Iberoamérica
Resumen electrónico de EIR, Vol. II, núm. 9

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Brasil dice que la ocupación de Iraq amenaza la soberanía de las naciones


Brasil

por Lorenzo Carrasco

[Aunque el gobierno brasileño, preocupado por las represalias económicas que probablemente sufriría el Brasil de expresar su verdadero sentir, ha sido muy cauteloso en su condena a la bárbara ocupación angloamericana de Iraq, varios círculos políticos y diplomáticos del país la han repudiado con vehemencia.

A las élites brasileñas no sólo les preocupan las implicaciones de la guerra para las relaciones internacionales, sino también el que los gallinazos que la lanzaron tienen designios parecidos contra Iberoamérica, so capa de que la doctrina de restaurar la "soberanía efectiva" en las "tierras de nadie" de la región, requiere de la acción supranacional, como lo dijo de forma explícita Donald Rumsfeld, secretario de Defensa de los Estados Unidos, en Santiago, Chile, en noviembre de 2002, durante la Quinta Reunión de Ministros de Defensa de las Américas.

El pensar de los círculos dirigentes del Brasil, lo refleja el editorial del diario más influyente del país, Folha de São Paulo, el 15 de abril. "Nadie estará a salvo" —dice, respecto a las amenazas de invadir a Siria—, "hasta que Bush y sus 'halcones' salgan de la Casa Blanca". Añade que, "los 'halcones' de Washington ya probaron que no serán detenidos por instrumentos como la diplomacia o la opinión pública internacional".

Cabe señalar, dice Folha, que en términos estrictamente legales, nada le impide a Siria darle asilo a miembros del gobierno de Saddam Hussein, o poseer armas químicas, ya que Siria no es signataria de la convención contra armas químicas. Pero, "los EU ya atropellaron el derecho internacional en el caso de Iraq, y no hay porque creer que la ley los detendrá ahora o en el futuro. Washington parece decidida a ejercer su vocación imperial".

Más contundente aún fue el artículo del embajador Rubens Ricupero, secretario general de la Conferencia de las Naciones Unidas sobre Comercio y Desarrollo (UNCTAD), que apareció el 14 de abril, también en Folha de São Paulo. Ricupero comparó el discurso de los gallinazos que dominan en Washington, con los ataques de Mussolini y Hitler contra la Liga de las Naciones:

"Rechazar las reformas que le darían efectividad a la ONU y, al mismo tiempo, despreciarla porque ese rechazo la condena a la irrelevancia, es repetir la farsa siniestra de los enterradores de la Liga de las Naciones. Uno de esos maestros del cinismo y la hipocresía describía la Liga como una 'organización académica, sin vida ni importancia', y decía que no creía 'ni en la posibilidad ni en la utilidad de la paz perpetua", escribió Ricupero. Ese mismo cínico, rechazaba "el pacifismo 'que esconde la fuga ante la lucha, y la cobardía ante el sacrificio' ", porque decía "que, 'sólo la guerra lleva al máximo de tensión todas las energías humanas, e imprime la marca de nobleza en los pueblos que tienen el coraje de encararla'. Otra de estas tristes figuras afirmaba que la paz no sería 'asegurada por los ramos de olivo agitados, con lágrimas en los ojos, por pacifistas llorosos, sino por la espada victoriosa de un pueblo de señores que pone el mundo entero al servicio de una civilización superior'.

"¿Suena parecido al espíritu de declaraciones recientes? La primera cita es de un tal Benito Mussolini, en su obra prima Il Fascismo. La segunda es de Adolfo Hitler, en Mein Kampf".

El blanco es el Puente Eurasiático

El 11 de abril, en el pleno de la Cámara de Diputados en Brasilia, el diputado Irapuan Teixeira del PRONA, el partido que dirige el doctor Enéas Carneiro, condenó "la guerra unilateral que el gobierno de George W. Bush, cautivo de un grupo de ideólogos neofascistas coordinados por el vicepresidente Dick Cheney, desató contra Iraq".


Doctor Enéas Carneiro

Lo que destacó del planteamiento del diputado Teixeira sobre la guerra, fue que identificó de forma precisa lo que motiva a los gallinazos belicistas: impedir que surja un sistema económico que reemplace al actual sistema financiero internacional que ahora, subrayó el diputado, se encuentra en los estertores de la muerte. "No se trata de una simple guerra por el control de los recursos naturales, como el petróleo del Oriente Medio y del Caúcaso, aunque es incuestionable que los EU... y su único aliado, podrían beneficiarse de eso en el corto plazo". Dijo que "el ataque angloamericano contra Iraq pronto podría definir una situación de guerra perpetua" y "destruir el esfuerzo para establecer un Puente Terrestre Eurasiático", capaz de impulsar una recuperación económica mundial.

Sin duda, el discurso del diputado Teixeira se inspiró en el folleto Impérium Insánum, publicado por el Movimiento de "Solidariedade Ibero-americana", la organización de correligionarios de Lyndon LaRouche en Brasil. A menos de un mes de la puesta en circulación de dicho folleto, que contiene evaluaciones de LaRouche sobre la guerra de Iraq, se habían distribuido 26.000 ejemplares por todo el país.

Una semana antes de Teixeira pronunciar su discurso, el doctor Enéas le hizo un llamado desde el pleno de la Cámara de Diputados al Presidente de la República, Inácio Lula da Silva, para que tome la única acción con la cual Brasil podría alterar el curso de las relaciones internacionales, ahora dominadas por la guerra: romper con el Fondo Monetario Internacional; declarar una moratoria a su gigantesca, e impagable, deuda externa; y aliarse con China, Rusia, India, Francia y Alemania para forjar un nuevo sistema económico.

Fracturas en el Tratado de No Proliferación Nuclear

Una de las víctimas de la guerra contra Iraq es la política de no proliferación de armas nucleares, que los utopistas de Washington y Londres venían cultivando de forma obsesiva desde finales de la Segunda Guerra Mundial, tanto como un instrumento clave de su empuje para establecer un gobierno mundial, como para imponer el "apartheid tecnológico" sobre las naciones en vías de desarrollo. Lo irónico de este hecho es que uno de los argumentos empleados para justificar el ataque a Iraq, fue precisamente el de impedir que el régimen de Bagdad poseyera armas nucleares. Sin embargo, la guerra avivó nuevamente el debate en Brasil sobre si el país debió firmar o no el Tratado de No Proliferación Nuclear (TNP), como hizo en 1998 bajo el gobierno de Fernando Henrique Cardoso.

El asunto surgió en la campaña presidencial el año pasado, cuando Lula, entonces candidato, tachó al TNP de discriminatorio, en un debate auspiciado por el Club Militar en Río de Janeiro. Posteriormente, el ministro de Ciencia y Tecnología Roberto Amaral, provocó una polémica al afirmar que Brasil debería reiniciar las investigaciones nucleares con fines militares. El ministro Amaral se vió obligado a retractarse de inmediato.

No obstante, el estallido del conflicto en el Oriente Medio, y la actitud al parecer diferente del gobierno de Bush en cuanto a Iraq, en comparación con Corea del Norte, lleva a algunos funcionarios a repensar la postura brasileña de no proliferación, y a considerar la necesidad de reestructurar, reequipar, y modernizar a las Fuerzas Armadas, para que tengan la capacidad de disuadir contra cualquier amenaza externa.


Senador Roberto Saturnino Braga

El senador Roberto Saturnino Braga planteó el asunto en el Senado el 26 de marzo, cuando dijo que, de no haber "ningún tipo de sanción internacional contra los EU por [su] agresión unilateral" contra Iraq, y por recurrir a la fuerza bruta, Brasil tendría que "reconsiderar nuestra posición respecto al Tratado de No Proliferación de Armas Atómicas. Si el argumento es sólo el de la fuerza, si no vale más el derecho, si no vale la ley internacional, si no valen los organismos internacionales, si vale la fuerza y el poder militar, entonces, todos los países tendrán la obligación de armarse, mejorar su posición en relación a los demás países del mundo". Braga recordó que él apoyó la firma del TNP en 1998. Pero, "no hay porque quedarnos como idiotas, como una nación de bobos respetando un tratado de no proliferación cuando lo que prolifera es la fuerza de las armas, el uso de la fuerza bruta", y de la agresión a "una escala jamás vista en la historia del mundo".

Igualmente, el l6 de abril Jornal do Commercio publicó una entrevista con el presidente del Senado y ex Presidente de la República, José Sarney, en la que éste dijo que el mundo entero ahora se pregunta qué pasará después de la guerra de Bush. La guerra destruyó "el sistema internacional que se desarrolló para asegurar la convivencia entre las naciones", un sistema que, "para bien o para mal, fue capaz de controlar la Guerra Fría durante 50 años de la era nuclear". Cuando se acabe la guerra en Iraq, dijo Sarney, nos veremos en terreno desconocido, donde lo único que queda "es el camino de la fuerza. Cada uno va a querer armarse. Va a generar una demanda de armas nucleares", y como demuestra el caso de Corea del Norte, "ya estamos empezando una carrera armamentista, y es una carrera armamentista nuclear".

El mismo día en Folha de São Paulo, el general de brigada retirado de la Fuerza Aérea, Hugo de Oliveira Piva, uno de los padres del programa de proyectiles y aeroespacial brasileño, dijo que Brasil debe reemprender su programa nuclear, aun si no vuelve a la producción de armas nucleares. "Quien no tiene tecnología avanzada se transforma en vasallo. Tiene que someterse al señor feudal. Cuanto más un país avanza tecnológicamente, más capacitado está para fabricar armas más precisas y más poderosas. Pero Brasil es un país pacífico".

Evidentemente, la reacción de Brasil ante la estrategia de "guerras preventivas de agresión" preocupó a las autoridades de Washington, al punto que John Stern Wolf, subsecretario auxiliar de Estado a cargo de la No Proliferación, se desplegó a Brasilia el 14 y 15 de abril, para consultar con el gobierno brasileño sobre la venidera reunión quinquenal de revisión del TNP. Wolf trató de dorar la píldora al declarar que, "Brasil es el líder entre las naciones en vías de desarrollo y en América Latina, un socio importante de los EU que hizo lo correcto en el área de la no proliferación, cuando renunció a las armas nucleares y contuvo el programa de proyectiles. Estas fueron decisiones importantes, que hicieron de Brasil un ejemplo exitoso en materia de la no proliferación, y le dieron importancia al país en los foros internacionales".

Pero no será con declaraciones propiciatorias que los EU cambiarán la reacción institucional de Brasil. Wolf parece que olvidó el grave incidente diplomático provocado por el pistolero neoconservador John Bolton, subsecretario auxiliar de Estado para el Control de Armas y Desarme, quien forzó la remoción del ahora embajador de Brasil en Londres, José Augusto Bustani, de la dirección general de la Organización de las Naciones Unidas para la Prevención de Armas Químicas, en abril de 2002. Bustani es uno de los diplomáticos más responsables por la política de no proliferación tan elogiada por Wolf.

No a la 'soberanía efectiva'

Con todo, el punto número uno en la agenda de seguridad de Brasil con los EU es su oposición a la tesis de "soberanía efectiva", enunciada por Rumsfeld en Santiago. De acuerdo con esta doctrina, la soberanía nacional se limitaría apenas a donde exista la presencia física del Estado, lo que abriría la posibilidad de intervenciones extranjeras en regiones estratégicas subpobladas del continente, o que estén en manos del hampa, como, por ejemplo, la región amazónica del Brasil.

Los brasileños entienden que la tesis de "soberanía efectiva"—como señaló el ex ministro de Defensa Geraldo Quintão, en declaraciones que publicó Gazeta Mercantil el 15 de abril— se "deriva de la doctrina de ataques preventivos que sigue el gobierno George W. Bush".