Evaluación estrtégica
Resumen electrónico de EIR, Vol. II, núm. 01

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El tren de levitación magnética chino
es motivo de optimismo para todo el mundo

El primer tren de levitación magnética comercial del mundo partió el 31 de diciembre pasado de la estación de Long Yang en Shangai a las 10 de la mañana, rumbo al aeropuerto internacional de esa ciudad, a poco más de 30 kilómetros de distancia, en una ceremonia presidida por el primer ministro chino Zhu Rongji y el canciller alemán Gerhard Schröder

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El primer ministro chino Zhu Rongji y el canciller alemán Gerhard Schröder

Lyndon H. LaRouche, el precandidato a la Presidencia de los Estados Unidos, dijo el 1 de enero que esto era un "primer paso impresionante hacia una posible recuperación económica" mundial. La promesa de recuperación que ofrece, dijo, interseca las varias propuestas "presentadas por mis colaboradores, mi esposa y yo, a diversos gobiernos del mundo, de 1988 a 2002", de un corredor de desarrollo a lo largo del Puente Terrestre Eurasiático, y del establecimiento del Triángulo Estratégico entre Rusia, China e India, que crearía un marco de cooperación para el desarrollo entre las naciones de Asia y las de Europa, que se extendería al resto del mundo.

Con el tren magnetolevitado, que no tiene ruedas, sino que viaja en el aire, por encima del riel, "se convirtió en realidad en Shangai el tradicional sueño de los filósofos chinos de `correr con el viento' ", dijo la agencia noticiosa china Xinhua. El primer viaje, dijo Xinhua, fue como "un vuelo"; el tren "aceleró rápidamente para desaparecer en la bruma de la mañana". Como no tiene que sobreponer la fricción, el Transrapid hace el recorrido entre el centro de Shangai al aeropuerto, que por carretera toma más de una hora, en sólo 8 minutos, lo que pone a China a la vanguardia entre las naciones del mundo en el campo de la tecnología del transporte en el siglo 21. El maglev "beneficia la exploracion en materia de transporte ferroviario", dijo el premier Zhu, e impulsará el crecimiento de tecnologías relacionadas en China".

En la víspera, el canciller Schröder dijo en un discurso en la Universidad Tongji de Shangai que, "el progreso económico se basa más que nunca, en el mundo de hoy, en avances tecnológicos". Y en su tradicional mensaje de Año Nuevo al pueblo alemán, que en esta ocasión transmitió desde Shangai, Schröder dijo que el Transrapid "demuestra claramente que en Alemania tenemos todos los elemento para el éxito. Nadie debe impedirlo o estorbarlo". El mundo "toma en cuenta a Alemania. Cuenta con nuestro poderío económico y nuestra inventiva. Y confía en nuestra contribución a la estabilidad y el desarrollo pacífico del mundo", dijo, haciéndose eco de los conceptos que Helga Zepp-LaRouche le transmitió en su "Carta Abierta al Canciller", que ha circulado por todo el país.

Heinrich Pierer, presidente de la empresa alemana Siemens, que forma parte principal del consorcio Transrapid junto con la Thyssen–Krupp, dijo que con la construcción del tren magnetolevitado en apenas 22 meses, "hemos demonstrado que aun en proyectos de gran complejidad pueden alcanzarse grandes logros tecnológicos". A corto plazo, China planea añadir otros 300 kilómetros, y se contemplan líneas más extensas, entre Pekín y Shangai, por ejemplo.

"Si los chinos pueden hacerlo, ¿por qué nosotros no?" Eso es lo que deben estarse preguntando a sí mismos los ciudadanos de EU, Iberoamérica y Europa, particularmente los de Alemania, cuyo país desarrolló la tecnología, pero no pudo aplicarla a lo interno por la fiera oposición de los verdes y el culto al maltusianismo que emana de Maastrich y otros templos del libre cambio y la globalización, como el FMI.

Pero hete aquí, como les dijo desde Alemania la señora Zepp-LaRouche a las veintenas de estudiantes peruanos que se congregaron en Lima para dialogar por teléfono con ella y su esposo, Lyndon, el pasado 27 de diciembre, que "los chinos compraron la tecnología en un proyecto conjunto, y contruyeron esta línea de 30 kilómetros en sólo 22 meses. Los alemanes han quedado totalmente aturdidos porque los chinos hoy despliegan las virtudes que los alemanes obviamente han perdido: la diligencia, la eficiencia". La señora LaRouche dijo que los chinos habían puesto en marcha "una `tecnología bella', y digo bella, porque Lyn y yo viajamos en un tren magnetolevitado hace como un año, en un área de prueba en Alemania, y fue absolutamente bello, porque acelera de cero a 450 kph en un lapso brevísimo, y entonces camina lisamente a una velocidad de 450 kph, y esto no sólo sirve para transportar pasajeros, sino también productos".


Desde Alemania la señora Zepp-LaRouche se dirigió a las veintenas de estudiantes peruanos que se congregaron en Lima-perú (Diciembre 2002)