Editorial

Resumen electrónico de EIR, Vol.XXV, núm. 6
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‘¡Ha llegado la hora de reemplazar
a los terroristas con agricultores!’

“Ha llegado la hora de que los gobiernos de América Central y del Sur tomen las medidas por las que hemos venido pugnando por muchos años”, dijo el economista y estadista norteamericano Lyndon LaRouche el 8 de julio pasado, en celebración de la operación tan exitosa que llevaron a cabo el Gobierno y el Ejército colombianos el 2 de julio, en la que liberaron a la ex candidata presidencial franco–colombiana Ingrid Betancourt, a tres ciudadanos estadounidenses y a once colombianos que las narcoterroristas Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) mantenían como rehenes. LaRouche expresó estas palabras de júbilo a través de un comunicado de prensa que dio a conocer su Comité de Acción Política Lyndon LaRouche (LPAC).

Por otra parte, la anterior también fue la respuesta de LaRouche al llamado que hizo el presidente colombiano Álvaro Uribe el 5 de julio, en apoyo a la propuesta previa del presidente venezolano Hugo Chávez de construir un ferrocarril continental que una a Colombia con sus vecinos inmediatos, Venezuela y Ecuador, con extensiones hacia Centroamérica y más al sur, al resto de Sudamérica.

“Estos acontecimientos posibilitan una revolución en la región”, afirmó LaRouche, “que eche a los británicos de la región para siempre, como era la intención original de la Doctrina Monroe”. Las décadas de apoyo británico imperial a las FARC son notorias, al igual que lo es el papel rector de los intereses financieros de la City de Londres en el narcotráfico internacional, del que las FARC representan el principal cartel de la cocaína.

“Lo que tenemos ahora”, dijo LaRouche, “como lo reconocen algunos en Sudamérica, es que las FARC, en esencia, tienen los días contados en lo político. Su momento ya pasó. Lo que hubo fue una operación muy sofisticada que realizaron elementos del Gobierno y el Ejército colombianos, con apoyo de inteligencia de elementos de Francia, entre ellos la institución de la Presidencia, y de elementos institucionales de Estados Unidos. Montaron una operación de largo alcance que fructificó hace poco”.

“Aunque la llevaron a cabo colombianos, en Colombia, lo ocurrido no es un fenómeno colombiano como tal; es algo que se cocinó por largo tiempo, probablemente más de 20 años, con algunas instituciones de Estados Unidos que trabajaron con la autoridad que les compete, para ayudar a montar una operación contra cosas como las FARC, contra la maniobra narcoterrorista.

“Ahora bien, esto recién prosperó por los muchos años de preparación. No es algo que nada más pasó de la noche a la mañana”, explicó.

LaRouche pasó a analizar la propuesta ferroviaria de Chávez y Uribe, notando que, por décadas, él y sus colaboradores de toda la región han presentado propuestas detalladas para la integración física de América Central y del Sur con grandes obras de infraestructura, las cuales incluyen enlaces ferroviarios de levitación magnética o “maglev”.

“Ya hemos trabajado en estas propuestas ferroviarias antes”, afirmó, “incluso en la idea de ligarlas a proyectos agrícolas. Ha llegado la hora de reemplazar a los terroristas con agricultores. Ahora tenemos a mano todos los elementos para hacerlo, incluyendo el impulso rehabilitador hacia un Banco del Sur, para facilitar la construcción de tales grandes obras de desarrollo. Lo único que se necesita es tener la iniciativa política.

“No hay cabida para los británicos —y eso incluye las directrices de la globalización y el libre comercio británicos— en el Hemisferio, ni en el mundo. Ha llegado la hora de restaurar la tradición de [Abraham] Lincoln, de [William] McKinley y de la política del Buen Vecino de Franklin Delano Roosevelt”.

Con este fuerte golpe a los enemigos imperiales británicos de la humanidad, la única pregunta que cabe hacerse es: ¿estás listo ahora para sumarte a LaRouche y a sus amigos en todas las Américas para reconstruir la economía del Continente entero, y la del mundo?