Escritos y discursos de Lyndon LaRouche

Sólo un nuevo sistema financiero salvará a las insolventes naciones del mundo

Parte 2

A continuación, la sesión de preguntas y respuestas de la videoconferencia interactiva que sostuvo Lyndon LaRouche el 2 de agosto de 2001 con los asistentes a una reunión patrocinada por el Instituto Nacional de Contadores Públicos al Servicio del Estado (INCOPSE) y celebrada en México, DF.

Preguntas y respuestas

Dr. Luna: Hace usted referencia a que de 1945, cuando se toma el tratado de Bretton Woods, hasta 1965 aproximadamente, en un período de 20 años, se agota el modelo. . . En breve escucharemos también los planteamientos de quienes todavía están inmersos en este modelo del Banco Mundial y del Fondo Monetario Internacional. Quiero preguntarle: ¿Cuál es la idea de usted sobre la posibilidad de una reconfiguración del Fondo Monetario y de un esquema crediticio al que hace usted referencia, que más que un Banco Mundial, pudiera utilizarse una estructuración de bancas nacionales que fuesen las propiciadoras o los detonantes del crecimiento nacional, y de esta manera aglutinar en ese esquema de internacionalización? ¿Cuál sería su propuesta sobre sostener la estabilidad del carácter monetario en la expresión internacional?

LaRouche: Ese es un asunto más que nada político, porque si el mundo se da cuenta qué tan serio es el problema, entonces yo creo que el mundo en este momento empieza a darse cuenta de qué tan grave es la situación. Los que estamos en una situación más ventajosa sabemos como está eso.

Mientras la gente siga viendo alternativas, tiende a negar la realidad. Es como la persona que se enfrenta, que niega la realidad de una situación desastrosa. Ese es el problema.

Así es que si no se le da optimismo a la gente, en general, no va a querer enfrentar la realidad.

Tomemos el caso de Lindsey, el asesor de Bush en economía. Quizás él lo ve con un poco más de realismo. Pero la gente niega la realidad. Como digo yo, lo primero que se tiene que hacer es enfrentar la realidad, pero no lo va a hacer hasta que vea una alternativa positiva, optimista a la crisis. Esa es una característica de los líderes. Los grandes dirigentes son los que le dan a la gente la valentía para enfrentar la realidad, porque le comunican optimismo de lo que puede enfrentar.

Por ejemplo, el comentario famoso que hizo Franklin Roosevelt, al principio de su gestión presidencial, cuando le dijo al pueblo americano: "Lo único que debemos temer es al temor mismo", es decir, la incertidumbre por la situación. Hay una cita del Nuevo Testamento: "Si la trompeta da una nota incierta, ¿quién acudirá a la batalla?" Y ésa es la situación que enfrentamos hoy en día.

Necesitamos liderazgo; no lo estamos recibiendo. Estamos recibiendo algunas indicaciones positivas de Putin en Rusia, por ejemplo; la gente, todo el mundo lo está observando muy de cerca, y está actuando como un verdadero líder. Algunos cuantos están actuando como verdaderos líderes. Pero en la mayor parte del mundo, la gente en posición de liderazgo no está actuando como líder. Este es el problema que enfrenta el presidente Bush de los Estados Unidos; no es capaz de actuar como verdadero líder, al menos no hasta ahora.

Por tanto, cuando no hay un líder que es capaz de decir: "Éste es el problema, pero aquí está la solución", entonces la gente tiende a espantarse, le da miedo y se aferra a sus ilusiones. Cuando se vea la realidad, y una vez que la alternativa a esa realidad se vea, y que provenga de un concierto de voces claras de líderes, yo no creo que será difícil ir y demostrarle a la gente: "Miren, esto es lo que funcionó en el viejo sistema de Bretton Woods".

Por ejemplo, el período del 48 al 58, que fue el más difícil de la recuperación de la posguerra. Y miren lo que hicimos y cuán exitosos fuimos en cuanto al problema que se tenía. Y la gente ve eso y dice: "¿Por qué no podemos hacerlo de nuevo?"

Enfrentamos una situación que, en cierto sentido, es comparable a la situación de Europa en la posguerra. Si funcionó en ese entonces, ¿por qué no podemos hacer lo mismo de nuevo?

Ahora, sobre la pregunta de un sistema de Bretton Woods, mi punto de vista es el siguiente. Aunque hay muchos tipos de sistemas que se podría concebir o diseñar, que podrían funcionar, yo he dicho que dado que estamos haciendo un viraje grande, drástico, en los asuntos internacionales, mundiales, tenemos que recurrir al mejor precedente posible para las acciones actuales, para que la gente tenga confianza en lo que estamos proponiendo. Y nos van a tener confianza porque van a decir: "Ah, vamos a hacer algo que sabemos que sí funcionó; hagamos eso de nuevo. Ajustemos lo que funcionó en el pasado a las condiciones especiales de hoy día".

En esas circuntancias, lo que se requiere es una conferencia muy simple, sencilla. Por ejemplo, un dirigente importante del Senado italiano acaba de proponer una conferencia de este tipo. Hagamos una conferencia de ese tipo, un comité especial de expertos que trabaje con una conferencia internacional de parlamentarios, de gobiernos. Que estos expertos rindan su informe a ese grupo parlamentario, con una propuesta al estilo de Bretton Woods. Hay que explicarles a ellos y a todos lo que es el sistema, que se pongan de acuerdo ellos sobre las opciones. Y comencemos de nuevo con algo que sí funcionó en el sistema de Bretton Woods de la posguerra, y regresemos a eso.

Llevar esta propuesta y decir: "A lo mejor no es perfecta, pero empecemos con esto". Y eso significaría sistemas de banca nacional en todos lo países. Los bancos centrales hoy están en bancarrota, insolventes, es decir, los bancos privados, autónomos, privados. ¿Qué se hace? Bueno, se crea un banco nacional como lo hizo Alejandro Hamilton, el primer secretario de Hacienda de los Estados Unidos.

México lo puede hacer. Esta no es una idea extraña a México. México tiene historia, un banco nacional de México. Reorganizar todo el sistema bancario actual, una reorganización por bancarrota, una comisión de gobierno para garantizar y coordinar esto. Acuerdos especiales entre gobiernos para coordinar los aspectos internacionales de esta reorganización bancaria. Congelar lo que no se pueda reorganizar, pero mantener a las economías a flote con sistemas de banca nacional.

Y bueno, si hay ese acuerdo entre esos gobiernos, se crea algo que sustituirá al Fondo Monetario Internacional. Es más, en términos legales, el FMI no es más que una criatura de los gobiernos. Está en quiebra; entonces que los gobiernos tomen, asuman, la responsabilidad por el FMI y simplemente le dan un nuevo mandato para otro tipo de funcionamiento.

Luego, puede haber acuerdos entre los países, acuerdos comerciales; hagamos lo obvio al principio y va a funcionar. Y en ese sentido, en realidad, el sistema de Bretton Woods, si se tiene cierto conocimiento de cómo funciona y los cambios que sí tienen que hacérsele, si lo reestablecemos hoy en día, sí funcionaría como comienzo, para el primer año o los primeross dos años, para controlar la crisis y empezar a construir el sistema nuevo. Eso nos da un año o dos, no para estar ociosos, pero sí tiempo en el que podemos obrar y trabajar para refinar el sistema y establecer instituciones nuevas que puedan funcionar.

Entonces, no creo que el problema sea tan difícil. El problema más bien es que la gente no ve cómo se puede lograr que los gobiernos e instituciones actuales cambien su actual forma de pensar en cuanto a políticas. Una vez que la crisis se manifieste claramente —y la gente sólo verá la crisis con claridad cuando vea la alternativa—, en ese momento las alternativas serán muy claras, y la gente va a estar dispuesta a seguir ese liderazgo en la dirección de los cambios necesarios, de la misma manera en que la población estadounidense acudió a los cambios de Franklin Delano Roosevelt, con dificultades, pero funcionó.

Dr. Zamora Bátiz: Como siempre, es muy interesante escuchar sus planteamientos, especialmente en cuanto a la infraestructura, ya que ciertamente adolecemos de infraestructura moderna, y sus planteamientos sobre cómo puede esto aumentar el empleo en países como México vienen muy al punto. Al momento, tenemos en México un gobierno que es extremadamente tímido en cuanto a asumir sus responsabilidades, y que trata de pedirle al sector privado que lo haga todo.

Mi pregunta tiene que ver con sus propuestas para reorganizar el sistema financiero. Hay, por supuesto, otras propuestas, como la de George Soros, con quien sé que usted tiene algunos desacuerdos, pero ¿podría darnos una idea de cuáles son las diferencias? Segundo, quisiera que usted explicara qué efecto tendría en Iberoamérica el desarrollo de su propuesta de un Punte Terrestre Eurasiático, porque me parece que podríamos ser perjudicados por semejante desarrollo, ya que habría una concentración de los capitales mundiales en esos mercados, y se agravarían nuestros problemas actuales en el comercio internacional.

LaRouche: El sistema de Soros fue el que destruyó a Rusia y a muchos otros países. Yo creo que eso habla por sí solo, ese cambio en Rusia. Sus efectos son exactamente lo que no queremos. Si vemos las catástrofes que ocurrieron en Europa Oriental y en las Américas, donde Soros ha intervenido en el período, digamos, de 1990-1992 a la actualidad, tendríamos que decir que una persona cuerda no permitiría la discusión de las propuestas de Soros. Tenemos la respuesta del primer ministro de Malasia a Soros; la respuesta del primer ministro Mahatir a Soros ha sido adecuada. Yo creo que habla por sí misma.

Ahora bien, no hay peligro, a mi parecer, en cuanto al Puente Terrestre Eurasiático, no hay peligro para Iberoamérica. Primero, el problema de América Central y del Sur son principalmente las condiciones externas que se le han impuesto a Iberoamérica. Por ejemplo, el caso de Brasil: no tiene una fuente energética independiente que no sea el Amazonas y otros ríos. Se le ha negado el acceso a otros sistemas energéticos. Tiene que comprar gas natural importado de otros países, pero bajo control de compañías angloamericanas, de intereses angloamericanos.

Lo que se le ha hecho a Argentina es horrible, y podemos pasar revista de la situación de los diferentes países. Si a estos países hoy día se les devolviera la soberanía plena que se les ha negado bajo las actuales condiciones del sistema monetario vigente, ellos mismos, estas naciones, tenderán a crecer.

Yo sé que Brasil quiere hacer eso, quiere crecer. Antes había cierta rivalidad entre México y Brasil, sobre cuál de los dos era el país que iba a crecer más rápido. Y también había cierta rivalidad con Argentina en ese sentido.

Todos estos países, México, Brasil, Argentina, cada una de estas naciones tiene, en el período de la posguerra, del 45 hasta el 64, un potencial tremendo para el crecimiento. Un potencial endémico. Por ejemplo, el desarrollo de la cooperación entre estas naciones en el hemisferio, sobre una nueva base, constituiría y crearía beneficios internos enormes.

Por ejemplo, el caso de los alimentos. Brasil produce alimentos y Japón depende mucho de esas exportaciones. También entre Brasil y América Central y del Sur tienen tremendos recursos que, con el desarrollo de la infraestructura, potencialmente son de importancia mundial. Así es que, no hay duda de lo que se puede lograr.

En el caso de México, la gran ventaja por supuesto, es la cercanía a los Estados Unidos, que también puede ser una desventaja o una ventaja como los mexicanos. Y yo he dicho muchas veces que el desarrollo de México es esencial para la seguridad de los Estados Unidos. Y por lo tanto cualquier presidente de los Estados Unidos que sea cuerdo va a ayudar a México de todas las maneras posibles, en cuanto a su desarrollo interno. Los Estados Unidos no deberían explotar a los obreros mexicanos. Más bien, la función de los Estados Unidos, por interés propio, es la de ayudar a México a desarrollar su propio mercado interno, principalmente con acuerdos de infraestructura a largo plazo, el desarrollo de industrias que sirvan a México, y mejorar la agricultura también.

Por ejemplo, el problema del agua en México, que ha tenido ¿desde hace cuándo? Desde la lucha por la Independencia ha tenido México la idea de desarrollar dos grandes sistémas hidráulicos para tomar el agua del sur, donde hay mucha agua, llevarla al norte, para desarrollar la agricultura. El potencial agrícola, con el agua, sería tremendo. Y por lo tanto, es de interés para los Estados Unidos en el caso de México desarrollar el potencial interno de México para asimilar su gran fuerza de trabajo, una fuerza de trabajo de gran productividad.[FIGURE 3]

Los intereses de los Estados Unidos están en eso, y también en Brasil es lo mismo: desarrollar a Brasil, dejarlo desarrollarse, sacar a las ONGs de Brasil y dejar que Brasil desarrolle su propio país de manera brasileña, por más grandioso que le parezca a otros. Argentina se puede recuperar.

Así es que el tipo de mundo que una cooperación eurasiática crearía, sería un mundo que por su propia naturaleza aportaría beneficios a toda América Central y del Sur. Con tal, por supuesto, de que los Estados Unidos se porten bien.

Dr. Francisco Javier Alejo: Doctor LaRouche, usted nos dice que el sistema financiero internacional se está desintegrando y que no funciona. Pero la impresión que uno tiene es que en realidad, en los últimos 15 ó 20 años, ese sistema ha tenido que integrarse cada vez más y se ha acelerado esa integración precisamente a través de la difusión de los métodos telemáticos a escala planetaria. Al revés de lo que usted nos dice que no funciona, yo pienso que sí funciona muy bien: funciona muy bien en beneficio de las economías más poderosas. No funciona desde nuestro punto de vista, porque es un sistema que reparte mal la liquidez en el ámbito internacional, que no garantiza la estabilidad financiera internacional y que tiende a concentrar cada vez más los beneficios del desarrollo en unas cuantas naciones.

Nos recuerda usted que el sistema de Bretton Woods funcionó bien. También funcionó bien, en alguna medida, en el mismo sentido que lo estoy diciendo, pero sin duda funcionaba mejor que lo actual. Y en efecto, se produjo una ruptura a mediados de los 60, justamente durante la administración de gobierno de Nixon cuando, en primer lugar, subió los aranceles 10 por ciento parejo a todas las importaciones de los Estados Unidos, lo cual equivalió a una devaluación virtual; y después, cuando abandonaron la convertibilidad del dólar en oro.

Pero yo creo que ocurrieron otras cuestiones además. La primera de ellas fue que se manifestó un enorme free ride en el ambiente internacional; una nación estuvo en posibilidad de emprender una cabalgata libre y gratuita, que fueron los Estados Unidos precisamente. Al ser la base del sistema financiero y monetario internacional, se lanzaron simultáneamente a la guerra de Vietnam y al programa de la Gran Sociedad al interior de los Estados Unidos, con lo cual provocaron una expansión inflacionaria a escala planetaria que terminó perjudicándonos a todos los países con menor fuerza económica a escala mundial.

El segundo elemento: se produjo un cambio ideológico, que usted ya señalaba, creo que con mucho acierto, en donde intervinieron los Von Hayek y todos los demás. Y quienes terminaron de consolidarlo en el mundo a escala planetaria fueron los integrantes del binomio Reagan-Thatcher. Ese cambio ideológico consistió en imponer a escala planetaria la idolatría del mercado. Esa idolatría del mercado, que llevó finalmente a la retirada de los Estados, a la pérdida de su responsabilidad como garantes del desarrollo y del crecimiento del bienestar de los pueblos, es lo que nos tiene en la condición actual.

En algún momento, usted nos plantea volver al patrón oro, nos plantea volver al proteccionismo. Bueno, no nos olvidemos que la oleada proteccionista anterior nos condujo a la Segunda Guerra Mundial, nada menos. Es algo sobre lo cual tenemos que reflexionar.

Usted predice que va a haber un derrumbe en la economía norteamericana. Bueno, probablemente algún día suceda: cuando uno lo predice todos los años, pues alguna vez acierta finalmente. Pero no se ven los síntomas todavía. En efecto, hay una tendencia recesiva muy grave. Uno se pregunta si se va a profundizar más, si se va a prolongar, y si finalmente esto que ocurre en este momento con la economía norteamericana de alguna manera corresponde a esa idea, que nunca hemos terminado de demostrar suficientemente, que son los ciclos de Kondratieff, los grandes ciclos de largo plazo que tienen que ver con las grandes transformaciones estructurales y tecnológicas a la escala de las naciones y ahora tal vez, a escala planetaria.

Pero el problema es si realmente podemos salir adelante por esa vía, volviendo al patrón oro, volviendo al proteccionismo. No nos olvidemos que el sistema del patrón oro requiere que todas las economías participantes tengan disciplina fiscal, que no haya cabalgatas libres, como la que emprendieron los Estados Unidos durante los años 60, que terminaron dando al traste con todo el sistema.

Mi conclusión sería y mi pregunta es: ¿Hasta qué punto en realidad existen las condiciones para que creemos una gobernación mundial del funcionamiento del sistema económico financiero internacional, que nos permita disciplinar a todos los actores, pero muy especialmente disciplinar a las economías más fuertes y disciplinar a las grandes coorporaciones ya mundializadas, que al día de hoy son quienes realmente llevan la voz cantante en la economía internacional?

Muchas gracias.

LaRouche: Usted ha planteado una serie de preguntas muy interesantes, que cubren un área muy amplia. Tenemos algunos puntos de acuerdo, otros de desacuerdo, pero voy a lo que creo es el punto central.

Estamos sentados aquí, y yo no sé exactamente lo que esté pasando en el día de hoy, pero vamos nosotros hacia una explosión inmediatamente, lo que va a ser una guerra religiosa generalizada, en el Oriente Medio, quizás lanzada por Sharon, el actual dictador de Israel, o por los que puedan sucederlo a él, los que lo siguen, que lo pueden reemplazar y hacer cosas más locas que Sharon.

He escrito algunas cosas al respecto y he podido provocar cierta preocupación al respecto, en mi propio gobierno, en los Estados Unidos, y en otras partes, y últimamente han tomado algunas acciones un poco mejor, pero no adecuadas, para tratar de controlar a Sharon y esta situación.

Porque si esto ocurre, se va a tener no una guerra nueva entre los árabes e israelíes, va a haber más bien una guerra religiosa en que Israel probablemente bajo el impulso de esta política, podría no sólo atacar a Libia, a Siria, invadir a Jordania, expulsar a los palestinos a Jordania, desestabilizarlo, guerra con Irán y así por el estilo.

Tal guerra giraría en torno a temas religiosos, del Domo de la Roca en Jerusalén, que es un punto sagrado para todos los musulmanes. Esto puede detonar una guerra generalizada, religiosa generalizada, y tales guerras religiosas, como sabemos de la historia de Europa, entre 1511 y 1648, amenanzaron y casi indujeron una nueva era de tinieblas para toda la humanidad. Esa es la situación general.

Ahora, detrás de eso, esto va directamente al punto que usted menciona. ¿Por qué está ocurriendo eso en el Oriente Medio en este momento? No es el deseo de los árabes o los israelíes; ellos no son responsables de esta política. Sí, puede haber factores, gente que actúa como títeres controlados de manera conciente o inconciente, que a lo mejor aportan a este problema, a este conflicto, pero no son la causa. La causa está afuera.

Cuando usted dice que el proteccionismo y el sistema del oro condujo a la Segunda Guerra Mundial, eso no es cierto; otra cosa condujo a eso.

Cuando los Estados Unidos derrotaron a la Confederación esclavista y cuando le dijeron a los franceses que se fueran de México en 1865, después de que derrotamos a la Confederación, en ese momento los Estados Unidos habían emergido como la economía más poderosa en el planeta. Teníamos el nivel más alto de tecnología, no teníamos la ciencia más avanzada, pero tecnología sí. Estabamos creciendo de manera vigorosa, después que nos liberamos de la esclavitud y del esclavismo sureño.

En ese momento, fuerzas en Europa, ciertas fuerzas en Europa, y los británicos en particular, se espantaron. Inmediatamente, en 1876–77, Rusia, Japón, Alemania y otros países empezaron a adoptar las políticas de los Estados Unidos, que son las políticas de Federico List, de Henry C. Carey, del sistema americano de Abraham Lincoln. Lo adoptó Bismark en Alemania en 1873. El zar Alejandro II en Rusia lo adoptó a través de Mendeleyev, quien fue el que contruyó el ferrocarril Transiberiano y estuvo en Filadelfia para la convención de 1876. Japón se transformó bajo la influencia directa de Henry C. Carey, de una nación feudal, en una moderna.

La idea de ferrocarriles transcontinentales como los que tuvimos en los Estados Unidos, que también fue la idea de Federico List, el alemán, se extendió por toda Europa. Se construyó el ferrocarril Transiberiano; hubo propuestas para construir ferrocarriles en cooperación por toda Eurasia. A finales del siglo apareció Sun Yat Sen en China, respaldado por los Estados Unidos, quien buscó crear una nueva China, y los ingleses odiaban todo esto.

Entonces Eduardo VII, cuando todavía era el príncipe de Gales, organizó una serie de alianzas y operaciones bajo la cobertura de lo que se llamaba "geopolítica", para poner a estas naciones aliadas que estaban cooperando —hasta 1898, por ejemplo, Francia, Alemania, Rusia, Japón y otras cooperaron—, para dividirlas, separarlas, acabar con la cooperación que estaban logrando con el liderazgo estadounidense.

Y por eso es que los británicos, y solamente los británicos, organizaron la Primera Guerra Mundial. Tuvieron la Entente Cordiale y los franceses se metieron a ésta, abrazaron a los británicos. Levantaron guerras en los Balcanes para llevar a cabo operaciones en Rusia. Se tomaron el movimiento reaccionario de Rusia y lo lanzaron en contra de la tradición de Alejandro II, y buscaron que se lanzara un ataque a Alemania, y es así como se desató la Primera Guerra, y luego, después, la Segunda Guerra Mundial.

En ese momento el plan de los británicos con los franceses, era desatar a Hitler en Alemania, para que una Alemania dirigida por Hitler atacara a Rusia, y después de eso, cuando Hitler estuviera metido en el problema de Rusia, los franceses y los británicos iban atacar a Alemania por la retaguardia y destruírla. En ese momento, hasta más o menos 1936, la tendencia era excluir a los Estados Unidos de la guerra. Y los británicos son los que organizan el movimiento aislacionista de los Estados Unidos en los 30, porque no querían que los Estados Unidos participaran en eso, en esa guerra que estaban desatando.

Pero luego, los británicos descubrieron que Hitler y Stalin estaban negociando para evitar una guerra entre ellos, entre la Unión Soviética y Alemania, hasta después de que Alemania hubiera derrotado a las fuerzas aliadas de Inglaterra y Francia. En 1936 más o menos, los británicos cambiaron de pensar; se deshicieron de Eduardo VIII, quien era el rey pro Hitler de Inglaterra, y metieron a esta señora, la que fue la señora de Windsor, y le crearon un escándalo al rey y lo sacaron de ahí. Y luego, con ese cambio, metieron a los Estados Unidos como un aliado posible de Inglaterra y Francia en contra de Alemania. Fue así como se desató la guerra.

De nuevo, el mismo tema, geopolítica. Hoy día, enfrentamos una situación en que la desintegración del sistema del FMI ha creado una condición en que India, China, Japón, Corea, el Sureste de Asia, Rusia, Irán y otros países, incluyendo en cierta medida a Francia, Italia y Alemania, están buscando el establecimiento de una nueva unidad de cooperación en Eurasia para construir un nuevo sistema monetario y financiero, un sistema económico nuevo para reemplazar al actual sistema en quiebra de los angloamericanos.

Hay ciertas fuerzas en los Estados Unidos, no todas, que por tanto dicen: "Vamos a usar la geopolítica". Si alguien dice eso, escuchen nada a más a Zbigniew Brzezinski, él habla así. La gente en México se debe acordar de Brzezinski, de la época de Carter, lo que le hizo a México en ese período. Brzezinski dice que necesitamos guerras geopolíticas, incluídas guerras religiosas en Eurasia, e impulsa, o es el portavoz de los que impulsan la guerra, la idea de una guerra en Medio Oriente.

Ahora, yo he tratado esto con varios gobiernos, a través de ciertos canales, y les he dicho: "Miren, no caigamos en los mitos, digamos la verdad". El peligro es que se está creando una guerra en el Oriente Medio por geopolítica, que se puede extender como guerra religiosa, y puede poner en llamas al mundo en el momento que necesitamos la paz y la reconstrucción. Ese es el mismo tema hoy en día.

Entonces, el problema es el siguiente. La idea del imperialismo yanqui es un término muy popular y hemos tenido mucho de eso en el caso de Teddy Roosevelt, y luego con ese gran demócrata racista, Woodrown Wilson, el que desató y reactivó al Ku Klux Klan, siendo presidente, ese tipo de demócrata.

Entonces, sí, se justifica que la gente esté enojada en contra de ciertos intereses en los Estados Unidos, especialmente de los bancos de Nueva York y los que mantienen la tradición sureña, como la tradición de Henry Kissinger o la tradición de William Yandell Elliott de Harvard, que entrenó a Kissinger y era un racista de lo peor, que formaba parte de la sociedad agraria, una organización en pro de la Confederación.

Existen esas fuerzas en la historia del hemisferio, especialmente en México. Existían los filibusteros, ¿de dónde venían? Venían del tío de Teddy Roosevelt, que organizó a los filibusteros que incursionaron en Cuba, México y otros lados.

Los confederados eran los aliados de la operación de Maximiliano en México. La Confederación fue aliada de Maximiliano y de la ocupación francesa.

Así es que sí, tenemos estos problemas en los Estados Unidos, todavía los tenemos. Nixon formaba parte de eso, los representaba. Carter, los representaba. George Bush, padre, los representaba. El hijo, quién sabe qué representa, pero implícitamente por sus asociaciones, también representa esta combinación, la nueva combinación sureña y de Wall Street en Nueva York.

Pero los Estados Unidos como nación, no son, inherentemente, una potencia imperial, por nuestra naturaleza. Existe una tradición tory, que a mí no me gusta, y a ustedes no les gusta, y probablemente nos debemos juntar para garantizar que no siga actuando. Pero también existe la tradición intelectual americana que siempre ha estado aliada a la idea de la independencia de México, como lo estuvo John Quincy Adams y también Abraham Lincoln, y eso también lo tenemos.

Por lo tanto, el problema aquí es que los Estados Unidos no se beneficiaron para nada con lo que pasó en este período. Los Estados Unidos han sido socios, especialmente desde la elección de Nixon, han sido socios de cierta facción en Inglaterra, e hicieron lo que se volvió conspicuo en 89-90, con el desplome de la Unión Soviética, cuando cierta fuerza angloamericana aliada a Miterrand en Francia, decidieron que iban a hacer dos cosas. Iban a aplastar a los alemanas y excluir a los rusos. Con esa política que se ha mantenido vigente desde 1990 hasta la fecha, los intereses angloamericanos han saqueado a Rusia, Ucrania, Asia Central, Polonia, Eslovaquia, la República Checa, Hungría, y así por el estilo. Y los han saqueado para la riqueza mayor de los intereses británicos y estadounidenses. Controlan al Fondo Monetario, y lo usan como un mecanismo para saquear a los países.

Lo que existe hoy día es que los Estados Unidos han estado en quiebra por mucho tiempo. Pero ¿por qué no se ha visto eso? Porque los Estados Unidos han tenido el poder político para robar. Usamos a los Estados Unidos, al Fondo Monetario y a otras instituciones para robar. Fuimos a Rusia e impusimos las condiciones y saqueamos, robamos. Le robamos a México, le robamos a Sudamérica, a Japón. Forzamos a los japoneses a que imprimieran dinero para rescatar al dólar estadounidense, y el sistema bancario japonés está en quiebra como resultado de imprimir dinero para tratar de salvar al dólar estadounidense. El euro fue saqueado para respaldar al dólar. Rusia fue saqueada, el sur de Asia fue saqueado. Lo que se le hizo a Indonesia fue un crímen. Así es que no fue el sistema económico el que saqueó para los Estados Unidos. Más bien, los Estados Unidos saqueron al mundo de la misma manera en que el Imperio Romano saqueó, que saqueó el Imperio Británico, y que los venecianos usaban para saquear. El mismo tipo de sistema.

Así que el poder político de las potencias angloamericanas, esta combinación, tipificada en los Estados Unidos por la tradición de Nixon, la alianza de los banqueros del norte con los racistas del sur, esa combinación, eso es lo que ha tenido el poder en los Estados Unidos, y lo que ha pasado en este período es la destrucción del sistema que construyó la economía mundial.

Claro que hubo injusticias. Conozco muy bien lo que se le ha hecho a México, a Centroamérica en los 50 y 60, claro que ocurrió. Claro que hubo intereses neoyorquinos, les podemos dar nombres, yo, ustedes, los podemos nombrar en cada país, quién de Nueva York y otros lugares tenía el privilegio de saquear a estos países. Sí, eso se hizo. Pero en general, globalmente, hubo un aumento en las capacidades productivas de la fuerza de trabajo y en el bienestar general de estas naciones, aun cuando se les estaba saqueando.

Así es que el asunto se tiene que dividir en dos: la cuestión de los intereses, por un lado, y los sistemas, por otro lado. Existe un sistema económico, uno funciona y el otro no. Hay intereses que no importa el sistema en el que participen, van a saquear o puede ser también beneficioso al otro interés y esa es la ironía de la situación.

En cuanto a la crisis, yo les puedo decir que la crisis existe. Vean las estadísticas, las hemos publicado en EIR. Esto no es simplemente una depresión, eso ya ocurrió, el sistema está en quiebra. No es algo que pueda ocurrir, esto no es episódico, esto ya está muerto. Yo conozco la propaganda que se disemina, pero les puedo asegurar, y todos con los que hablo y con los que trabajo en todo el mundo, y a quienes respeto en cuanto a estas cosas, no todos están de acuerdo en todo, pero todos están de acuerdo en que esto se acabó. Es un cuento, una historia más larga, pero el sistema simplemente se acabó.

¿Cuáles son los intereses en el mundo? ¿Cuáles son los intereses nacionales? ¿Cuáles son los intereses sistémicos? y ¿cuáles son los problemas?

Yo les puedo decir que este mundo podría funcionar bastante bien si no estuviera dominado por esa combinación angloamericana que está detrás del actual sistema monetario internacional. Probablemente funcionaríamos bien, tendríamos nuestros desacuerdos, pero prosperaríamos y esto funcionaría. Y esto es lo que yo creo que se tiene que hacer.

Dr. Ricardo Carrillo Arronte: Doctor LaRouche, yo quiero felicitarlo pero también expresarle un sentimiento de ambivalencia siempre que lo escucho o que leo sus escritos. Porque, por un lado, es muy grato reconocer la existencia de un gran pensador económico como usted, que lucha y esclarece y viaja constantemente por el mundo en una cruzada personal por la razón y la justicia.

Pero por otro lado, es muy desalentador darnos cuenta que los resultados obtenidos por usted mismo, y por otros que como usted luchan en otros planos en los países, los resultados son pírricos o negativos. Empezando por su propio país, donde se dice que es el más democrático del mundo, y sin embargo también ha sido presa de estos mismos intereses que, al igual que en los países más ricos y más democráticos como Estados Unidos, los europeos o Japón, también se han deteriorado los niveles de bienestar, de distribución del ingreso, de seguridad, de empleo y de todos estos valores. Por eso resulta siempre un ejercicio intelectual y de optimismo el escuchar sus conferencias.

Ahora, yo quisiera hacerle dos preguntas muy concretas. Por un lado, como usted lo explicó ampliamente, aceptando el poder hegemónico y represivo de algunos gobiernos, grupos económicos e instituciones internacionales, ¿cuáles serían en su opinión, las acciones más efectivas o eficientes que grupos de pensamiento avanzado no gubernamentales de países dependientes como México, pudieran tomar para colaborar en un cambio en nuestros propios países y a nivel internacional? Porque las medidas que usted ha estado recomendando para los países, presuponen que los gobiernos están en esta línea. Pero usted bien lo sabe que no es un supuesto objetivo.

La segunda pregunta es: después del gran fracaso de todo el pensamiento liberal con la Gran Depresión, el surgimiento del sistema de Bretton Woods y demás, ¿cómo es posible que resurjan con más fuerza, con más crueldad, con más injusticia estos pensamientos a nivel internacional? Concretamente, ¿qué papel tuvo y tiene la Comisión Trilateral que puso en juego Nixon en el diseño y funcionamiento de este sistema que se ha dado en llamar el neoliberalismo?

LaRouche: Las potencias pequeñas no tienen una habilidad independiente para poder cambiar el sistema mundial. Si no lo que ya ocurrió en estos países, no hubiera ocurrido.

El caso de México, por ejemplo, en 1982. México estaba tratando de trazar una línea independiente bajo el presidente López Portillo, que tenía un respaldo entusiasta de círculos importantes en México en ese entonces, y tuvo un apoyo momentáneo del gobierno de Argentina y de Brasil, pero después Kissinger y los círculos que lo rodean intervinieron de manera muy dura en Brasil y en Argentina, también con la intervención de Londres para causar que los gobiernos de Argentina y Brasil desertaran sus promesas firmes para con López Portillo.

México quedó aislado. Kissinger estaba por todos lados y desde ese entonces México no ha podido ejercer el tipo de independencia que había ejercido anteriormente. Esa es la realidad en el caso de México. Les podría documentar eso en muchas otras partes del mundo.

Así es que lo que se requiere es esencialmente una alianza de un grupo de países que pueden formar un grupo de naciones soberanas. Por ejemplo en el caso de Rusia. Hay muchas preguntas respecto a lo que el gobierno de Putin representa. Hay cierta ambivalencia en las políticas económicas de Putin pero no obstante, yo tengo un punto de vista diferente al respecto y he observado varias cosas. El acuerdo entre el presidente de China y Rusia últimamente, siguiendo el acuerdo de cooperación de Shangai. Se trata de un acontecimiento muy positivo. Los nuevos acuerdos entre India y China, nuevos intentos para lograr la paz entre Paquistán y la India, desarrollos importantes que están ocurriendo en el sureste de Asia, que tienen que ver con Malasia y otros países.

Hay desarrollos importantes en Japón que pueden explotar de una manera que va a causar mucho impacto dentro de poco. Cosas importantes que pasan en Corea, el papel de Irán, bajo el liderazgo del presidente Jatami, que es un líder muy interesante que hay que observar, es un líder importante intelectualmente, piensa profundamente y es una persona muy buena.

Entonces lo que pasa con nuestros amigo en Italia. Hay un grupo grande de parlamentarios en Italia que a lo mejor no tienen un gran poder, pero sí pueden ver que hay más parlamentarios en Italia que se han comprometido con la justicia, con la moratoria de la deuda para los países más pobres y con un nuevo Bretton Woods. Entonces eso existe, y eso en Italia más que en cualquier otro país del planeta. Hay gente en Europa y en otro países que piensa de una manera parecida.

Así es que tenemos en el mundo una agrupación significativa de poder que está creciendo, que representan varias naciones soberanas que se están juntando en torno a ideas. Y, desde mi punto de vista, como ustedes saben, las ideas son lo más importante. Los acuerdos no son tan importantes, las ideas sí valen todo, porque cuando la gente está de acuerdo en un principio, entonces sus acciones guiadas por ese principio son beneficiosas.

Yo pienso que en Rusia en particular, como se ve en mis relaciones con algunos de los académicos allá sobre el tema económico, están actuando de una manera muy seria y van en una dirección positiva. Si alguna de estas cosas se juntan, entonces podemos tener una nueva combinación.

En el caso del gobierno de Bush, por ejemplo; al gobierno de Bush yo lo he caracterizado como un desastre internacional, y es un desastre para los Estados Unidos y para otros países también.

Pero un presidente que toma posesión bajo la Constitución de los Estados Unidos recibe muchas presiones, y a veces el hombre en ese cargo, aun una persona improbable, puede responder de una forma útil, aunque improbable, en una crisis. Tenemos una situación en que todo lo que está tratando de hacer el pobre de George Bush, todo va a fracasar, no va a funcionar, todo lo que él quiera hacer no va a funcionar, va a ser un desastre. Asi que ¿se va a quedar ahí sentado sin hacer nada, mientras ocurre un desastre tras otro? O ¿va a empezar a escuchar algunos que digan: "Señor Presidente, ¿sabe qué: por qué no escuchamos lo siguiente, por qué no pensamos en opciones"?

Bush, al principio, quería darle luz verde a Sharon en Israel. Ahora no está tan seguro. Sí, tiene a esos fanáticos religiosos que lo respaldan en los Estados Unidos, que son la fuerza principal que respalda la idea de una guerra religiosa en el Oriente Medio. Son una parte importante de la base de Bush, pero esto ha cambiado.

Hay acontecimientos importantes en los Estados Unidos. Hubo un cambio en el Senado, fue un cambio positivo, pero algo desalentador. Daschle no se ha portado como yo hubiera querido últimamente. Sin embargo, estos cambios están ocurriendo y va a haber más cambios todavía.

Europa va a cambiar. Cuando el principal periódico suizo, el Neue Zürcher Zeitung, dice que la única solución para Argentina es la moratoria a la deuda; ésa es la voz de los banqueros suizos. Y uno mira por Europa, la gente inteligente en posiciones importantes, hasta en Inglaterra, en Francia, Alemania y otros lados está diciendo lo mismo.

Así es que el péndulo está cambiando, en contra del Fondo Monetario y hacia ideas nuevas, porque las personas en posiciones de poder, especialmente en los países relativamente más poderosos, ven las oportunidades más rápido que la gente que está en condición más débil.

Mi preocupación aquí es que México debe darse cuenta que no está al fondo del montón de las naciones. Que hay, que tiene muchos problemas, pero no es lo peor. México es una nación importante, en población una de las más grandes de Suramérica y Centroamérica, Iberoamérica. Es muy importante respecto a los Estados Unidos. El bienestar de México es una consideración de seguridad muy importante para los Estados Unidos. No se puede hacer caso omiso de México, y la manera en que los Estados Unidos se orienta hacia México va a definir cómo el resto del continente trabaja con los Estados Unidos.

Entonces la situación no es una donde no hay esperanza. Yo pienso que cuando las ideas se desploman, las ideas de los tiranos se desploman, entonces las cosas pueden ocurrir y tenemos que mantener las expectativa, las esperanzas muy vivas, pero con la cabeza muy clara y proseguir con confianza.

A veces es como el caso de un gran descubrimiento. En el caso de Colón, por ejemplo, en su descubrimiento de América, que fue un redescubrimiento. Colón no estaba yendo sin saber por dónde iba. Colón sabía a dónde iba, porque Colón estaba trabajando en base a una carta que fue escrita por un amigo del cardenal Nicolás de Cusa. Esa carta se encontró en Portugal, y los amigos de Cusa en Portugal la pusieron a disposición de Colón, quien en ese entonces era un capitán portugués. Entonces Colón, en los 1580, leyó el mapa de Toscaneli. Discutió el problema. Colón sabía del asunto de las corrientes marítimas de ese entonces, de lo que hoy conocemos como las fuerzas de Coriolis, y sabía de estos cálculos que tenía que haber tierra firme a cierta distancia. Colón llevaba un mapa de la ruta, que era un ruta antigua que probablemente, por la que probablemente viajo el fabuloso Ulises. Ulises probablemente viajó también por el Atlántico, por la misma ruta que usó Colón para llegar a lo que hoy conocemos como Santo Domingo, República Dominicana.

Así es que a veces como Colón o como otros grandes descubridores, uno tiene que proseguir en base a la certeza científica y no en base a las tendencias del momento. Hay que proseguir con optimismo fundado en la certeza científica, a sabiendas que uno tiene las capacidades para lograr lo que se sabe que es posible.

Yo lo que le puedo ofrecer a México hoy en día es que sé que estás cosas son ciertas, sé que son posibles, y que lo que se necesita es alentar a la gente para que reconozca esa posibilidad, y que se aproveche y se mueva, y que haga de lo posible lo real.

Marivilia Carrasco: Bueno, Lyn, quiero, primero que todo, agradecer el esfuerzo que has hecho para llevar a cabo esta conferencia. Tengo enfrente de mí varias decenas de preguntas escritas por el auditorio que, por el tiempo, ya no va a ser posible que respondas a todas.

No obstante, me gustaría mencionarte, en honor al público que está presente, las áreas de interés.

Una de las primeras grandes áreas de interés en las preguntas es cómo se prueba que ésta es una crisis sistémica y no es una crisis cíclica. ¿Cómo, científicamente, se demuestra que estamos al final de la globalización? ¿Cuáles son los datos y los elementos que intervienen en ello? ¿Cuál es el papel que juegan los Estados Unidos en cambiar esta situación? Pero si eso no ocurre, si los Estados Unidos no responden, ¿cuál sería la alternativa de un país como México ante la gran crisis, el gran cambio?

La segunda gran área tiene que ver con México como tal, y ése es el número mayor de preguntas. Hay una gran inquietud en conocer, primero, si opinas que el actual sistema bancario nacional está en un estado tan lamentable como el sistema financiero global. ¿Quién genera el crédito? ¿Cómo se dirige el crédito para provocar una reactivación en la economía? ¿De qué manera este crédito, combinado con obras de infraestructura, puede hacer que reaccione la economía y se puede generar una recuperación económica? ¿De qué manera esta política afecta a la población? ¿Qué es lo que México debe hacer con su industria eléctrica y su industria petrolera? ¿Hay esperanzas en que la reforma fiscal como ha sido planteada por el gobierno del presidente Vicente Fox, pueda contribuir a resolver algunos de los problemas que México tiene?

Y finalmente una con menos énfasis, pero no menos importante, me parece a mí, es el aspecto de cuál sería la política de educación, de cultura que debe acompañar a estos programas económicos. Si la crisis actual forma parte de una crisis cultural, ¿cómo se recupera el vigor del patriotismo? ¿Qué tipo de cultura se requiere para recuperar el desarrollo económico? ¿Cuál es el papel de profesiones como la ingeniería y la arquitectura, en relación al diseño de la infraestructura? ¿Cómo se superan atavismos que prevalecieron en intentos de desarrollo de industria e infraestructura anteriores y que no se deberían repetir ahora?

Si tú tienes, a manera de conclusión, algunas palabras respecto a esto, creo que todavía hay una oportunidad. O con suerte nos escribes un documento, como te gusta. Y aquí hay mucho público que va a estar muy interesado en volverlo a leer.

Yo te agradezco nuevamente este esfuerzo y también aprovecho para agradecer a toda la asistencia y al Dr. Héctor Luna de la Vega, quien patrocinó el desarrollo de este evento, que juzgo de extrema importancia para nuestro país, justamente en este momento de grave crisis.

LaRouche: Primero, antes que nada, les quiero dar las gracias a todos ustedes. Hemos tenido ciertas dificultades técnicas en las cosas, para hacer lo que queríamos, pero estas cosas ocurren; uno tiene que perdonarlas, obviamente.

Primero, yo creo que quizás lo más importante es responder a estos tres grupos de preguntas, a forma de una declaración de conclusión mía.

Primero, yo creo que ésta es una crisis sistémica. Por ejemplo vean el caso de una geometría euclidiana, de una geometría escolar que se le dice a los estudiantes que tienen que creer por pura fe en ciertas definiciones, ciertos axiomas y también en ciertos postulados. Luego se les dice que por deducción deben llegar a teoremas que todas serán congruentes con esas deficiones, los axiomas y los postulados. Eso es lo que se conoce en general como un sistema. No es un sistema muy bueno porque no se corresponde a la realidad física. Pero cuando hablamos de sistema, esto, como un sistema intelectual, es un buen ejemplo de eso. Y cuando hablamos de un fracaso sistémico, estamos diciendo que el conjunto de axiomas, bajo el cual una sociedad o alguna función, algún interés está funcionando, si decimos que está condenado al fracaso es porque tiene el conjunto incorrecto de deficiones, axiomas o postulados, o el método incorrecto para generar esos axiomas, definiciones y postulados.

Entonces, el sistema se desploma, no por una crisis cíclica o una crisis coyuntural; no es eso, para nada. Esas las hemos tenido antes. Esta es una genuina desintegración global en que los supuestos son el libre comercio, y que hay que acabar con el Estado nacional a favor de la globalización del libre comercio.

Todos esos supuestos de que ya no debe haber progreso tecnológico, o el supuesto loco de la teoría de la información y de análisis de sistema. Estos tipos de supuestos que se introdujeron en la posguerra, pero que se volvieron un sistema en el período más que nada de los 60. Estas ideas en su conjunto representan un sistema, y eso es lo que está condenado al fracaso.

El problema es el siguiente. Un sistema económico moderno se basa en mejoras a largo plazo del capital. No hablo de mejoras monetarias, hablo de mejoras físicas. Por ejemplo, de la infraestructura económica básica, los sistemas de transporte, de transporte, sistema de manejos de aguas y cosas así por el estilo, la educación, escuelas, inversión en industrias, en todos los tipos de industrias, entrenamiento de fuerza de trabajo en ciertas empresas. Todos eso es capital.

Por ejemplo, toma 25 años para que un recién nacido llegue a la madurez de un adulto, es decir como un adulto maduro, con las destrezas modernas y la competencia moderna. Eso es una inversión. Si se cometen errores en eso, empezando desde el nacimiento del niño, entonces eso se va a pagar caro dentro de 25 años.

Lo mismo si no se mantiene la infraestructura física, se agota si no se reemplaza, si no se mejora se desploma. Entonces, lo que ha pasado en los últimos 35 años, es que hubo una serie de cambios en la manera en que se ha estado haciendo la política, esto ha saqueado y destruído la acumulación de los activos, del capital humano, del capital físico, que se había logrado en los últimos siglos. Y ése es el problema, hemos llegado al fin del sistema, y si no cambiamos las deficiones, axiomas y postulados y los métodos por los que actuamos, nos deplomamos. Mientras que si vamos hacia el pasado un poco, hacia 1945–1964, el sistema en ese entonces se basaba en ciertas definiciones como, por ejemplo, mejorar la infraestructura. Y eso continua en los Estados Unidos hasta fines de los 60. Hubo mejoras netas en la inversión de la infraestructura económica, especialmente a largo plazo.

La inversión en la ciencia, el avanze científico, el entrenamiento de los ingenieros y los científicos para que puedan hacer uso de esas destrezas. Aumentar la estabilidad del hogar, las comunidades estables con familias que están creciendo, con una orientación hacia la familia y este tipo de cosas. La idea de una educación clásica, entretenimiento clásico, es decir formas que son racionales, que se basan en la razón, que inspira en ellos la música clásica por ejemplo, el arte clásico, la literatura clásica, y ese tipo de cosas.

Entonces establecimos una población que en términos netos había logrando un aumento en sus capacidades per capita en los Estados Unidos, por ejemplo, en este período. Yo creo que lo mismo paso en México, así entiendo, hubo una mejora per cápita en México en este período. Pero este potencial se abortó. Hubo presión del extranjero para evitar que se realizara este potencial.

Fue lo mismo en Europa hasta mediados de los 1950 y 1960. Hubo una mejoría general, una recuperación del estado desastrozo en que se encontraba Europa al terminar la guerra. En la Unión Soviética, en general hubo mejoras, pese a los problemas que había, mejoras que las condiciones que existían al finalizar la guerra.

Así que había un sitema, con muchas imperfecciones, pero que funcionaba. Pero el sistema que hemos tenido a partir de mediados de los 1960, especialmente desde 1971, cuando se introdujo el tipo de cambio flotante, no funciona. Lo que vemos es un mundo que no puede continuar sobreviviendo si no se hace algo para cambiar este sistema que nos está matando, y eso es lo que quiero decir cuando hablo de crisis sistémica.

En cuanto al sistema bancario mexicano no nos vamos a preocupar mucho, porque si no se hace algo para cambiar la situación se deplomará. La causa de la muerte no nos preocupa mucho, si no tenemos un sistema nuevo para reemplazarlo. La cuestión del sistema bancario mexicano es cómo salvarlo, porque México necesita, yo pienso, un banco nacional bajo estas condiciones. Sin un banco nacional no es posible el desarrollo interno adecuado. Pero también se necesita una red de bancos privados que tengan una relación estrecha con las prácticas de ahorro de la población, que sean bancos cercanos a las empresas locales que sean parte integral de la comunidad. Que sean un vehículo para organizar crédito, administrar créditos, para dispensar y administrar préstamos, como brazos de un sistema financiero y monetario nacional.

Entonces lo que hay que hacer con el sistema bancario mexicano es salvarlo con la reorganización y los métodos que fueran necesarios para salvarlo.

En cuanto a la electricidad y demás, México debe primero, antes que nada . . . Miren, los Estados Unidos no necesita realmente la energía de México. Tenemos una crisis que es producto más que nada de Carter, del presidente Jimmy Carter y desde entonces no se ha hecho mucho para mejorarlo. Tenemos una escasez de energía. Antes teníamos un sistema bien regulado en los Estados Unidos pero los destruímos. Ahora estamos sufriendo como resultado de eso y de la especulación descabellada.[FIGURE 4]

México nunca tuvo un sistema adecuado. Hubo algunos esfuerzos en torno a Pemex, para desarrollarlo. Por ejemplo, en los primeros años del gobierno del presidente López Portillo, existían planes que se acumularon en su gobierno para desarrollar la energía nuclear en México. Eso es muy sensato, porque la energía nuclear es de una densidad muy alta y a largo plazo es bueno cambiar del petróleo como combustible a la energía nuclear, y más bien usar el petróleo como materia prima para la industria petroquímica y cambiar a otros tipos de energía que tienen una densidad de flujo energético superior.

Por ejemplo, no tiene caso establecer plantas de desalación con petróleo. Más bien hay que tener una fuente de densidad energética más alta como, por ejemplo, una planta nuclear o una planta de fusión termonuclear si la tuvieramos. Así es que lo que necesita México es el desarrollo de su propio sistema energético interno.

No requiere, no tiene que darle energía a los Estados Unidos y este hace lo que tiene que hacer. Sí, le puede vender algo, pero el problema aquí es que la energía mexicana se tiene que desarrollar con un sistema de infraestructura y cosas parecidas, con reformas en este sentido.

En cuanto a la reforma fiscal, esencialmente lo que se necesita es una reorganización por bancarrota del sistema internacional y eso puede ayudar a crear un sistema estable en México.

Como dijo el doctor G. Lautenbach en Alemania en 1931 en una reunión de la Sociedad Federico List, donde se hizo una propuesta que hubiera parado a Hitler si la hubieran adoptado. Lo que él dijo es que nunca hay que adoptar la austeridad fiscal bajo condiciones de depresión. Hay que hacer lo contrario, hay que movilizar el crédito público, crédito para la infraestructura y usar esa inversión como un estímulo para la inversión en capital privado en general.

Así es que lo que se necesita en México no es la austeridad fiscal. México ya ha tenido demasiada austeridad fiscal. Es la austeridad fiscal la que está enviando a ciudadanos mexicanos a los Estados Unidos para buscar empleo que no tienen en México. Los Estados Unidos se está desplomando como importador de último recurso para México si vemos el porcentaje total del empleo mexicano que depende de las exportaciones a los Estados Unidos y si reconocen que esto es principalmente resultado de que hay demasiada austeridad fiscal en México, es decir, no inversión suficiente en la creación de empleos en México, entonces ya tenemos demasiada austeridad fiscal. Más bien necesitamos responsabilidad fiscal en el sentido de usar los recursos, manejar los recursos, administrarlos para el bienestar general de la nación.

Respecto a una crisis cultural, sí, la tenemos, es una crisis cultural global, esto no se limita a México. El asunto es el siguiente, y esto toca a un tema que tiene algo que ver con religión. A mí no me gusta mucho la gente religiosa que solamente se concentra en un solo tema único, singular; tenemos demasiado de eso en los Estados Unidos. Pero hay una cuestión central que es la diferencia entre el hombre y los animales. Y como economista, que es mi especialidad, esta distinción es decisiva para mí y para la economía. La esencia de la diferencia entre el hombre, como especie, y las otras especies animales es que ningún animal es capaz de descubrir y usar, utilizar un principio físico universal. Solamente el ser humano, sólo una mente humana puede lograrlo.

Esto constituye una diferencia fundamental entre el hombre y las bestias.

Así es que empecemos con la moralidad y la cultura, con esto de ¿qué es la naturaleza del hombre? Ahora si uno logra un descubrimiento de principio, a veces hablo del caso de Arquímedes, porque es una oportunidad para hablar de él en ese sentido. Arquímedes era un gran descubridor; hay traducciones en francés de sus grandes obras. A Arquímedes lo mataron, los soldados romanos lo mataron, una gran perdida para la humanidad. Pero Arquímedes hizo descubrimientos que un niño en una escuela hoy en día puede reproducir, descubrimientos de principios físicos universales. Ese niño en ese sentido es capaz de capturar el pensamiento vivo de Arquímedes, que estaba descubriendo las cosas, y hacer que ese descubrimiento sea propio del niño.

En un buen sistema de educación, en una sociedad buena, no intercambiamos información, intercambiamos ideas, como los grandes descubrimientos científicos de Arquímides y otros que tratamos de comunicarle a nuestros hijos. Por ejemplo en México, supongo que en cualquier sistema escolar bueno le enseñaría Cervantes al niño mexicano como parte del programa. Especialmente entiendo que el segundo libro de Don Quijote es de particular importancia. Y estas grandes obras clásicas de ese tipo, por ejemplo, las obras de Rabelais en Francia, obras que comunican ideas que tienen el mismo carácter de descubrimientos de principio físico y se comunica de una mente a otra.

El niño a través de tales grandes obras literarias, puede remontarse a generaciones anteriores y capturar la mente de una persona entonces viva para volver a descubrir lo que hizo esa persona y el niño lo puede reproducir; el niño que estudia Rembrant o que estudia las obras de Leonardo da Vinci o de cualquier gran compositor musical.

Entonces, en una cultura buena celebramos aquello que a nosotros nos hace distintos y superiores a los animales. Celebramos nuestra habilidad de replicar y reproducir los grandes descubrimientos del arte y la ciencia, de la humanidad que nos antecedió. Nos gusta compartir esas ideas con nuestros amigos y hablamos y trabajamos con nuestros amigos de la misma manera como nos gustaría trabajar con grandes científicos de tiempos pasados. Así que nos tenemos respeto mutuo, porque tenemos respeto para lo que somos, seres humanos y nos damos cuenta que todos los seres humanos somos en esencia iguales. Todos tenemos el mismo potencial y a todos se les puede amar de igual manera.

Lo mejor que pueden hacer las naciones es organizarse bien, si son perfectamente soberana. Pero no veamos la diferencia entre nuestra nación soberana y otra nación soberana como causa de algún odio o conflicto. Si nosotros podemos organizar nuestros asuntos internos y si otras naciones pueden hacer lo mismo, y si podemos trabajar con ellas, verdaderamente podremos tener una relación a través de las fronteras que es realmente humana.

Para mí, ésa es la cultura. Lo que tenemos hoy en día a mi parecer es que tenemos una cultura de avaricia y de falta de concepto histórico, que se basa en un concepto corrupto del entretenimiento, y creo que nos destruye más la industria del entretenimiento que cualquier otra cosa, porque tenemos formas de entretenimiento que nos esclavizan, que un animal podría ser mejor que nosotros, y hemos perdido esos aspectos de las relaciones culturales humanas que nos recuerdan que la persona detrás de esos ojos, al otro lado del cuarto, pertenece a una especie muy especial y es una persona esencialmente idéntica a nosotros y nos preocupamos por ellos, no solamente porque se parecen a nosotros en ese sentido, pero lo hacemos también porque sabemos que todos, tarde o temprano, moriremos, y lo mejor que podemos hacer es aportar lo mejor que podamos a las generaciones futuras. Es lo que da sentido a nuestra vida. Y eso es lo que hemos perdido y eso creo yo es la esencia de la crisis cultural.

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