Economía Resumen electrónico de EIR, Vol. I, núm. 23

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Wal-Mart se 'come' a los fabricantes estadounidenses

por Richard Freeman

A mediados de noviembre la corporación más grande del mundo, la empresa líder de la "globalización", Wal–Mart, obligó a la internacionalmente reconocida tienda para niños, Kids 'R' Us, a cerrar su división de ropa, y puso al borde de la quiebra a la famosa empresa fabricante de aspiradoras Hoover. A fines de noviembre se esperaba que Hoover anunciaría el traslado de una parte sustancial de sus instalaciones de producción a México, dejando sin trabajo a cientos de obreros estadounidenses.

El obligar a las tiendas competidoras a cerrar es la especialidad de Wal–Mart, así como la destrucción de muchas de las principales firmas manufactureras de textiles y ropa, y de las empresas de alimentos de los Estados Unidos.

Wal–Mart es una fuerza motriz para la instauración del modelo imperial romano en los Estados Unidos. Incapaces de reproducir a su propia población, en las últimas dos décadas los Estados Unidos han usado a un dólar sobrevaluado para importar bienes del extranjero. Wal–Mart vende un inmenso volumen de estos bienes, muchos de los cuales se producen en condiciones de trabajo esclavo. A sus trabajadores estadounidenses les paga salarios por debajo del nivel de subsistencia, y obliga a la competencia reducir también los salarios.

El 1 de noviembre el precandidato presidencial demócrata Lyndon LaRouche puso de relieve esta situación, instando a imponer un boicot nacional e internacional contra Wal–Mart. El 18 de noviembre declaró en una reunión de campaña en San Luis, Misurí: "¡El principal enemigo subversivo contra el pueblo de los Estados Unidos y su economía hoy, es Wal–Mart!" LaRouche denunció que Wal–Mart obliga a las empresas a deslocalizar su producción, ocasionando el éxodo de millones de fuentes de trabajo en las manufacturas. El motivo por el cual las familias compran en Wal–Mart, dijo, es que sus deprimidos ingresos no les permiten adquirir productos a precios más altos.

Empresas destripadas

El 17 de noviembre la cadena nacional de tiendas Toys 'R' Us anunció que cerraría 146 de sus filiales Kids 'R' Us, que venden ropa para niños, y 36 de sus tiendas Imaginarium (que venden juguetes "educativos"). El cierre se completará el 31 de enero de 2004, eliminando unos 3.800 puestos de trabajo. Kids 'R' Us no pudo reducir el precio de su ropa para niños lo suficiente como para competir con Wal–Mart.

Es más, Wal–Mart lanzó una agresiva campaña para reducir sus precios al mínimo, con el fin de destruir a la empresa competidora Toys 'R' Us, la segunda tienda más grande de juguetes (después de Wal–Mart) en los Estados Unidos. Un ejemplo de cómo funciona esta estrategia es el juguete de Hot Wheels, T–Wreck Play Set, que se vende a 42 dólares al mayoreo. Sin embargo, según el diario Wall Street Journal del 19 de noviembre, Wal–Mart ahora vende ese mismo juguete a 29,74 dólares, lo que representa una pérdida de más de 10 dólares por unidad. Wal–Mart da cuenta del 21% de todos los juguetes que se venden en los Estados Unidos y, si saca del mercado a su principal competidor, su tajada podría llegar al 30%.

Hoover fue la principal marca de aspiradoras por casi 100 años. En el tercer trimestre de este año la venta de aspiradoras Hoover cayó 20%, de lo cual la empresa responsabilizó a los modelos de sus competidores, que se venden por 79 dólares —aspiradoras hechas en Asia para satisfacer el precio que exige Wal–Mart—, aventajando al precio de las aspiradores Hoover producidas en los Estados Unidos, que se venden a más de 100 dólares. Hoover no pudo aguantar tales caídas en su volumen de ventas. La empresa matriz de Hoover, Maytag, está exigiendo recortes en los seguros médicos y otras prestaciones, además de cambios en las normas de seguridad laboral para los obreros de su planta manufacturera de aspiradoras Hoover en North Canton, Ohio. Si los obreros no aceptan, Maytag declaró que mudará su producción a lugares con salarios bajos en Texas y a las maquiladoras de Ciudad Juárez, México.

Textiles, vestido y alimentos

Ninguna empresa está a salvo del constante asalto de Wal–Mart, pero particularmente corren riesgo las manufacturas de la industria textil y del vestido, así como la de los alimentos. Wal–Mart ha destruido empresas apalancando su enorme poder de venta y su acceso a productos fabricados con mano de obra esclava, para imponerle a sus proveedores su política de precios. Si la empresa proveedora no vende sus bienes al precio fijado por Wal–Mart, ésta última les niega un espacio en los anaqueles de sus tiendas, lo cual acaba con dicha empresa. Sin embargo, aun si un proveedor satisface los precios que Wal–Mart exige, estos son tan bajos que el proveedor pierde tanto dinero que termina en bancarrota. Las ventas de Wal–Mart en 2002, por 244.500 millones de dólares, fueron mayores que las de Sears, Target, J.C. Penny, K–Mart, Safeway y Kroger juntas.

Textiles y vestido:

* Carolina Mills es una empresa con 75 años de antigüedad que abastece de hilo, hilaza y telas a fabricantes de ropa, la mitad de los cuales abastecen a Wal–Mart. Pero, desde 2000, los clientes de Carolina Mills comenzaron a resentir que la ropa importada se vendía tan barata en Wal–Mart, que Carolina Mills no podría competir, ¡aun si dejara de pagarles a sus trabajadores! Desde 2000, Carolina Mills se ha reducido, de 17 fábricas a sólo 7, y de 2.600 empleados a 1.200. Steve Dobbins, gerente general de Carolina Mills, le dijo a la revista Fast–Company, en su edición de diciembre: "La gente pregunta, '¿cómo va a ser malo que entren cosas baratas a los Estados Unidos? ¿Cómo va ser malo encontrar una ganga en Wal–Mart?' Pero no puedes comprar nada si no tienes trabajo. Estamos vendiendo nuestros empleos". (se añadió el énfasis).

* Lovable Garments, fundada en 1926, para la década de 1990 había llegado a ocupar el sexto lugar en los Estados Unidos en la producción de ropa interior para mujer, ocupando a 700 obreros. Wal–Mart se convirtió en el mayor comprador de los productos Lovable. En 1995 Wal–Mart le exigió a Lovable reducir sus precios para competir con las importaciones baratas. Cuando Lovable dijo que no podía hacerlo, Wal–Mart incumplió el contrato que tenía con Lovable y deslocalizó la compra de lencería hacia Iberoamérica, Asia y China. Sin el mercado de Wal–Mart, Lovable tuvo que cerrar en 1998 sus plantas manufactureras en los Estados Unidos y despedir a los obreros. Frank Garson, quien era entonces el presidente de Lovable, declaró: "Sus acciones para pulverizar a la gente son innecesarias. Wal–Mart nos masticó y nos escupió".

Alimentos:

* Vlasic Pickles estaba amarrada a Wal–Mart con un contrato, mediante el cual Wal–Mart vendía el frasco de 3 galones de pepinos encurtidos a 2,97 dólares. Wal–Mart vendía 240.000 galones de pepinos encurtidos a la semana. Pero el precio del frasco de 3 galones era tan bajo, que redujo enormemente las ventas de los frascos de 8 y 16 onzas de pepinos encurtidos rebanados de Vlasic; más aún, Vlasic sólo ganaba unos cuantos céntimos por el frasco de 3 galones. Con sus ganancias tambaleándose, Vlasic le solicitó a Wal–Mart el derecho de elevar el precio del frasco de 3 galones a 3,49 dólares y, según un ejecutivo de Vlasic, Wal–Mart amenazó con dejar de vender sus productos si Vlasic intentaba retractarse de ese punto del contrato. Un ejecutivo de Wal–Mart declaró más tarde: "Bueno, le hicimos a los pepinos encurtidos lo que le hicimos al jugo de naranja. Los matamos"; con lo cual quería decir que barrieron con los productos de la competencia. Finalmente Wal–Mart le permitió a Vlasic elevar el precio, pero en enero de 2001 Vlasic se declaró en bancarrota.

La destrucción de la mano de obra en el exterior

Wal–Mart le compra muchos de sus productos a China, donde en muchos lugares del país se pagan salarios muy bajos. Un caso que ha salido a relucir es el de la empresa Ching Hai Electric Works Co., ubicada en Shajing, que produce ventiladores eléctricos. La fábrica produce varios millones de ventiladores al año y los vende bajo el nombre de las principales marcas del mundo, así como dos de las marcas propias de la empresa. El salario inicial de los obreros es de 32 dólares al mes, más de 40% por debajo del salario mínimo en China, que es de 56 dólares mensuales. Se ha informado de muchos accidentes de trabajo en la fábrica. A fines de los 1990 Wal–Mart comenzó a exigir que se redujera el precio de los ventiladores, y el precio ha caído de unos 7 dólares por ventilador, a sólo 4. Pero, para reducir el precio, el gerente de la planta tuvo que reducir la nómina a la mitad, a 1.500 obreros, manteniendo el mismo nivel de pedidos. Esto ha llevado a que muchos trabajadores tengan que laborar 14 horas al día por un plato de lentejas.

Entre tanto, las fábricas estadounidenses que producen ventiladores están cerrando.

Notoriedad internacional

La situación se ha vuelto tan aberrante, que está atrayendo la atención internacional. El 19 de noviembre el diario londinense Observer publicó un artículo sobre la destrucción de la ciudad de Buffalo, Nueva York, mencionando el papel que Wal–Mart desempeña en todo esto. El artículo narra el caso de Buffalo Color, una planta manufacturera donde se producía tinte de añil para mezclilla de algodón. Buffalo Color empleaba a 3.000 obreros, pero cerró sus puertas porque las plantas chinas producen el tinte de añil a la mitad del costo. El tinte azul añil se utiliza para dar color a la mezclilla, la mayor parte de la cual se usa para fabricar ropa, y Wal–Mart ha reducido el precio que paga por la ropa. Por tanto, todos los insumos para hacerla tienen que ser más baratos. Ahora Buffalo Color sólo emplea a 12 personas y funciona estrictamente como una operación de reventa. El artículo también se refiere al grupo Made in the USA (Hecho en EUA), un grupo de pequeños y medianos manufactureros cuyo presidente ha declarado a Wal–Mart como su principal enemigo.

Los días 18 y 19 de noviembre el diario vocero de la City de Londres, el Financial Times, publicó cuatro artículos sobre Wal–Mart en torno a la práctica de este emporio de contratar empresas de limpieza que contratan trabajadores extranjeros ilegales para limpiar las tiendas Wal–Mart, siete noches a la semana, en condiciones deplorables.