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"Una Europa más segura en un mundo mejor"
Avanza triángulo estratégico

Cartelera de campaña en la que aparece el economista Serguei Glaziev, quien encabeza el bloque electoral Rodina (Patria); la cartelera dice: "Le regresaremos la riqueza del país a la gente".

por Jonathan Tennenbaum

Para disgusto del neoconservador estadounidense Richard Perle y de los de su calaña, las iniciativas entre naciones europeas y asiáticas necesarias para establecer una alternativa a la demencia imperial de Washington, siguen avanzando. El 27 y 28 de noviembre de 2003, una semana después de que Perle atacó con furia en Alemania la alianza francogermana, que se desarrolla con rapidez, tuvo lugar un extraordinario "coloquio tripartito" en Berlín para coordinar las políticas económicas, de seguridad y de relaciones exteriores de Francia, Alemania y Rusia.

El coloquio "Berlín–París–Moscú: ¿Motor para la cooperación estratégica entre Rusia y la Unión Europea?", fue organizado por auspicios de la cancillería rusa, con la cooperación del Consejo de Relaciones Exteriores de Alemania y de otras organizaciones alemanas, rusas y francesas. En muchos sentidos el coloquio se hizo eco de la estrategia eurasiática del precandidato presidencial estadounidense Lyndon LaRouche, misma que sus colaboradores han difundido por todo el mundo. Al menos algo sí quedo claro: el "triángulo" Berlín–París–Moscú, que surgió del esfuerzo por evitar una invasión estadounidense de Iraq, sigue muy activo.

'La OTAN es obsoleta'

El embajador ruso en Berlín, Serguei Krylov, dio inicio al coloquio con una serie de preguntas provocadoras sobre el futuro de las relaciones entre Rusia y la Unión Europea: el papel de Rusia en una asociación potencial para la defensa europea; la situación en torno a Iraq; Irán y Chechenia; y cómo cambiar lo que él caracterizó como "una imagen falsa de Rusia" propagada por muchos órganos de difusión occidentales. Krylov dijo que el actual período de incertidumbre en el mundo exige "enfoques paradójicos fuera de lo convencional". Les pidió a los representantes franceses y alemanes que comentaran sobre las "muy interesantes" declaraciones del primer ministro francés Pierre Raffarin, acerca de una futura "Federación Francogermana".[FIGURE 41]

El integrante del Bundestag (Parlamento) alemán, Gerd Weiskirchen, quien es el vocero de política exterior de la fracción parlamentaria del Partido Socialdemócrata (SPD), dijo que una unión francogermana es, "por supuesto, una posibilidad" que presenta el nuevo Acuerdo Constitucional europeo. Pero, como muchos otros de los delegados alemanes, Weiskirchen advirtió contra usar el término "eje" para describir la creciente cooperación entre Berlín, París y Moscú. Más bien habló en términos de "una condición de igualdad de intereses", y de "un interés común en fortalecer el multilateralismo". En particular, debemos dejarle la puerta abierta a los Estados Unidos, dijo. Abrigando la esperanza de que el "choque de realidad" que representa el desastre en Iraq pudiera llevar a un replanteamiento de la política estadounidense, Weiskirchen dijo que "nosotros nada quisiéramos más que Washington aprendiera de la experiencia". De otra forma "pasaremos por un período difícil, que pudiera durar varios años".

Los expositores franceses fueron mucho menos cautelosos. Especialmente notables fueron las declaraciones de dos altos representantes militares, el general Bernard de Bressy de Guast, un perito en defensa europea, y el general Henri Paris, presidente de la Federación de Oficiales de la Reserva Republicana. De Bressy citó los estrechos lazos que históricamente han existido entre Francia y Rusia, incluso en el período de la guerra Fría cuando los "generales franceses nunca aceptaron la idea de que Rusia era en realidad un enemigo". El presidente francés Charles de Gaulle siempre insistió en una "Europa del Atlántico a los Urales", señaló. Desde su óptica, a Rusia tiene que entendérsele como un elemento decisivo de una "Gran Europa", que se sitúa en Eurasia e interactúa con el "mundo islámico", el "mundo chino", las Américas, etc.

En tanto Francia, el Reino Unido y Rusia posean armas nucleares, dijo Bressy, "la idea de que ocurra una guerra entre las naciones de la Gran Europa es absurda". Al mismo tiempo, esas naciones enfrentan peligros comunes del terrorismo y de naciones inestables que pudieran poseer, o llegar a poseer, armas de gran poder destructivo. Además de la coordinación en materia de inteligencia y medidas militares, Bressy recomendó realizar esfuerzos comunes para erradicar las fuentes políticas y económicas de esas amenazas.

"La OTAN es obsoleta", dijo el general Henri Paris. "Necesitamos algo completamente nuevo, tal como una alianza del hemisferio norte que asociaría a la Unión Europea y Rusia con los EUA de una forma nueva". Las relaciones de Francia con los EU, aunque siempre han sido las de un aliado, dijo Paris, "han sido muy complicadas". También es así en Europa: "Con quince naciones ya es difícil de llegar a un acuerdo común; con veinticinco, será imposible", dijo. "Profundizar en Europa es más importante que ampliarla", fue su polémica conclusión.

Esa "profundización", aclaró Paris, tiene como pivote la función central que desempeñan Francia, Alemania y Rusia. De Gaulle creó la "línea estratégica" París–Berlín, que ha continuado a pesar de los cambios de gobierno, y hoy se expresa de forma concreta en la posición común de Francia y Alemania respecto a la burocracia de la Unión Europea en Bruselas y los acuerdos de Maastricht. Francia ha procurado por mucho tiempo sentar el concepto de Rusia como un aliado en el Este. Por otra parte, "nuestra perspectiva no es la misma que la del Reino Unido", que, con su primer ministro Tony Blair, ayudó al Gobierno de Bush a meter una cuña entre la "Nueva Europa" y la "Vieja Europa". Según el general Paris, el establecimiento de una fuerza militar europea de 60.000 hombres, bajo un comando europeo separado e independiente de la OTAN, es especialmente importante.

Respuesta crítica a la 'guerra preventiva'

Gernot Erler, vicepresidente de la fracción del SPD en el Bundestag, presentó la idea de una política de seguridad y una capacidad militar y policíaca europea independiente. Erler subrayó que este proceso ya avanzó más allá de una mera etapa "teórica", como lo prueban las operaciones policíacas de Europa en Bosnia–Herzegovina, en Macedonia, la operación "Artemis" en el Congo, y la transferencia de responsabilidades vitales de la fuerza de seguridad de la ONU en Afganistán a manos europeas, programada para este año. También destacó el contraste conceptual y metodológico entre los europeos y el actual Gobierno estadounidense en la forma de abordar las cuestiones de seguridad. Por un lado, Europa, y Alemania en particular, insiste en un "equilibrio entre los componentes civiles y militares" de la política de seguridad. Esto implica poner un énfasis mucho mayor en la "prevención de conflictos", en los enfoques multilaterales, en el papel de las Naciones Unidas, y en la necesidad de aliviar la pobreza y desarrollar "estrategias para la estabilización regional", como en el conflicto de los Balcanes.

Todos estos son elementos importantes en una nueva "estrategia de seguridad de veras europea", formulada como una respuesta conciente y crítica a la "nueva" Estrategia de Seguridad Nacional del Gobierno de Bush, y están contenidos en un borrador titulado "Una Europa más segura en un mundo mejor", cuya adopción oficial se debate en la Unión Europea. Erler subrayó que la nueva estrategia europea de seguridad comprende "una relación más estrecha con Rusia", la que "comparte valores comunes" con la Unión Europea.

Por parte de la delegación rusa fueron expositores Vladimir Ivanov, director del Centro de Información y Análisis del Ministerio de Relaciones Exteriores ruso; Svetlana Chvetsova, subdirectora del Centro de Asuntos Científicos y Culturales Internacionales del Ministerio de Relaciones Exteriores; el profesor Serguei Bolchakov, de la Academia Diplomática de la cancillería; el profesor Serguei Silvestrov, subdirector del Instituto de Economía y Política Mundial de la Academia de Ciencias; y Maria Kutchchinskaya, especialista en Europa del Instituto de Estudios Estratégicos de Rusia.

Ivanov recalcó la necesidad de tener un mundo "multipolar", en oposición al actual Gobierno "unilateralista" estadounidense, pero no a los EU per se. Ivanov habló, por ejemplo, de la necesidad de haya "cooperación entre todas las naciones civilizadas". A pesar de los sueños de algunos de tener un "mundo unipolar", la realidad ya van en otra dirección, como indica el aumento de la influencia de Europa, China e India como potencias. Es importante advertir, dijo Ivanov, que la política unilateralista pone a los EU en conflicto con el resto del mundo. Los acontecimientos han demostrado que el mero poder militar no garantiza la seguridad.

Los delegados rusos todos destacaron la identidad de Rusia en tanto nación europea, al tiempo que, por diversas razones, ésta no procura incorporarse a la Unión Europea. Es claro que los rusos consideran una relación "tripartita" fortalecida con Francia y Alemania, como decisiva para flanquear lo que consideran políticas dañinas, y a veces directamente hostiles, de EU. "Bruselas no entiende los problemas de Rusia. Lo que pedimos es más paciencia y apoyo", dijo el profesor Bolchakov. Los rusos se quejaron amargamente de lo que perciben como una actitud antirrusa de la Unión Europea con respecto a Chechenia, Moldavia, la cuestión del tránsito al enclave ruso de Kaliningrado, y una variedad de asuntos económicos. Kutchchinskaya habló de una "crisis de identidad" en la Unión Europea, relacionada con "la deficiencia de las instituciones actuales". Ella expresó la esperanza de que el liderato combinado de Francia y Alemania podría meterles políticas mejores en la cabeza a los "eurócratas" de Bruselas.

El desarrollo de las ferrovías rusas

Sin embargo, la mayoría de las presentaciones adolecieron de una estrategia clara para el desarrollo económico de Eurasia, en los términos del Puente Terrestre Eurasiático. En respuesta a una intervención de este autor, que sacó a relucir el asunto del Puente Terrestre, el director de la Comisión para el Este (Ost–Ausschuss) de la Asociación de Industriales Alemanes, Oliver Wieck, dijo que en estos momentos hay un "debate candente" acerca del desarrollo de infraestructura transcontinental. Como ejemplo, mencionó que la empresa ferroviaria alemana, la Deutsche Bahn, llegó a un acuerdo de cooperación para un proyecto a gran escala para la modernización del sistema ferroviario ruso. "Esto implica proyectos concretos y tiene un potencial enorme", dijo. Wieck también resaltó el papel decisivo que le toca desempeñar a Alemania como el socio económico más cercano de Rusia en la Unión Europea, y la importancia de la "Alianza Energética" de Europa con Rusia.

El profesor Peter Schulze, ex director de la Fundación Friedrich Ebert en Rusia, señaló que la Unión Europea importa ahora de Rusia 70% del gas natural que consume, y 30% del petróleo. Otra dimensión decisiva de la cooperación ruso–europea aparece en el ámbito de la tecnología avanzada, incluyendo el espacio. Tanto los representantes rusos como los franceses se refirieron en repetidas ocasiones al acuerdo reciente que hubo de facilitar la base espacial europea en Guyana para el lanzamiento de los cohetes rusos Soyuz.

En una declaración final, la representante de la cancillería rusa, Svetlana Chvetsova, dijo que "estamos viendo los primeros rasgos de una nueva Gran Europa. Sus principios abarcan la democracia, el multilateralismo, el reconocimiento del papel decisivo que le toca a la ONU y la diplomacia preventiva', dijo. Rusia es una parte importante de Europa, incluso en términos económicos, de seguridad, científicos y culturales". Señaló que a Rusia le gustaría ver un triángulo mayor de cooperación "Rusia–Unión Europea–EUA", y afirmó que este coloquio dejó sentado que "Berlín–París–Moscú es realmente la locomotora para la cooperación estratégica entre Rusia y la Unión Europea".

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