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¿Quién es Larry Franklin?
El ‘caso Franklin’ pone al descubierto una red de espionaje israelí en el Pentágono

por Jeffrey Steinberg

El 27 de agosto, la cadena de televisión CBS de los Estados Unidos informó que el FBI estaba por cerrarle el cerco a un espía de Israel infiltrado en la oficina del subsecretario de Defensa Douglas Feith en el Pentágono. El presunto espía le había pasado documentos secretos sobre la política del Gobierno de George W. Bush respecto a Irán a funcionarios del Comité Americano–Israelí de Asuntos Públicos (AIPAC), los que, a su vez, los pusieron en manos de un diplomático israelí en Washington. Al día siguiente, el Washington Post y otros medios noticiosos identificaron al presunto espía de Israel como Larry Franklin, un funcionario a cargo de vigilar a Irán en la oficina de política del Cercano Oriente y el Sur de Asia (COSA) del Pentágono. Según informes noticiosos posteriores, hace 18 meses el FBI observó un almuerzo de trabajo entre el diplomático Naor Gilan, consejero político de la embajada de Israel, y el oficial del AIPAC Steve Rosen, al que asistió Franklin.

Las investigaciones llevadas a cabo después de ese almuerzo revelaron lo que sería la mayor operación de espionaje de Israel contra los EU, desde el arresto de Jonathan Jay Pollard en noviembre de 1985.

Pollard, una analista de inteligencia naval, le pasó un caudal de documentos clasificados del Pentágono a Israel entre 1982 y 1985, hasta que fue arrestado. Aunque Pollard cumple sentencia de cadena perpetua sin posibilidad de libertad condicional, una red extensa de funcionarios de seguridad nacional de los EU, conocidos en su conjunto como el “Comité X”, que fue cómplice de las actividades de espionaje de Pollard, sigue actuando con libertad.

Es más, con la toma de posesión de Bush como el presidente número 43 de los EU en enero de 2001, el “Comité X” volvió al gobierno, ocupando puestos clave para la toma de decisiones en el Pentágono, el Consejo de Seguridad Nacional y la Oficina de Control de Armamentos del Departamento de Estado. En el primer trimestre de 1988, EIR obtuvo y publicó una lista de personas sospechosas de pertenecer al “Comité X”, el que entonces era investigado por la oficina del asesor legal del secretario de Defensa. En la lista figuraban tales funcionarios y ex funcionarios del Gobierno de Bush como el también subsecretario de Defensa Paul Wolfowitz, Doug Feith y Richard Perle, además de Michael Ledeen, Steven Bryen y Frank Gaffney, asesores y colaboradores de Bush “43”.

Una medida institucional

Tan pronto supo de las revelaciones del “caso Franklin”, Lyndon H. LaRouche emitió una evaluación al efecto de que la puesta al descubierto del espía en el Pentágono era parte de las medidas tomadas por fuerzas institucionales estadounidenses para prevenir un potencial ataque del “aliado renegado”, Israel, contra las instalaciones nucleares de Irán, un ataque que desencadenaría una guerra perpetua en todo el Sudoeste de Asia y llevaría al planeta al borde de una posible guerra nuclear limitada. En un memorando fechado el 30 de agosto, LaRouche dijo que el caso Franklin ponía al descubierto la amenaza presentada por elementos en Israel, a todas luces desechables, cuyas actividades amenazan con desatar una versión nuclear de una nueva guerra en el Oriente Medio. Ésta de inmediato devendría una guerra asimétrica, con armas nucleares y otras armas especiales, que se propagaría como reguero de pólvora por el mundo. LaRouche recalcó: “Este no es un asunto partidista republicano o demócrata; es una cuestión de seguridad nacional y mundial planteada por las actividades de elementos corruptos dentro de nuestras propias instituciones de gobierno y otras”.

El enemigo neoconservador enquistado en el gobierno

El 19 de agosto, Martin Sieff, uno de los principales analistas de la agencia noticiosa UPI, advirtió que podría hacer erupción una guerra entre los EU e Irán, en la que era posible el uso de armas nucleares, tal vez tan pronto como en septiembre. El 21 de agosto el historiador militar isrealí Martin van Creveld dijo, en un artículo publicado por el International Herald Tribune, que un ataque conjunto estadounidense–israelí contra las instalaciones nucleares de Irán podría ocurrir antes de las elecciones presidenciales de noviembre de los EU.

De hecho, una fuente enterada de los servicios de inteligencia de los EU confirmó el 31 de agosto que AIPAC estaba por emprender una campaña de propaganda y cabildeo contra Irán, en la que presionaría a favor de la acción militar. La fuente no estaba segura si las revelaciones sobre el supuesto espionaje de Franklin a favor de Israel, que pueden haber bloqueado la investigación de los nexos entre AIPAC e Israel, renaudaron la guerra de antiguo en Washington sobre el papel desempeñado por los “topos” neoconservadores que dominan la burocracia civil en el Pentágono de Bush y Cheney, y la Vicepresidencia, y quienes fueron los responsables del fiasco de la guerra de Iraq. La red destacada por el “caso Franklin”, que incluye al “Comité X” de los tiempos de Pollard, ha estado bajo investigación de forma intermitente por más de 30 años, por sospechas de espiar a favor de Israel.

Lo que está en juego en la investigación de Franklin es enorme.

Lyndon LaRouche recalcó que la cuestión decisiva no es una de “espionaje amistoso”. El aparato neoconservador en Washington y sus aliados en Israel, representados por Ariel Sharon y otros círculos derechistas aun más rabiosos que él, amenazan la supervivencia tanto de los EU como de Israel. Sus fantasías de dominio mundial a través de guerras perpetuas constituyen una amenaza mucho más grande que la transmisión de documentos secretos de Washington a Tel Aviv.

No obstante, el “escándalo de espionaje” actual ofrece una oportunidad perfecta para, al fin, barrer a los “topos” neoconservadores de sus guaridas en Washington.

¿Quién es Larry Franklin?

EIR ha obtenido un perfil de Larry Franklin, el presunto agente de espionaje de Israel, de fuentes en la comunidad militar y de inteligencia de los EU. Franklin era un analista en la Agencia de Inteligencia de Defensa (DIA), quien pasó de estudiar a los soviéticos en la Guerra Fría, a Irán e Iraq. Protegido de la sovietóloga de la DIA Winnifred Joshua, Franklin también cursó estudios en la Escuela de Estudios Internacionales Avanzados (EEIA) de la Universidad Johns Hopkins, donde supuestamente lo reclutó Paul Wolfowitz, subsecretario de Estado de Bush, y un individuo que ha estado bajo investigación desde 1978 por pasarle secretos de los EU a Israel, según un estudio a fondo que hizo Stephen Green, quien catalogó las acusaciones de espionaje de antiguo contra Wolfowitz, Feith, Michael Ledeen, Steven Bryen y Richard Perle.

En el segundo trimestre de 2001 Franklin fue trasladado de la DIA a la oficina de política del Pentágono, al mando de Feith, donde asumió responsabilidad por Irán en COSA, y luego trabajó en la Oficina de Planes Especiales, la unidad que planeó la guerra contra Iraq bajo la dirección de Feith y William Luti, el jefe de COSA. Luti había sido asesor de asuntos militares de Newt Gingrich, ex presidente de la Cámara de Representantes, y trabajó en el despacho del vicepresidente Cheney a principios del Gobierno de Bush “43”. De acuerdo con la teniente coronel retirada de la Fuerza Aérea Karen Kwiatkowski, quien trabajó en COSA desde junio de 2002 hasta marzo de 2003, en las reuniones de personal Luti hacía alarde de que él le rendía cuentas a “Scooter”, refiriéndose, como ella logró enterarse, al oficial mayor de Cheney, I. Lewis “Scooter” Libby.

Franklin, quien era oficial de reserva de la Fuerza Aérea de los EU, prestó servicios en varias ocasiones en la embajada de los EU en Tel Aviv, donde, según una fuente militar, estuvo en aprietos por tener contactos no autorizados con agentes de la inteligencia israelí. Según un informe noticioso, la investigación que lleva a cabo el FBI sobre las actividades de Franklin vino a raíz de una noticia filtrada al New York Times, que detallaba los planes de guerra de los EU contra Iraq. Mientras estaba a cargo de los asuntos de Irán en COSA, Franklin también fue objeto de una investigación por su mal manejo de documentos clasificados; sin embargo, la intervención de Luti y Feith impidió una investigación seria de ese incidente, según una fuente confidencial del Pentágono.

De acuerdo con un testigo ocular, Franklin era parte de un grupo selecto de neoconservadores que seguido sostenía reuniones a puerta cerrada en el despacho de Doug Feith. El grupo incluía a Feith, a Luti, a Abe Shulsky, a un funcionario de la Oficina de Planes Especiales, a Harold Rhode, especialista en el Oriente Medio de la Oficina de Evaluaciones Netas, al ex presidente de la Junta de Política de Defensa Richard Perle, a David Wurmser y a Michael Maloof. Este grupo trabajó de cerca con Wolfowitz y Libby, cuyos propios vínculos con la mafiya y los servicios de inteligencia israelí son fuertes. Libby era el abogado del capo de la mafiya Marc Rich.

La relación entre Libby y Rich abre una caja de Pandora de pistas, que todavía están por investigar los especialistas en contraespionaje de los EU. Siendo abogado de Rich en los 1990, Libby desempeñó un papel clave en lograr que el presidente Bill Clinton le concediera un indulto a última hora a Rich, el banquero de Zug, Suiza e Israel, quien huyó de los EU, donde tenía pendientes cargos federales de evasión fiscal y de “comerciar con el enemigo”. En este esfuerzo de 1998–2000, Libby trabajó tras bastidores con el notorio espía israelí Zvi Rafiah, figura central en la investigación de Stephen Bryen, acusado de espiar para Israel, que llevó a cabo el Departamento de Justicia de los EU en 1978.

Franklin, Rhode y Ledeen

En el segundo trimestre de 2003, salió a relucir que Larry Franklin había sido parte de un equipo del Pentágono, del que también eran miembros Rhode y el“fascista universal” autoconfeso Michael Ledeen, quien viajó a Roma, Italia, en diciembre de 2001, para iniciar contactos no autorizados con el Gobierno de Irán, a través de Manucher Gorbanifar, un personaje desacreditado que figuró en el escándalo de armas por drogas de Irán y los contra. Según un informe de prensa, el viaje de la troika saboteó las negociaciones que a la sazón llevaba a cabo el Departamento de Estado con el Gobierno de Irán, el cual iba a entregarle al de los EU a cinco dirigentes de al–Qáeda que tenía detenidos.

Casi todos los miembros de la camarilla neoconservadora están bajo investigación por espionaje, fabricación de inteligencia u otros actos traicioneros contra los EU. Por ejemplo, según las fuentes, Rhode, un protegido de larga data del agente de inteligencia británico el doctor Bernard Lewis, y un estrecho colaborador de Ledeen, es el blanco de una investigación de espionaje separada por haberle pasado secretos de la seguridad nacional de los EU a Israel, cuando estuvo en Bagdad el año pasado como parte de la Autoridad Provisional de la Coalición en Iraq. En Bagdad, Rhode prácticamente vivía en la casa y la oficina de Ahmed Chalabi, el cabecilla del Congreso Nacional de Iraq, un grupo privado.

Ledeen también es blanco de una investigación de inteligencia, según agentes del orden, por sospechas de que estuvo involucrado en pasarle documentos falsificados del Gobierno de Níger al servicio de inteligencia de Italia, el SISMI. Esos documentos falsificados dizque “probaban” que Iraq quizo comprarle óxido de uranio a Níger para construir una bomba nuclear. El vicepresidente Cheney y otros funcionarios del Gobierno de Bush usaron la amenaza de que Iraq tendría una bomba nuclear a corto plazo, para forzar al Congreso a respaldar la guerra contra Iraq. Cuando el presidente Bush habló de los esfuerzos de Iraq por obtener óxido de uranio de un Estado africano en su informe a la nación de enero de 2003, el escándalo estalló, dando pie a la investigación penal federal en curso.

Rafi Eytan. . . ¿de nuevo?

Según una fuente israelí al tanto del caso Franklin, en la estela de las revelaciones de CBS, un equipo de agentes israelíes encabezado por el ex controlador de Jonathan Pollar, Rafi Eytan, salió huyendo de los EU rumbo a Canadá y México.

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