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Este artículo aparece en inglés en la edición del 3 de julio de 2009 de Executive Intelligence Review.

Las manos de la "BAE" imperial británica detrás del terror global

Junio 26, 2009 (LPAC).— Una demanda por parte de los familiares de las víctimas de los ataques del 11 de septiembre, ha obligado a salir un valioso hallazgo de documentos que, que demuestran lo que ha estado diciendo Lyndon LaRouche por años: Detrás de los ataques del 11 de septiembre está la mano del imperio británico, operando a través de sus facciones sauditas aliadas. En efecto, el 11 de septiembre fue obra del aparato anglo-saudita imperial "BAE Al Yamamah", que constituye el núcleo del control británico Sykes-Picot actual, en todo el Golfo Pérsico y extendido hacia el Sudoeste Asiático. [BAE Systems es la compañía británica de material bélico que tiene operaciones clandestinas y de lavado de petrodólares con la familia real saudita, bajo el nombre clave de "Al Yamamah".]

De acuerdo a informes noticiosos del New York Times del miércoles 24, los abogados que representan a las familias del 11 de septiembre han recibido miles de páginas de documentos que no se habían revelado, detallando el financiamiento a Al Qaeda y al Talibán por parte de la familia real saudita, previo a los ataques del 11 de septiembre. Algunos de esos documentos, que incluyen informes del Departamento del Tesoro de los Estados Unidos, fueron obtenidos a través de querellas mediante la Ley de Libertad de Información; pero otros documentos, como los informes de inteligencia confidenciales de Estados Unidos y de Alemania, fueron filtrados a los abogados de las familias y se ha desatado una batalla legal sobre si se puede o no, hacer público ese material.

El 22 de junio, algunos de los miembros de las familias del 11 de septiembre se reunieron con el Presidente Obama, y afirman que el Presidente les prometió que haría público un segmento polémico de 28 páginas del informe de la investigación del Congreso sobre el 11 de septiembre, que la Casa Blanca de Bush clasificó como secreto. Como lo ha reportado la revista Executive Intelligence Review por años, las 28 páginas selladas tratan sobre los fondos que pasaron del príncipe Bandar Bin Sultan, ex embajador saudita, a dos funcionarios de la inteligencia saudita en California, quienes usaron el dinero para financiar a dos de los secuestradores del 11 de septiembre.

Y ahí es donde entra en escena la BAE de Londres. Como se ha informado ampliamente, el príncipe Bandar recibió cuando menos $2,000 millones de dólares en pagos por su rol en el trato de armas por petróleo conocido como "Al Yamamah", firmado por primera vez por Margaret Thatcher y los sauditas en 1985. Bajo los términos del acuerdo de trueque Al Yamamah, se estableció un fondo secreto paraíso fiscal con $100,000 millones de dólares, para operaciones encubiertas de inteligencia, el cual ha sido vinculado al 11 de septiembre y a los pagos que recibió Bandar. Aunque los documentos obtenidos por los abogados de las familias del 11 de septiembre tratan primariamente sobre los "fondos sin fines de lucro para beneficiencia" de los sauditas que iban a Al Qaeda y el Talibán, la verdadera historia es la del fondo para fines ilícitos de la BAE y Al Yamamah.

Como observó Lyndon LaRouche, los círculos sauditas que están en la cama con los británicos en el programa de Al Yamamah, son parte de un plan imperial británico, que pone en riesgo a toda nación en la región comprendida entre el Golfo Pérsico y el Sudoeste Asiático. "Independientemente de su nacionalidad, o si lo saben o no, estos jugadores sauditas son los enemigos de todas las naciones árabes y musulmanas. Son instrumentos del imperio británico, que todo árabe y musulmán que se respete a si mismo, desprecia".