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Cheney pretende desatar una 'espléndida guerrita' en Sudamérica con su andanza en Paraguay

por Dennis Small

17 de agosto de 2005

El secretario de Defensa estadounidense Donald Rumsfeld arribó a Paraguay el 16 de agosto, con la misión principal de darle los últimos toques al plan del vicepresidente Dick Cheney de establecer una base militar de los Estados Unidos en ese país, en el corazón de Sudamérica. La respuesta que corresponde a esa movida, aconsejó el estadista norteamericano Lyndon LaRouche, es comunicar la siguiente advertencia de seguridad urgente por toda Sudamérica:

Redoblen la vigilancia en los cementerios y las morgues, y pongan guardias especiales en todas las clases de anatomía en las universidades. Esos gemelos políticos psicópatas de Cheney y Rumsfeld, los ``Burke y Hare'' de Washington, D.C., andan sueltos por Sudamérica.

William Burke y William Hare --famosos en apartados tales como la historia de Robert Louis Stevenson, {El ladrón de cadáveres}-- fueron un par de ``empresarios'' escoceses de los 1820, quienes se establecieron como abastecedores de cadáveres frescos para satisfacer la activa demanda de las escuelas de medicina de Edimburgo para sus clases de anatomía. Cuando la demanda rebasó la oferta disponible basada en la excavación, a avanzadas horas de la noche, de las tumbas de quienes acababan de partir de este mundo, los dos librecambistas recurrieron a la economía de oferta, y empezaron a asesinar personas directamente. No los atraparon sino hasta que ya llevaban 16 víctimas.

En la reedición del siglo 21 de las andanzas de Burke y Hare que están realizando Cheney y Rumsfeld, la idea es que la mayoría de los cadáveres sean brasileños.

¿Cuál es el verdadero móvil de las andanzas de Cheney en Paraguay? Es necesario ubicar los acontecimientos regionales sudamericanos en el marco de la ofensiva por emprender una guerra preventiva contra Irán, incluso con bombas nucleares, emprendida por Dick Cheney y su pandilla aliada de utopistas lunáticos ``doblacucharas'' dentro de los círculos militares y de inteligencia de los EU. Y hay que ubicarlos también en el marco de un sistema financiero mundial en rápida desintegración, cuyos dueños han desplegado a Cheney y compañía para salvarlo a cualquier precio.

He aquí los principales elementos sudamericanos que llevan a la peligrosa andanza en Paraguay.

El 24 de febrero de 2005 el Gobierno argentino de Néstor Kirchner negoció con éxito una quita del 60% de su deuda pública de 82 mil millones de dólares, contra la violenta oposición del Fondo Monetario Internacional y la oligarquía financiera mundial.

El 29 de marzo de 2005 los jefes de Estado y de Gobierno de Brasil, Colombia, Venezuela y España se reunieron en Ciudad Guayana, Venezuela, a fin de discutir los detalles de la construcción de grandes obras de infraestructura regionales para sacar a sus economías de la pobreza, y para sentar los cimientos de una paz regional duradera. Este acontecimiento sorprendente constituyó un revés significativo para los intereses financieros internacionales que Cheney y Rumsfeld representan, cuyo objetivo regional es asegurar su control de las materias primas estratégicas, y hundir a toda la región en un caos tal, que no pueda organizar una oposición unificada al moribundo sistema del FMI.

En abril de 2005, la incapacidad de Washington para imponer su candidato preferido como el próximo Secretario General de la Organización de Estados Americanos, le asestó un golpe político adicional a Cheney y los neoconservadores, resultado que no le gustó, para nada, a Cheney y sus amigos de Wall Street.

De ahí que el 5 de mayo de 2005, los Estados Unidos indujeron al Gobierno paraguayo a firmar un acuerdo que autoriza actividades de entrenamiento militar conjuntos, abarcando el período de 18 meses que corre desde el 1 de julio de 2005 hasta el 31 de diciembre de 2006, con opción de prórroga indefinida. La base para estas maniobras será la base militar y el aerodromo de Mariscal Estigarribia --construido por los Estados Unidos para que puedan aterrizar los más grandes aviones de transporte militar, y para albergar a unos 16,000 soldados--, ubicado en medio de una región inhóspita y deshabitada del Chaco en el noroeste de Paraguay. Esta es precisamente la región donde se libró la sangrienta guerra del Chaco de 1932-1935 entre Paraguay y Bolivia.

El 26 de mayo de 2005, el congreso paraguayo le concedió a las tropas estadounidenses inmunidad ante cualquier eventual acusación penal por crímenes cometidos en Paraguay, una excepción que el gobierno de Bush-Cheney anteriormente le había exigido también a Brasil, Argentina y otros países sudamericanos, y que había sido negada con firmeza.

Y luego ocurrió el incidente más revelador de la andanza paraguaya.

El 10 de junio de 2005, el vicepresidente paraguayo Luis Catiglioni viajó a Washington, D.C., donde tuvo reuniones privadas con Cheney, Rumsfeld y el hampón neoconservador Roger Noriega, que en ese entonces se desempeñaba como Secretario Asistente de Estado para Asuntos Hemisféricos. La atención totalmente desproporcional brindada a Castiglioni --en particular la reunión privada con Cheney--, fue un indicio de que el esquema provocador ya se había activado, y que Dick Cheney tenía el control operativo.

El 1 de julio de 2005, las primeras 500 tropas estadounidenses empezaron a llegar a Paraguay. El 7 de julio, la embajada de los EU en Paraguay emitió una declaración negando que se tuviera la intención de establecer una base militar permanente en el país. Pero a fines de julio, el ejército brasileño, evidentemente no muy convencido por tales afirmaciones, llevó a cabo maniobras militares en la frontera de su país con Paraguay, en paralelo con la llegada de las tropas estadounidenses.

Comentaristas regionales y otros, un tanto miopes, han planteado diversas explicaciones en cuanto a la base militar estadounidense en Paraguay --o Lugar de Seguridad Cooperativa (CSL, por sus siglas en inglés), como se le denomina en pentagonés--, en el corazón de Sudamérica (el único otro CSL en Sudamérica está en Manta, Ecuador):

* Que es para controlar los enormes depósitos de gas natural en Bolivia, cuya frontera queda a sólo 250 kilómetros de la base de Mariscal Estigarribia.

* Que es un despliegue en contra de las supuestas capacidades de terroristas iraníes, incluído el lavado de dinero, ubicadas en el área de la Triple Frontera entre Paraguay, Argentina y Brasil.

* Que es una puñalada contra el proyecto de Mercosur, que Brasil ha encabezado en contra de los dictados librecambistas provenientes de Washington y del FMI. Paraguay es miembro del Mercosur, junto con Brasil, Argentina y Uruguay.

* Que es para apoderarse del enorme Acuífero Guaraní, que a menudo se describe como una de las reservas de agua dulce más grandes del planeta, y que abarca un área de 1,2 millones de kilómetros cuadrados, de los cuales se calcula que 70% se ubican en Brasil, 19% en Argentina, 6% en Paraguay y 5% en Uruguay.

* Que es una cabeza de playa para el acceso a las inmensas riquezas de la región amazónica de Brasil, que tiene una importancia estratégica.

Hay elementos de verdad en cada una de estas explicaciones, pero todas hacen caso omiso de las dos consideraciones estratégicas determinantes citadas arriba: la desintegración financiera mundial, y la locura activa del gobierno Bush-Cheney. De hecho, el objetivo político real de la andanza paraguaya de Cheney, es lanzar una ``espléndida guerrita'' al estilo británico en la región --tanto entre las naciones como dentro de los Estados nacionales actuales, en la forma de guerras civiles como la que ahora se organiza para balcanizar a Bolivia--, y de esa manera hundir a la región en una nueva era de tinieblas de caos y genocidio.

Cheney y Rumsfeld quieren {cadáveres}. Así que los sudamericanos deben tener cuidado con los nuevos Burke y Hare.

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