Iberoamérica
Resumen electrónico de EIR, Vol. II, núm. 14

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Celebran libertad de Seineldín: 'Esta vez ganaremos'


Coronel Mohamed Alí Seineldin (tercero de izquierda a derecha)
rodeado por:
Adrián Romero Mundani, secretario general del MINeII;
el vicealmirante Tasso de Aquino, Marivilia Carrasco, Lorenzo
Carrasco, y Gustavo Breide Obeid, presidente del PPR.

(Foto: Carlos Pérez Galindo.

Buenos Aires (EIRNS)—En los días en torno al 4 de julio, fecha de la Independencia de los Estados Unidos, Lyndon H. LaRouche, el precandidato presidencial demócrata estadounidense, realizó un programa intenso de actividades, principalmente vía telefónica, con la Argentina, siendo una de las más relevantes una concentración de 700 personas en Buenos Aires el 3 de julio, para celebrar la liberación del héroe de las Malvinas, el coronel Mohamed Alí Seineldín.

LaRouche elaboró un mensaje en el que recordó que, a partir de 1982, con el revés de la guerra de las Malvinas, hubo un esfuerzo por aplastar a las repúblicas de América, incluyendo a México. "Nuestro Coronel, el presidente [José] López Portillo y yo —dijo LaRouche—, peleamos contra enemigos de la humanidad como aquéllos a los que da voz el Wall Street Journal, del director neoconservador Robert Bartley.

"Ahora, se reanuda de nueva forma esa vieja batalla. El Coronel está libre; resuena por todo el hemisferio el discurso del presidente López Portillo ante las Naciones Unidas, de 1982, y yo encabezo la batalla contra esos mismos enemigos", dijo LaRouche. Pero, añadió, "esta vez ganaremos, porque tenemos que ganar".

El mensaje se leyó al día siguiente en la octava reunión del seminario Brasil–Argentina, auspiciado por el Foro de Guadalajara, que tuvo lugar en Buenos Aires el 4 de julio, con la participación del coronel Seineldín, en persona, y de delegados de Argentina, Brasil y México. Luego de escuchar una alocución telefónica de LaRouche, Seineldín le respondió que, aunque han venido luchando juntos por dos décadas, "no he conocido personalmente a mi comandante en esta batalla, y espero conocerte pronto". Añadió que, no obstante, sentía satisfacción porque conocía las ideas de LaRouche. "Están en mi corazón, tu personalidad está dibujada en mi corazón debido a esas ideas maravillosas". Seineldín dijo que en cuestión de dos años invitaría a LaRouche a visitarlo en Argentina, "porque es triste que una persona tenga que seguir las órdenes de su comandante sin conocerlo en persona".


En su discurso al seminario, Seineldín recalcó que su propósito era fomentar la integración iberoamericana.

Luego de elogiar al recién fallecido general brasileño Tasso Villar de Aquino, y al también difunto Carlos Cota Meza, uno de los dirigentes del Movimiento de Solidaridad Iberoamericana (MSIA), dijo que cuando era un joven militar estudió la Independencia "y la Constitución de los Estados Unidos, ejemplo que habían tomado para su organización casi todas las naciones iberoamericanas, descubriendo que nuestros próceres se preocuparon por ello, pero los tremendos intereses internos, apoyados por los externos, influyeron de tal manera que anularon totalmente esta intención.

"Humildemente debo decir que luché duramente por esta integración durante casi toda mi vida, logrando en el año 1988 —con la valiosa ayuda del Movimiento de Solidaridad Iberoamericana, liderado por el estadista y pensador mundial don Lyndon LaRouche, el apoyo del Gobierno de la República de Panamá y el del general don Manuel Antonio Noriega en especial—, concretar la realización del Segundo Congreso Anfictiónico de Panamá".

Apostándole a la juventud

En su intervención, LaRouche dijo que era necesario establecer un Nuevo Bretton Woods (NBW). Ahora, "con el derrumbe del viejo sistema internacional, este sistema tiránico que ha destruido tantas naciones, se nos ofrece, nuevamente, un punto de inflexión en la historia, tal que si encontramos los dirigentes, podemos cambiar la situacion, acabar con nuestra necedad y retomar la senda del progreso.

"Mi confianza, como saben, se fundamenta en lo que veo en la joven generación, especialmente los jóvenes de entre 18 y 25 años de edad, los de la llamada generación universitaria" que, dijo, "son sensibles al desafío de desarrollar dentro de sí mismos las capacidades de conducción, que tal vez no los lleven de inmediato a los cargos dirigentes más encumbrados de la sociedad, pero que les permitarán, en tanto una fuerza de conciencia, ir a la generación más vieja, la que todavía ocupa los cargos de poder, y regresar a esa generación más vieja nuevamente a la senda del progreso".

Los asistentes al seminario vieron un ejemplo vivo de ello cuando un grupo de jóvenes larouchistas hizo una presentación sobre los principios y las aplicaciones prácticas de la levitación magnética, ilustrada con gráficas y maquetas.

Al día siguiente, el 5 de julio, cinco de estos jóvenes se sumaron al diálogo que LaRouche sostuvo con 30 jóvenes en México, y con otros jóvenes iberoamericanos reunidos en la sede del movimiento larouchista en EU.

La integración es inaplazable

La urgencia de integrar a Iberoamérica y de establecer un NBW también fue el tema central del acto para celebrar la liberación de Seineldín, quien fue indultado en mayo por el entonces presidente Eduardo Duhalde.

Entre los dignatarios estuvieron el vicealmirante (r) Sérgio Tasso de Aquino, integrante del comité brasileño que luchó por la liberación de Seineldín; el doctor Adriano Benayón, quien representó al diputado brasileño Enéas Carneiro; y Marivilia Carrasco, dirigente del MSIA de México, quien trajo un mensaje de saludo de LaRouche, y fue muy aplaudida. El acto lo patrocinaron el MSIA; el Movimiento de Identidad Nacional e Integración Iberoamericana (MINeI), del coronel Seineldín, y el Partido Popular de la Reconstrucción (PPR).

Lorenzo Carrasco, dirigente del MSIA, destacó la importancia de la liberación de Seineldín, y de la lucha librada por LaRouche desde 1975, cuando propuso crear un Banco Internacional de Desarrollo. Habló del finado canciller de Guyana y amigo de LaRouche, Fred Wills, quien planteó en la ONU la necesidad de una moratoria a la deuda externa de las naciones en vías de desarrollo, y cómo este proceso culminó con la propuesta de "Operación Juárez" y la cooperación personal de LaRouche con López Portillo, que rindió frutos nuevamente cuando el ex presidente mexicano y LaRouche colaboraron para darle vida al Foro de Guadalajara en 2002.)