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Los banqueros contemplan 'medidas' so capa de la guerra

por John Hoefle

¿Pensarían los bancos centrales del mundo usar la guerra contra Iraq como pretexto para tratar de rescatar al quebrado sistema financiero internacional?

En tanto nación tras nación anuncia planes de emprender "acciones de emergencia" para proteger sus sistemas financieros de quebrantos provocados por ataques terroristas u otros acontecimientos, los banqueros admiten implícita, aunque inadvertidamente, que Lyndon LaRouche tiene razón sobre la bancarrota del sistema, y que en realidad ellos no tienen la más remota idea de cómo resolver los problemas que ellos mismos han creado. Todo lo que pueden hacer es tratar de que el juego de "¿dónde quedó la bolita?" dure un poco más.

La declaración más reveladora fue la que hiciera el presidente de la Reserva Federal de los Estados Unidos, sir Alan Greenspan, cuando en noviembre pasado admitió ante el Consejo de Relaciones Exteriores de Nueva York, "la posibilidad de que se desate una reacción en cadena, una cascada de incumplimientos de pagos que, de proseguir irrefrenable, culminará en una implosión financiera.

"Sólo un banco central, con su poder ilimitado de crear dinero, tendría buenas probabilidades de obviar ese proceso antes de que se vuelva destructivo", dijo Greenspan. "Por tanto, los bancos centrales necesariamente han tenido que convertirse en prestamistas de último instancia", y "proveen lo que en esencia es un seguro contra catástrofes financieras" a los mercados bursátiles y a los grandes bancos de derivados.

Es notorio que los banqueros centrales son muy cautos en lo que dicen, y Greenspan no es la excepción, pues seguido pasa las de Caín tratando de encubrir sus opiniones tras una cortina de palabrerías. Por ello es aun más notable que haya advertido sobre el peligro de una "implosión financiera", Greenspan, y que prometa de usar el dinero de los contribuyentes para rescatar a los bancos de derivados.

Aunque Greenspan enmarcó sus comentarios en el contexto de lo que podría pasar en el futuro, es probable que estuviera interviniendo de forma activa para enfrentar un desastre de derivados ya en marcha, y lo más seguro es que involucrara a JP Morgan Chase. Algunos observadores piensan que en realidad los comentarios de Greenspan fueron una promesa pública que le hizo a otros bancos, de que la Reserva Federal protegerá cualquier pago por concepto de derivados que adeude Morgan.

De ser cierta la versión de que Morgan esté involucrado, y creemos que ese es el caso, entonces los problemas en el mercado de derivados van en aumento. JP Morgan ya estaba en la lona cuando se fusionó con Chase Manhattan a fines del 2000, y el banco que salió de eso parece hundirse a plomo.

Otro indicio de que arrecian los problemas de los derivados, fue la proliferación de declaraciones que emitieron las autoridades de la Gran Bretaña, de la Unión Europea, del Bundesbank alemán, de la Oficina Federal de Administración de la Empresa de la Vivienda de los EU, del Banco de Japón, y del Departamento del Tesoro de los EU.

"Los mercados financieros son el motor de nuestra economía de libre cambio", y "hemos determinado que los mercados financieros continuarán sus operaciones, aun en momentos de hostilidades en el exterior o de adversidad en el país", dijo el Departamento del Tesoro de los EU en una declaración emitida el 18 de marzo, en la que anunció que actuaría para proteger a los mercados financieros como parte de las medidas de seguridad nacional de los EU.

ÜscAunque el Departamento del Tesoro dijo que no podía revelar los detalles de dichas medidas, señaló que "los reguladores financieros federales" han tomado una serie de pasos "para proteger nuestra crucial infraestructura financiera", incluyendo "la identificación de las instituciones financieras de pagos, de custodia de títulos, de compensaciones, bursátiles, bancarias, comerciales y otras que son las más decisivas para nuestra infraestructura financiera".

ÜecEl comunicado del Departamento del Tesoro se parece a un plan que adoptó el gobierno británico en febrero, que según se informa incluye una provisión para básicamente aplicar la ley marcial en el distrito financiero de la City de Londres.

ÜscEl mismo día que el Departamento del Tesoro hizo su anuncio, el nuevo gobernador del Banco de Japón, Toshihiko Fukui, dijo ante el Parlamento de su nación que, "si estalla la guerra, tenemos que impedir una sacudida excesiva de la bolsa". ÜecEl Banco de Japón viene comprando acciones de las carteras de los bancos japoneses desde hace meses, para apuntalar tanto a los bancos como a los mercados bursátiles.

Algunas de las naciones de la Unión Europea también han expresado que están considerando tomar medidas de emergencia, y que buscarán relajar las restricciones al gasto que impuso el Tratado de Maastricht.

Mientras los políticos y los banqueros buscan formas de posponer un poco más el derrumbe de su quebrado sistema, los bancos se precipitan a comerciar derivados para remover de sus libros contables las deudas incobrables.

En 2002, el monto de derivados en manos de consorcios bancarios amentó 20%, a 58 billones de dólares, elevando las inversiones en derivados en los EU, incluyendo la de los bancos de inversiones y otros negociantes de derivados, a cerca de 90 billones de dólares. En comparasión, el producto interno bruto de los EU creció 363 mil millones de dólares, a 10,4 billones, un aumento del 3,6%.

Uno de los segmentos de mayor crecimiento en el mercado de derivados, es el de los derivados en base a la emisión de crédito, que más que nada son una forma de seguro contra las moratorias de deuda. Según la Asociación Internacional de Canjes y Derivados, el nivel de derivados en base a emisiones de crédito subió de 919 mil millones de dólares en 2001, a 2,1 billones para fines de 2002.Üsc A diferencia de la mayoría de los derivados, donde normalmente el valor nominal es mucho mayor que la cantidad convenida al final del contrato, el valor nominal de un derivado en base a la emisión de crédito es por la cantidad convenida.Üec

Los bancos estadounidenses son grandes apostadores en este mercado, y a fines de 2002 los consorcios bancarios de los EU declararon unos 650 mil millones de dólares por pagar en derivados basados en la emisión de crédito, de los cuales, 366 mil millones de dólares del total correspondían a JP Morgan Chase, 132 mil millones a Citigroup, y 92 mil millones a Bank of America, para un total de 590 mil millones de dólares concentrados en los tres bancos más importantes del país.

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