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Se presentó documentación sobre el presunto complot
Israel arma célula de 'al-Qáeda' en Palestina

por Michele Steinberg y Hussein Askary

El gobierno de los Estados Unidos ha recibido pruebas concretas de que la Mossad y otras agencias de inteligencia de Israel estuvieron "reclutando" durante 13 meses palestinos para establecer una célula ficticia de la banda terrorista al-Qáeda en Palestina. El operativo tendría el propósito de realzar el papel de los israelíes en la guerra de los EU contra el terrorismo, y justificar una política de "venganza sin fronteras" por todo el mundo.

Lyndon LaRouche, el precandidato presidencial demócrata estadounidense, dijo que, de confirmarse, las revelaciones podrían ser de "importancia estratégica" para detener a los belicistas de EU, Gran Bretaña e Israel, que quieren desatar una guerra en el Oriente Medio, empezando por Iraq.

La trama se develó en una conferencia de prensa que sostuvieron, el 8 de diciembre, Nabil Shaath, ministro de Planificación y Cooperación Internacional de la Autoridad Palestina, y el coronel Rashid Abu Shbak, jefe del Aparato de Seguridad Preventiva de la Autoridad Palestina en Gaza. Estos presentaron documentación sobre el presunto complot, en que los israelíes organizaron, financiaron y planearon las operaciones de la célula terrorista ficticia.

La revelación le movió el piso a la "gran mentira" del primer ministro de Israel, Ariel Sharon, quien dijo el 4 de diciembre que Israel tenía "pruebas sólidas" de que al-Qáeda operaba en Gaza, para justificar una nueva ola de ataques brutales contra los palestinos.

Los detalles del complot

El coronel Shbakh dijo que la Autoridad Palestina detectó ocho casos de reclutamiento al falso al-Qáeda en los últimos nueve meses. Se arrestaron a tres palestinos y se dejó a otros 11 en libertad, "porque se presentaron y nos informaron sobre este complot israelí". Las autoridades palestinas rastrearon llamadas de teléfonos celulares y correos electrónicos —supuestamente provenientes de Alemania y Líbano, pero que en verdad vinieron de Israel— instando a palestinos a unirse a al-Qáeda. Uno de los mensajes hasta estaba "firmado" por Osama bin Laden. "Investigamos el origen de esas llamadas y mensajes, y descubrimos que provenían en su totalidad de Israel", dijo Shbak. A los reclutas se les apareaba con colaboradores en Gaza, y se les daba dinero y armas, "aunque la mayoría de las armas no funcionaban". Recibían el dinero de los colaboradores o de transferencias bancarias de Israel. "Estamos seguros que Israel está detrás de esto y que no existe absolutamente ningún grupo como al-Qáeda operando aquí".

El coronel Shbak sostuvo otra conferencia de prensa el 10 de diciembre, en la que presentó al presunto reclutador de la Mossad. Según informes publicados por la prensa árabe, el individuo, a quien, por razones de seguridad, se presentó disfrazado y sólo se le identificó como "Ibrahim", dijo que en octubre de 2001 fue contactado por un tipo que dijo llamarse "Youssef", y cuyo apodo era "Abu Othman". Éste desarrolló una relación personal con Ibrahim, quien aparenta tener unos veintitantos años, diciéndole que se parecía a un hijo suyo que habían matado. Pasado un tiempo, Youssef le envió 2.000 dólares a Ibrahim y empezó a alentarlo a que fuera un musulmán más fiel y más devoto.

En mayo de 2002, según Ibrahim, Youssef "me dijo: 'eres un buen candidato para trabajar para nosotros en compañía de Osama bin Laden y el grupo al-Qáeda' ".

El tal Youssef le dijo que ya habían creado una célula de al-Qáeda dentro de Israel. Ibrahim dijo que se puso en contacto con los servicios de seguridad palestinos y les informó sobre sus tratos con Youssef, que estos le pidieron que continuara la comunicación y que ellos vigilarían.

Específicamente, Youssef instruyó a Ibrahim que debía emitir un comunicado desde Gaza, reclamando responsabilidad para al-Qáeda de unos bombazos que se llevarían a cabo en Israel. El agente de la Mossad, Youssef, le dijo a Ibrahim que él tenía "la capacidad de realizar bombazos grandes en Israel, pero que el grupo de al-Qáeda debía reclamar la responsabilidad por los ataques, y no otro grupo".

En una entrevista que le concedió al diario Al-Hayat, Ibrahim dijo que "el tipo dijo que las megaoperaciones militares se llevarían a cabo dentro de Israel, y que las operaciones" las anunciaría Ibrahim. O sea, apenas recibiera la señal de un ataque terrorista contra blancos civiles en Israel, Ibrahim y su grupo debían enviar un comunicado o una videograbación adjudicándose el atentado.

Ibrahim también debía recabar información sobre ciertas personas en Gaza, algunas de ellas que se sabía pertenecían al grupo Hamas. Cuando le preguntó a Youssef para qué quería esa información, Youssef le respondió: "Quiero que se metan a al-Qáeda". Fue entonces que las autoridades palestinas le ordenaron a Ibrahim suspender el contacto con el tal Youssef, porque la situación se ponía muy peligrosa.

El coronel Shbak dijo que a cinco de los ocho palestinos que le informaron a los servicios de seguridad palestinos sobre la operación se les pagó con transferencias bancarias de cuentas en Israel. También dijo que su agencia obtuvo varios números de teléfono, registros, y recibos bancarios del dinero que los israelíes les transfirieron a estos individuos.

Algunas fuentes de inteligencia en Washington le dijeron a EIR que las revelaciones les hacen dudar más de las aseveraciones de la Mossad, de que "al-Qáeda" llevó a cabo el ataque del pasado 28 de noviembre contra el hotel Mombasa, en Kenia, en el que murieron tres ciudadanos de Israel, y en el fallido ataque con cohetes contra un avión israelí.

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