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'Hagamos posible lo razonable'

EU y México deben cooperar en la construcción de grandes obras hidráulicas

por Dennis Small

La "expulsión" en masa de mexicanos de Estados Unidos cobró vuelo en 2007. El total de personas deportadas y de otro modo expulsadas este año probablemente rebase el medio millón, y algunos asesores del Gobierno mexicano hablan de que hasta a un millón de adultos se les despachará de regreso por la frontera en 2007, quienes dejarán a cien mil niños abandonados, muchos de ellos ciudadanos estadounidenses por nacimiento. En estos momentos hay unos 13 millones de mexicanos que residen en EU, cerca de la mitad de ellos como indocumentados.

Las expulsiones colectivas, y las consiguientes detenciones en masa, redadas y xenofobia a la que inducen los órganos de difusión, implican una enorme catástrofe humana, económica y social en marcha, cortesía del Gobierno "amigo de la familia" de Bush y de los intereses financieros depredadores que lo respaldan.

A estos cientos de miles de mexicanos los están deportando a un país del que huyeron como refugiados económicos, porque no podían ganarse la vida ni sostener a sus familias con los dictados de la globalización y el libre comercio que se le impusieron a México y que hicieron pedazos su economía. Se les caza, hacina y manda de regreso, en gran medida cual ganado humano, a un país devastado por la insuficiencia de obras hidráulicas y otra infraestructura básica —como se vio en las descomedidas inundaciones recientes en el estado sureño de Tabasco—; un país en el que la orientación librecambista de los últimos 25 años ha causado una tasa de desempleo real de 50%, una caída de 30% en el consumo real per cápita, y un desplome vertiginoso de la producción de alimentos, que amenaza la supervivencia misma y la soberanía de la nación.

Como lo planteó Lyndon LaRouche en un intercambio reciente con miembros de su Movimiento de Juventudes Larouchistas (LYM) en California: "La población [de México] ha crecido algo, pero es sumamente pobre. Se ven empujados a cruzar la frontera, ¡a venir aquí y trabajar como mano de obra prácticamente esclava! ¡Como seres humanos desechables! Y en el instante en que no necesitan sus servicios, descubres lo que significa desechable... Ahora bien, tenemos este gran problema, aquí, en EU. Los racistas empiezan a moverse con esto, en grande. Y la cosa tenderá a crecer... ¿Por qué viene esta gente aquí? ¡No tienen más adonde ir! Los trajeron aquí, ¡como ganado!, a trabajar como virtual mano de obra esclava en EU. Son dieciséis personas que duermen en una habitación o algo así, esa clase de situación; o que tienen un trabajo esclavo para tratar de conseguir a duras penas algunos centavos qué mandar al otro lado de la frontera".

Ésta de ningún modo es la primera advertencia de LaRouche sobre la catástrofe inminente.

En septiembre de 2007 esta revista informó que el estallido de la crisis hipotecaria estadounidense estaba causando una caída drástica en las remesas que los trabajadores mexicanos en EU —20% de los cuales trabajan en la construcción— envían a casa. EIR documentó la ola de despidos que ya azota a este estrato, y advirtió que "lo peor aún está por venir".

irrigation
Un sistema de irrigación en Yuma, Arizona, muestra la clase de agricultura moderna que podría aplicarse en México, una vez resuelto el problema del agua mediante las grandes obras que por tanto tiempo se han debatido, pero que nunca se han concretado. (Foto: Jeff Vanuga/Departamento de Agricultura de EU).

Siete años antes, en diciembre de 2000, LaRouche escribió que la venidera "defunción del importador de último recurso", la inflada economía especulativa estadounidense, trastocaría de manera impresionante la exportación de productos y de fuerza laboral de las naciones desesperadas del Tercer Mundo hacia EU.

Hace 30 años, LaRouche ya había denunciado estas directrices fascistas en una presentación de media hora que hizo por televisión nacional en 1976, en la que advirtió de la existencia del genocida "Plan Paddock", en el cual el aliado de Henry Kissinger, el agrónomo y asesor gubernamental William Paddock, pedía cortar la población de México a la mitad antes de que concluyera el siglo, y "cierren la frontera y véanlos chillar".

Eso es precisamente lo que ocurre ahora; el Plan Paddock se ha hecho realidad. EU aplica una política de genocidio hacia la nación mexicana y contra los mexicanos que ahora viven en sus fronteras.

Pero peor que lo que le hacemos a millones de mexicanos, es lo que los estadounidenses nos hacemos a nosotros mismos: nos permitimos convertirnos en bestias al tratar a otros como tales. Éste no es el "faro de esperanza y templo de libertad para toda la humanidad" del que con tanta elocuencia habló el marqués de La Fayette.

Una relación ejemplar

Por supuesto, hay mejores maneras, pero ciertamente hasta ahora no las ha descubierto ni difundido ninguno de los candidatos presidenciales demócratas ni republicanos.

Para ello, tendrán que atender las palabras que pronunció el 21 de abril de 1943 el presidente estadounidense Franklin Delano Roosevelt, durante una visita a Monterrey, México: "Los jornaleros agrícolas mexicanos, que se trajeron a Estados Unidos conforme a un acuerdo entre nuestros dos gobiernos, cuyos términos son completamente congruentes con los objetivos sociales a los que aspiramos juntos, contribuyen con su capacidad y su trabajo asiduo a la producción de alimentos vitales indispensables... Es hora de que todos los ciudadanos, de cada una de las repúblicas americanas, reconozca que la política del Buen Vecino significa que el perjuicio de una república, significa el perjuicio de todas las repúblicas".

Y la dirigencia política actual tendrá que recurrir a LaRouche, quien lleva tres décadas fomentando las relaciones méxico–estadounidenses en función de la cooperación en torno a grandes proyectos de construcción de infraestructura, entre ellos obras hidráulicas, ferroviarias y energéticas a gran escala (ver, por ejemplo, "V. Vernadsky y el desarrollo biogeoquímico de México y EU", en Resumen ejecutivo de la 2ª quincena de junio y 1ª de julio de 2003). Un ejemplo son el PLHINO (Plan Hidráulico del Noroeste) y el PLHIGON (Plan Hidráulico del Golfo Norte), y la gigantesca NAWAPA (Alianza Norteamericana de Agua y Energía), un plan que implica el trasvase de vastas cantidades de agua dulce desde Alaska y los ríos árticos de Canadá, hasta el oeste de EU y el norte de México.

La propuesta y el diseño técnico de los tres proyectos se remontan a los 1960, pero, en el mejor de los casos, quedaron relegados a segundo plano en los últimos 40 años de demencia económica que han azotando a la mayor parte del orbe.

Sin embargo, los tres proyectos se pusieron de nuevo sobre el tapete en un foro que tuvo lugar el 9 de noviembre de 2007 en el estado de Sonora, México, donde el centro de la deliberación fue el análisis de LaRouche sobre la crisis financiera internacional y cómo resolverla a través de un nuevo sistema financiero mundial fundado en proyectos como estos. El foro reunió a unos 600 participantes, entre ellos algunos senadores federales, el gobernador del estado, y funcionarios locales, agricultores e ingenieros, en un reflejo de la resolución de pelear que ahora embarga a México.

El cuadro mixto que esto pinta, y que detallamos a continuación, es el del proyecto integral NAWAPA–PLHINO–PLHIGON, aquí denominado "NAWAPA–Más", a construirse por etapas en un período de 30 años, para producir resultados sorprendentes en cuanto a:

Agua: aumentará la extracción de agua dulce en casi 70%, de los actuales 77 kilómetros cúbicos (km3) anuales, a 140 km3, para el uso agrícola, industrial y doméstico.

Tierra irrigada: sumará unos 5 millones de hectáreas de tierra de riego nueva a los 6,5 millones con los que cuenta ahora México; un aumento de 75%.

Alimentos: elevará de manera drástica la producción alimenticia; la de cereales, por ejemplo, a la larga aumentará a tanto como 20 millones de toneladas al año, para casi duplicar la producción actual de 25 millones. Esto mejoraría en sumo grado la nutrición de la población, de 108 millones de habitantes, y ayudaría a la alimentación de los mexicanos que nazcan en los próximos años, así como a la de los que regresen de EU.

Empleo: tal vez un millón de mexicanos trabaje directamente en la construcción del PLHINO y del PLHIGON en lo álgido de la obra, que incluirá presas, túneles, canales y estaciones de bombeo; y se crearán millones de empleos adicionales para producir el cemento, el acero y la maquinaria necesarios para estos proyectos, y para cultivar los 5 millones de hectáreas de tierra de riego nueva.

Tecnología de punta: más allá del aumento significativo en la generación hidroeléctrica que implicarán el PLHINO y el PLHIGON, la energía nuclear y las plantas de desalación nuclear serán un aspecto fundamental de la NAWAPA–Más. El desarrollo de esta tecnología, junto con el de la levitación magnética para las ferrovías de alta velocidad que correrán paralelas a las rutas hídricas, desde el estrecho de Bering hasta el tapón del Darién, será el motor científico que anime a toda la región.

Como lo planteó LaRouche en su diálogo con el LYM: "¿Por qué no darle al pueblo de México la oportunidad de vivir al apoyar la construcción del PLHINO, que es un dechado de proyecto? Si no hubiéramos destruido en 1982 la capacidad de México para desarrollarse, no tendríamos este problema. Así que ahora tenemos que ir al epicentro del asunto y decir: 'Muy bien, tienen derecho a vivir ahí; tienen derecho a un proyecto en el que puedan cultivar su propia comida'. Y reencontraremos nuestra alma, en EU, si lo hacemos".

Mapa 1
mexico water availability
TABLA 1
Regiones hidrológicas de México
Nombre Escurrimiento superficial promedio (km3) Escurrimiento como % del total Área como % del total
I Baja California3,01%7%
II Noroeste5,5110
III Pacífico norte22,468
IV Balsas24,966
V Pacífico sur30,8 8 4
VI Río Bravo 7,2 2 19
VII Cuencas centrales del norte 4,7 1 10
VIII Lerma–Santiago–Pacífico29,6 7 10
IX Norte del Golfo 22,1 6 6
X Centro del Golfo 98,9 25 5
XI Sur del Golfo139,7 35 5
XII Yucatán 4,3 1 7
XIII Valle de México 2,0 1 1
Total de México 395,1 100% 100%
Fuente: CNA 2006 (México).

El PLHINO

México tiene tanta agua... y también tan poca. El sudeste prácticamente flota sobre agua, y el norte y el centro están completamente secos. Ésta es una simplificación exagerada, pero indica el problema fundamental. Pueda que México tenga una precipitación pluvial promedio de 773 milímetros anuales (que se compara de manera favorable con los 742 mm de EU) y una disponibilidad promedio anual de 4.573 m3 de agua per cápita, pero los seres humanos no viven de promedios matemáticos, sino en el espacio geográfico–económico real. En México, los rasgos que caracterizan ese espacio los definen dos largas cordilleras, la Sierra Madre Occidental y la Sierra Madre Oriental, que se unen en el centro–sur del país, en un apretado nudo neovolcánico.

Como muestra el mapa 1, las regiones hidrológicas norte, centro y noroeste concentran a 77% de la población del país, pero sólo 32% del agua disponible; en tanto que en las cuatro regiones hidrológicas del sureste está 68% del agua disponible del país, pero sólo 23% de su población.

De hecho, como muestra la tabla 1, tan sólo las regiones X y XI (que abarcan los estados de Chiapas, Tabasco, Veracruz y parte de Oaxaca, Puebla e Hidalgo, un mero 10% del territorio nacional) tienen un asombroso 60% del escurrimiento total. Esto es porque los tres ríos más grandes del país desembocan al golfo de México en esta región del istmo de Tehuantepec: el Coatzacoalcos (con una afluencia de 32,8 km3), el Papaloapan (con 44,7 km3) y el enorme Grijalva–Usumacinta, cuya afluencia de 115,5 km3 lo convierten en uno de los ríos más caudalosos del mundo (ver mapa 2 y tabla 2).

TABLA 2
Ríos principales de México
Región Nombre Escurrimiento superficial promedio (km3) Escurrimiento como % del total
XI 1)Grijalva–Usumacinta 115,5 29%
X 2) Papaloapan 44,7 11
X 3) Coatzacoalcos 32,8 8
IV 4) Balsas 24,3 6
IX 5) Pánuco 19,1 5
X 6) Tonalá 11,4 3
VIII 7) Santiago 7,8 2
Otros 139,5 35
Total de México 395,1 100
—Desemboca al golfo de México 272 69
—Desemboca al océano Pacífico 116 29
—Ríos interiores 7 2%
Fuente: CNA 2006 (México).

De modo que el gran reto de México siempre ha sido tomar el agua de donde abunda, y trasvasarla a donde escasea.

Eso es precisamente lo que hace el PLHINO.

El concepto nació a mediados de los 1960, y se sistematizó como plan hidráulico a principios de los 1970. Desde entonces, LaRouche y sus colaboradores en México han pugnado de manera permanente por su ejecución.

En el foro del 9 de noviembre en Sonora, el distinguido ingeniero mexicano Manuel Frías Alcaraz presentó un nuevo diseño detallado para el PLHINO. En el diseño de Frías, aproximadamente 75% del escurrimiento de los cinco ríos desaprovechados del litoral central del Pacífico mexicano alimentaría un canal costero que correría hacia el noroeste, con una afluencia combinada de 220 m3 de agua por segundo (unos 7 km3 al año). Se construirían presas nuevas en cada uno de los cinco ríos (San Pedro, Acaponeta, Baluarte, Presidio y Piaxtla; ver mapa 2), a interconectarse mediante cuatro túneles (de entre 21 y 33 km de largo, con tubería de 7 m de diámetro), para bajar gradualmente el agua por gravedad desde una altura de 570 m sobre el nivel del mar (nsnm), para la primera presa, hasta los 370 msnm, para la última.

La desventaja relativa de construir túneles es que exige una inversión significativa, más de lo necesario para construir los canales y estaciones de bombeo alternativos al nivel del mar. Pero, por otra parte, el bombeo tiene un costo continuo de operación (la electricidad, en particular), que no es el caso al construir túneles para ahorrar energía con el aprovechamiento de la gravedad para transportar el agua en función de la diferencia de alturas. Estos factores deben evaluarse caso por caso, pero la propuesta de Frías sin duda es viable.

Además, Frías propone construir desde el embalse del Piaxtla, a 370 m de altura, una serie de canales, estaciones de bombeo, y presas y túneles más pequeños, que transferirían los 220 m3 de agua por segundo acumulados hasta el río Yaqui en Sonora.

De este modo, le explicó Frías a la entusiasta concurrencia en Sonora, estaríamos creando un río artificial de unos 460 km de largo, comparable al río Santiago, de 580 km, que es el séptimo más largo del país. Y lo que a la naturaleza le tomó un millón de años hacer, nosotros podemos lograrlo en una década, recalcó. Se calcula que completar todo el PLHINO llevaría diez años, con una inversión anual de cerca de mil millones de dólares, "recursos monetarios equivalentes a la compra de alimentos [de México] de únicamente un año", según Frías.

Los 7 km3 de agua trasvasada, junto con la que recolecten directamente del subsuelo los ductos del túnel, permitirán irrigar 300.000 hectáreas de tierra de cultivo nueva en el estado de Sinaloa, y otras 470.000 en Sonora, para un total de 800.000 hectáreas que el PLHINO abriría a la agricultura.

La inundación de Tabasco

Al momento del foro de Sonora, la atención de los participantes seguía fija en la inundación de pesadilla que había asolado el sudeste de México apenas dos semanas antes.

En sólo tres días a fines de octubre cayó cerca de un metro de lluvia en los depauperados estados de Tabasco y el vecino Chiapas. En la unión de los ríos Grijalva y Usumacinta en el aluvial de la planicie costera, poco más abajo de la ciudad de Villahermosa, se creó un "tapón hidráulico que causó una remanso enorme de agua.

La inundación afectó aproximadamente a la mitad de los dos millones de habitantes de Tabasco, al dejar a casi 90% del estado, incluyendo su capital, Villahermosa, bajo el agua. La situación en esta ciudad era tan terrible, que el secretario de gobierno del estado, Humberto Mayans, advirtió de un "riesgo muy grande" de que estallaran una crisis social y los disturbios, como pasó con la última gran inundación en la región en 1999. Señaló que había 100.000 personas deambulando que lo habían perdido todo, y un gran peligro de que brotaran epidemias por la falta de agua potable y de servicios sanitarios básicos.

En un informe de la situación que dio ante medios noticiosos el 19 de noviembre, el gobernador de Tabasco, Andrés Granier, describió las condiciones espantosas que enfrentaban muchos de los residentes, cuyos hogares llenos de basura eran ahora inhabitables, y quienes no tenían modo de ganarse el sustento, gracias a la destrucción de la economía formal de México tras 25 años de globalización y libre comercio: "Independientemente [de] que las casas están fuera del agua, hay hambre... ¿De dónde va a sacar dinero para comer, cuando la mayoría trabaja en el comercio informal y perdieron su trabajo?"

El patético presidente librecambista mexicano Felipe Calderón tuvo la desfachatez de culpar al "cambio climático" del desastre, pero el gobernador Granier pronto lo desmintió, al acusar de la tragedia a los años que ha dejado de invertirse en la infraestructura. Granier dijo que, de haberse construido las desde hace mucho planificadas obras de gestión de aguas, "sí hubiera habido daño, pero no la catástrofe que estamos viviendo". Esto exigiría, mínimo, una inversión de 6 mil millones de pesos (unos 550 millones de dólares), dijo el Gobernador, pero sólo se le han asignado patéticos 387 millones (35 millones de dólares) del presupuesto federal.

El meollo del problema lo describe un informe que presentó el Colegio de Ingenieros Civiles de México (CICM) el 6 de noviembre: la cuenca del Grijalva, el que se encuentra más al oeste de los dos ríos (ver mapa 2), representa 27% de la superficie sujeta a lluvias intensas. De las cuatro presas principales a lo largo del Grijalva y sus tributarios, que se construyeron entre 1959 y 1987, las tres que están más arriba (La Angostura, Chicoasén y Malpaso) lograron contener el 100% del agua que recibieron, sin tener que liberar nada de ella corriente abajo. La cuarta presa, Peñitas, alcanzó a contener una tercera parte de los 3.000 m3 de agua por segundo que recibía, pero tuvo que soltar el resto. Sin embargo, el CICM calculó que este volumen de agua sólo aportó 3% de toda el agua que inundó Tabasco.

El ingeniero Frías dice que el diseño original y la construcción de Peñitas fueron inadecuados, al crear un embalse demasiado pequeño como para contener la afluencia del río durante los períodos de lluvias intensas.

El Usumacinta y sus tributarios, y otros ríos de la región, constituyen 73% de la superficie afectada por las lluvias, y no tienen ni una sola presa; de ahí la inundación devastadora. El CICM concluye con la recomendación deficiente de que México debe "impulsar una mayor inversión en proyectos de infraestructura en todo el territorio nacional, y en forma particular en la región sur–sureste, para prevenir desastres y contribuir al desarrollo económico sostenido y equilibrado a largo plazo".

El PLHIGON

Hace mucho que se diseñó y propuso semejante proyecto de infraestructura regional, y se le conoce como el PLHIGON, el Plan Hidráulico del Golfo Norte. Como con el PLHINO, el movimiento de LaRouche lleva décadas pugnando por su puesta en marcha. Por ejemplo, a fines de 1999, a raíz de la última gran inundación en Tabasco, el finado Carlos Cota Meza, uno de los dirigentes del movimiento larouchista en México, escribió un estudio con el título provocador de: "Cómo crear en México más de un millón de empleos al año" (ver Resumen ejecutivo de la 2ª quincena de noviembre y 1ª de diciembre de 1999). Dicho informe iba acompañado de una serie de mapas, entre ellos uno del PLHINO y el PLHIGON, que reproducimos aquí en el mapa 3.

El PLHIGON resolverá el problema histórico de las inundaciones en la región, generará una cantidad significativa hidroelectricidad, y transportará una gran cantidad de agua dulce a lo largo de la costa del golfo de México, parte de lo cual exigirá obras complementarias para bombearla hasta la meseta central del norte del país, que forma parte del Gran Desierto Americano.

La afluencia total a dominar y aprovechar es enorme, y hace palidecer los 7 km3 de extracción de agua que representa el PLHINO, de un escurrimiento total de 9,5 km3. Los cuatro grandes ríos del sureste (Grijalva–Usumacinta, Papaloapan, Coatzacoalcos y Tonalá, el primero, segundo, tercero y sexto más grandes del país, respectivamente), juntos, tienen una afluencia de aproximadamente 204 km3, de los cuales sólo 15%, o 30 km3, se extraerán con el PLHIGON.

El diseño detallado de Frías plantea la construcción de seis presas principales sobre el río Usumacinta y sus tributarios, algunas de las cuales implican proyectos binacionales con Guatemala. Éstas alcanzarán una capacidad hidroeléctrica instalada por el orden de los 9,5 gigavatios, casi el doble de la que tiene hoy el país, de 11 GW, de un total nacional de 50 GW de las diferentes fuentes. También habrá que aumentar la capacidad de las presas ya existentes de Malpaso y Peñitas sobre el Grijalva.

Además de generar electricidad, estas presas estarán diseñadas para contener la afluencia de los ríos y evitar inundaciones. Con esto se pondrán a producir las tierras ricas de lo que ahora es una vasta planicie costera de terreno aluvial que se extiende a todo lo largo de Tabasco y del estado vecino de Campeche, tanto en cultivos como para pastura. Frías calcula que pueden recuperarse más de 1,5 millones de hectáreas de tierra, al transformar la región en la principal zona agrícola del país. A ojo de buen cubero, 1 km3 de agua al año irrigará unas 100.000 hectáreas de tierra. Eso significa que los 1,5 millones de hectáreas de tierra nueva de labranza necesitarán cerca de 15 km3 de los 204 del escurrimiento de los cuatro ríos mencionados.

También querría construirse un canal hacia el este, hacia la península de Yucatán, donde las condiciones relativamente áridas han causado una sobreexplotación de los acuíferos, los cuales vienen agotándose con rapidez.

Se construirá un segundo canal, de 59 km de largo, para conectar a la ciudad de Villahermosa con la costa del Golfo, para transformar a esa afligida ciudad en un próspero puerto interior.

En una segunda etapa, se transportarán 15 km3 de agua adicionales hacia el noroeste, por la costa del Golfo, con la construcción de presas, canales y estaciones de bombeo para ese propósito. El trasvase de tales cantidades monumentales de agua, ya sea por encima (o por debajo, con túneles) del nudo neovolcánico del centro de México, implica ciertas dificultades técnicas, pero pueden resolverse con el aumento significativo en la generación eléctrica que habrá conforme México desarrolle a plenitud su industria nuclear.

También se necesitará una cantidad sustancial de energía para bombear el agua por encima de la Sierra Madre Oriental hacia la región del Gran Desierto Americano que ocupa la zona central del norte de México, un problema que esta publicación debatió en junio de 2003, como sigue:

"Cabe señalar que ni el PLHINO ni el PLHIGON llevarían agua al Gran Desierto Americano, al centro–norte árido de México. Se tienen que complementar con otras obras para llevar el agua de las costas a la altiplanicie. Del lado occidental eso es poco factible en términos físico–económicos, ya que la Sierra Madre Occidental es muy alta, pues alcanza alturas de 3.000 msnm. Pero del lado del golfo de México sí se puede, ya que la Sierra Madre Oriental oscila entre los 2.000 y 2.500 msnm.

"Un proyecto que sería de particular importancia para llevar agua en esa dirección, por lo menos hasta la ciudad de Monterrey (que está justo antes de cruzar la Sierra Madre Oriental hacia la altiplanicie), es un plan desarrollado por el ingeniero mexicano Manuel Frías Alcaraz, y que él ha denominado Sistema TzenValle. El concepto es desviar más o menos un tercio del agua del caudaloso río Pánuco (el tercero más grande del país) y sus afluentes, desde donde nacen en la Sierra Madre Oriental en el estado de San Luis Potosí. Por medio de una serie de presas, túneles y canales ubicados a unos 250 o 300 msnm, se llevaría el agua hacia el norte, para luego bombearla hasta Monterrey, que está a unos 540 msnm. Es decir, el costo del bombeo se reduciría a un mínimo, porque sólo hay que subir el agua unos 250 metros adicionales.

"El Sistema TzenValle llevaría unos 6,8 km3 adicionales de agua al año a esta zona árida...

"El ingeniero estadounidense Hal Cooper también ha propuesto un par de proyectos para llevar agua del Golfo hasta el Gran Desierto Americano. En el primero, propone construir un canal que corra desde el extremo norte del PLHIGON a Monterrey, y de ahí a Saltillo, Torreón y la parte sur del estado de Chihuahua, donde se conectaría con el río Conchos, afluente del río Bravo. La parte más difícil de la obra sería subir el agua de Monterrey a Saltillo, que tiene una diferencia de 1.050 m. Aquí no hay sino bombear, quizás ahorrando ciertas diferencias de altura con la construcción de túneles que pasarían por debajo de las cimas de las montañas más altas de la Sierra Madre Oriental".


MAPA 4
La 'NAWAPA–Más' de Norteamérica
North America high speed railways

La NAWAPA

Pero todo esto es un juego de niños comparado con el proyecto hidráulico de verdad gigantesco conocido como la Alianza Norteamericana de Agua y Energía (NAWAPA). Este diseño de la compañía de ingeniería Parsons de los 1960 es una obra hidráulica, energética y agropecuaria integral que propone aprovechar 17% de la afluencia anual de los ríos de Alaska y el norte de Canadá (unos 1.000 km3 de agua), la mayor parte de la cual va a dar —sin usarse— al océano Ártico, y canalizarla al sur, hacia Canadá, EU y México.

En el diseño de Resumen ejecutivo de la NAWAPA–Más, la NAWAPA se conectaría tanto con el PLHINO como con el PLHIGON, para crear un sólo proyecto hidráulico norteamericano integral (ver mapa 4), que se conforma muy de cerca con el concepto y, de hecho, la ruta física de obras ferroviarias de alta velocidad propuestas, que correrían desde el estrecho de Bering hasta el tapón del Darién (ver mapa 5).

Según el diseño original de la Parsons, primero se canalizaría el agua hacia la trinchera de las montañas Rocosas, un embalse natural de unos 800 km de largo, que baja del centro de Canadá hacia el norte de EU, y de unos 15 km de ancho y cerca de 100 m de profundidad (en promedio). Almacenaría unos 400 a 500 km3 de agua, a una altura de aproximadamente 900 msnm.

A través del extremo septentrional de la Trinchera se construiría una hidrovía navegable en Canadá, desde Vancouver en el oeste, hasta el lago Superior y el río de alto calado de San Lorenzo en el este; una gran hidrovía que conectaría el Pacífico con el Atlántico.


MAPA 5 North America high speed railways

El brazo oriental de la NAWAPA correría al sur de este canal canadiense, por el centro de EU, donde ayudaría a reabastecer el gigantesco acuífero de Ogallala, que hoy sufre una sobreexplotación. Desde ahí, otro canal lo conectaría con el golfo de México. Al extremo sur de la Trinchera se construiría el sistema de bombeo de Montana, una estación de bombeo que elevaría el agua desde los 900 msnm hasta unos 1.500 msnm, a ambos lados de la división continental que forman las Rocosas. Se calcula que esto demandará unos 80 mil millones de vatios (80 GW) de electricidad, una cantidad sustancial, pero el plan general propone construir numerosas hidroeléctricas a lo largo de toda la ruta de la NAWAPA, que generarían unos 180 GW. En otras palabras, aun con los 80 GW que consumiría el sistema de bombeo de Montana, tendríamos un excedente neto de cerca de 100 GW.

Desde ahí, el brazo central de la NAWAPA se extendería por el flanco oriental de las Rocosas, a través del Gran Desierto Americano, hasta Wyoming, Colorado, Nuevo México y Texas. Esta ruta se conectaría con los tributarios del río Bravo (o Grande), en la frontera entre México y EU. Esto permitiría la transferencia de una gran cantidad de agua dulce —unos 6,8 km3, según el plan de la Parsons— a la árida zona central del norte mexicano. Aquí, a la altura del río Bravo, es donde se unen el PLHIGON y la NAWAPA.

El brazo occidental de la NAWAPA también pasaría por el Gran Desierto Americano, para atravesar Nevada, Utah, Arizona y Nuevo México, donde también alimentaría el río Bravo y se reencontraría con el brazo central. Desde Arizona, se construiría un canal para llevar el agua, a través de la frontera, hasta México, al río Yaqui en Sonora, que recibiría casi 12 km3 de agua al año. Aquí es donde el PLHINO y la NAWAPA se unen.

El tramo occidental de la NAWAPA también abastecería de agua al norte y al centro de California, y al río Colorado, que, a su vez, llevaría más de 5 km3 anuales de agua al norte de la Baja California.

TABLA 3
La NAWAPA y la extracción de agua
(km3)
  México EU Canadá Total
Extracción actual 77 469 55 601
NAWAPA 24 99 42 165
Extracción nueva total 101 568 97 766
Porcentaje de aumento 31% 21% 76% 22%
Fuentes: Parsons Co.; Estudio Geológico de EU; FAO; EIR.

La tabla 3 muestra un compendio del agua que proveería la NAWAPA, por sí sola, para México, EU y Canadá. Abastecería a México con cerca de 24 km3 de agua dulce, para elevar en 31% la extracción actual; la de EU aumentaría en 21%; y la de Canadá, en 76%. La NAWAPA significa un incremento de 22% en la extracción de agua para toda la región de estas tres naciones.

¿Acaso no es éste un concepto mucho mejor en torno al cual organizar las relaciones entre México, EU y Canadá, que el Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN), ahora sumido en las tinieblas, que sólo le ha acarreado destrucción a las tres naciones?

MAPA 6
Mexico Water Transfers
TABLA 4
Trasvase de agua en México con la 'NAWAPA–Más'
(km3)
  Para: NAWAPA–Baja (I) NAWAPA–PLHINO (II, III) NAWAPA–PLHIGON (VI, VII, IX, X, XI) Total de México
De: NAWAPA 5 12 7 19
PLHINO 0 7 0 7
PLHIGON 0 0 37 37
—TzenValle     6.8  
—Los 4 grandes ríos del Istmo     30  
         
Agua nueva total para la región 5 19 44 63
Reabasto de acuíferos sobreexplotados 1 1.5 3.4 10
Agua nueva neta para la región 4 17.5 40.6 53
Extracción total actual 3.8 17 24.2 76.5
Porcentaje de aumento 105% 103% 168% 69%
Fuentes: CNA 2006 (México); Parsons Co.; Hal Cooper; Manuel Frías Alcaraz; EIR.

El mapa 6 y la tabla 4 muestran el efecto cabal que tendrán los proyectos de la NAWAPA–Más en la disponibilidad de agua para México. El país contará con 63 km3 de agua nueva disponible. Como México al presente extrae 36% de su agua de acuíferos, y en el proceso sobreexplota más de 20% de ellos —o sea, extrae más agua que su recarga anual—, habrá que aprovechar unos 10 km3 del agua nueva disponible en reabastecerlos y revertir su agotamiento. Eso nos dejará con una disponibilidad neta de agua nueva de unos 53 km3, un aumento de 69% en comparación con los 77 km3 actuales.

Si vemos esto por región, como muestra el mapa 6, la zona de la NAWAPA–Baja (la región hidrológica I de México) recibirá 5 km3 de agua nueva de la NAWAPA, lo que significará un aumento de más de 100% para la región.

La zona de la NAWAPA–PLHINO (las regiones II y III) recibirán 12 km3 de la NAWAPA y 7 km3 del PLHINO, para un total de 19 km3 de agua nueva. Luego de reabastecer los acuíferos de esta zona, lo cual es un problema grave, el aumento neto será de más de 100% en comparación con el nivel actual.

Y para la zona de la NAWAPA–PLHIGON (las regiones VI, VII, IX, X y XI), los 7 km3 de agua que la NAWAPA descargará a través del sistema del río Bravo, se verán engrosados por los 30 km3 que aportará la región baja del PLHIGON, y por otros 7 km3 del proyecto TzenValle sobre el río Pánuco. Eso será un aumento en la disponibilidad neta de agua nueva de 168%. Este salto impresionante sentará la base para abordar, por fin, los problemas que aquejan a la parte mexicana del Gran Desierto Americano.

Este aumento en la disponibilidad de agua le permitirá a México irrigar unos 5 millones de hectáreas nuevas de tierra, un aumento de 75% en comparación con las actuales 6,5 millones de hectáreas de riego. De esta tierra nueva, 0,8 millones de hectáreas estarán en Sinaloa y Sonora; 1,5 millones en la planicie pluvial de Tabasco y Campeche; y unas 2,7 millones se abrirán al cultivo en el extremo norte del PLHIGON, que incluye los actuales yermos del altiplano central.

Y más allá

Este autor participó en el foro del 9 de noviembre en Sonora, "Construyamos el Puente Hacia el Futuro", en el que explicó los pormenores del proyecto de la NAWAPA y concluyó con los siguientes comentarios:

"Entonces, si combinamos los programas nacionales de ustedes, como el PLHINO y el PLHIGON, por un lado, de transferencia de agua de una cuenca a otra, y si también añadimos a eso la transferencia de agua de [otras] cuencas con proyectos multinacionales, como es el caso de la NAWAPA, podemos dar un paso bien grande hacia adelante. Pero también se requiere, como les decía anteriormente, un tercer elemento —este banquillo tiene tres patas, no se para en dos nada más—: el tercer elemento del plan tiene que ser la fabricación, manufacturar, producir agua dulce; y la manera más eficiente de hacer esto —que es totalmente factible— es a través de la desalación de agua con energía nuclear...

"México absolutamente podría hacer algo parecido, y mejor todavía, con las tecnologías del futuro como es la energía nuclear... o, en el caso de la construcción de ferrovías, ferrocarriles de alta velocidad con la tecnología de levitación magnética, los maglev, que ya se están usando en China y se están construyendo en otros lados.

"La importancia de estas tecnologías no solamente es que son más eficientes económicamente, sino que introducen el elemento que es el disparador del crecimiento económico, aquello que produce la chispa científica y tecnológica, que es lo que distingue la economía humana de cualquier otra especie animal...

"Y yo estoy convencido de que, si estudiamos estas opciones, si organizamos en nuestras respectivas naciones en torno a estas ideas, y si, en particular, les presentamos estas ideas a los jóvenes, a las juventudes de nuestros países —que al fin y al cabo son el futuro—, estas opciones que ahora nos pueden parecer razonables, pero utópicas, se volverán —con nuestro trabajo político, con nuestro trabajo económico, con nuestro trabajo organizativo y educativo— opciones posibles".

Como dijo el amigo de Lyndon LaRouche, el finado presidente mexicano José López Portillo, en su memorable discurso de octubre de 1982 ante la Asamblea General de las Naciones Unidas: "hagamos posible lo razonable".