela—, y luego provocar violencia y hasta guerras fratricidas. Y piensan lograrlo azuzando a la población con banderas falsas como la inseguridad, la corrupción y demás. Ésta fue la verdadera intención de quienes organizaron la "megamarcha" en la Ciudad de México el domingo 27 de junio, patrocinada, entre otros, por Marcos Martínez, el hombre del Banco Santander en México.

Hay que decirles a los señores del Santander: "Ya estuvo suave con un Hitler y un Mussolini. No necesitamos un fascista mexicano".

Y mientras procede esta estrategia de polarización, enfrentamiento y saqueo, a ti, mexicano, te tienen entretenido y estupidizado con el PAN y circo de la farándula política y electoral nacional. Que si los videos; que si Marta Sahagún; que si la corrupción; que si es mejor firmar con el FMI con la mano derecha, como hacen el PAN y el presidente Fox, o con la mano izquierda, como propone el resto del circo. Dicho circo incluye a Andrés Manuel López Obrador, quien el 29 de junio se destapó en el foro de The Economist Conferences: "No pretendemos alterar el orden macroeconómico: debe haber disciplina en el manejo de la inflación, del déficit público, y la deuda interna y externa".

La solución LaRouche


El maglev de Shangai, China, el primer tren magnetolevitado
comercial del mundo, es representativo de las formas modernas
de transporte que requiere la reconstrucción de México, y del orbe.

Hacerle frente a la embestida del sector bancario sinarquista internacional implica cambiar la manera de pensar sobre la economía. Tienes que partir de considerar que el dinero no es la economía. La economía siempre es un proceso físico de transformación de la naturaleza. El dinero no es nada, es sólo un contrato, es una idea. El poder soberano del gobierno de un Estado nacional deriva de que el gobierno no es legítimo si su cometido no es el de procurar el bienestar general de todo su pueblo. Eso también incluye procurar el bienestar de la posteridad.

Por tanto, los gobiernos deben someter a las naciones y al sistema financiero a una reorganización por bancarrota y, entonces, asegurar que haya una continuidad en las funciones esenciales para mantener viva a la gente. El gobierno, al tiempo que reorganiza los bancos quebrados, debe crear grandes cantidades de crédito con el fin de aumentar el empleo productivo y, aumentándolo, restaurar el equilibrio económico.

Ello requiere grandes obras de infraestructura, como las necesarias para generar y distribuir electricidad con las fuentes de mayor densidad de flujo energético, entre ellas la energía nuclear. Necesitamos una gestión de recursos hidráulicos a gran escala, para llevar agua de regiones donde la hay en relativa abundancia, a aquéllas que son áridas; es decir, programas hidráulicos como el Plan Hidráulico del Noroeste (Plhino) y el del Golfo Norte (Plhigon). Éstas deben complementarse con el NAWAPA propuesto por Lyndon LaRouche para el desarrollo méxico–estadounidense conjunto del llamado Gran Desierto Americano. Sí podemos hacer florecer los desiertos, aun el desierto cultural llamado Ciudad de México.

Necesitamos sistemas de transporte ferroviario de alta velocidad, tanto de carga como de pasajeros, como los sistemas de levitación magnética (maglev) que ahora remplazan a los de ruedas y rieles. Necesitamos las instalaciones públicas esenciales para ofrecer atención médica y servicios de salubridad decentes. Requerimos una reforma total del sistema educativo, y formas apropiadas de organización urbana que integren de manera eficaz zonas agrícolas con modos funcionales de vivienda y empleo industrial, comercial y público.

Del mismo modo, debe desarrollarse una suerte de intercambio con el mundo, como el del modelo de intercambio de "petróleo y gas por tecnología". Y hay que parar en seco el saqueo de nuestro recursos mediante los anticonstitucionales Contratos de Servicios Múltiples.

La relación con los Estados Unidos es de particular importancia. En México, las fuerzas patrióticas no llegaríamos muy lejos sin que la correlación de fuerzas dentro de los Estados Unidos cambie, sobre todo ahora que el precandidato demócrata John Kerry parece haber hecho suyo el programa del Gobierno de Bush, apoyando la misma política económica y su doctrina de guerra preventiva.

Que quede bien claro: México sólo tiene un aliado en los Estados Unidos, y ése es el precandidato presidencial demócrata Lyndon LaRouche, quien encabeza la lucha contra la maquinaria neoconservadora de Cheney, Wolfowitz y demás, y la lucha por desmantelar el sistema financiero del Fondo Monetario Internacional (FMI) y sustituirlo por un Nuevo Bretton Woods. LaRouche representa en los Estados Unidos la tradición de Franklin Delano Roosevelt y Abraham Lincoln, quienes fueron, en su momento, los aliados de los presidentes Lázaro Cárdenas y Benito Juárez.

Los patriotas de ambos países, y de las demás naciones de Iberoamérica, tenemos que unirnos de nuevo, como lo hemos hecho en los mejores momentos de nuestras repúblicas, en torno a tales grandes obras de desarrollo e infraestructura.

Si no quieres que te traten como perro, actúa como hombre o mujer pensante: ¡Únete al Movimiento de Juventudes Larouchistas!