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El FMI necesita una 'reforma estructural', no Argentina
El papel de LaRouche en el documental 'Deuda' impacta a Argentina

LA REVISTA ARGENTINA VEINTITRES ENTREVISTA A
LYNDON H. LAROUCHE

Publicada en octubre de 2004 con el título de "Lyn LaRouche, desopilante 'estrella' de la película Deuda: "No le preguntamos a Anne qué comiste, sino a quién te comiste' "

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Washington—Lyndon LaRouche está causando gran revuelo en Argentina por su papel en el documental Deuda del periodista Jorge Lanata, cuyo estreno tuvo lugar el 7 de octubre. La intervención del ex precandidato presidencial estadounidense en esta situación no es de poca monta, en momentos en que Argentina lucha por su vida. Su defensa de larga data de Argentina contra la política nazi del FMI es bien conocida, y de hecho volvió a reiterar su respaldo en un discurso que pronunció en Washington el 6 de octubre (ver artículo en esta página).

En el preestreno especial del 5 de octubre, al que asistieron integrantes del gabinete, legisladores y otras personalidades políticas de Buenos Aires, hubo un murmullo de asentimiento entre el público, y luego aplausos, cuando LaRouche en la película caracteriza la política del FMI contra Argentina como un "genocidio deliberado", que pretende "quebrar su voluntad para despoblar la región", y "reservar los enormes recursos naturales de Sudamérica... para las futuras generaciones de empresarios angloamericanos".

También destaca la caracterización que hace del funcionamiento del FMI: "Las reglas del juego del FMI son éstas: '¡Oh! ¡Sí! ¡Sí, profesor! Vamos a jugar el juego. Vamos a ser legales. Vamos a ser legales'. Y la función del FMI es decirles a los pobres niños, que son los gobiernos: '¡Hey, niños! Éste es el juego. Éstas son las reglas. Si juegan según las reglas, ¡quizá tengan una buena oportunidad de ganar el juego!' "

"El burócrata del FMI es una calca perfecta de los burócratas de la Gestapo: 'Éste es mi trabajo. No es nada personal. Sólo hago mi trabajo. Este tipo es un estorbo. Mi trabajo consiste en eliminarlo. ¡Eliminarlo!'

"Es la política del FMI. Es la política del libre comercio... Eso llega a ser intencional en cierto momento".

Un día antes del estreno, el director Lanata hizo un comentario contundente sobre la participación de LaRouche en Deuda, en una entrevista que le concedió al periódico La Voz de San Justo: "Lyndon LaRouche, que es uno de los candidatos demócratas a la presidencia de los Estados Unidos... dice que los del FMI son como la Gestapo de la Alemania nazi. Yo coincido en que esos funcionarios son como los tipos que sellaban los trenes que iban a Auschwitz, y cuando les preguntaban qué hacían, los tipos decían que no tenían nada que ver. Esa sensación te dan [la subdirectora gerente del FMI Anne] Krueger, [el vocero del FMI Thomas] Dawson y todos los que aparecen en el documental".

El FMI necesita una 'reforma estructural', no Argentina

La intervención de LaRouche tiene lugar en medio de una guerra brutal del FMI contra Argentina. El 1 y 2 de octubre, en la reunión anual del FMI y el Banco Mundial en Washington, los dirigentes de estas instituciones, y los de la Unión Europea, el G7 y el cartel bancario del Instituto Internacional de Finanzas (IIF), le hicieron advertencias histéricas al presidente Néstor Kirchner: Argentina tiene que llegar de inmediato a un acuerdo de reestructuración de su deuda con los fondos buitres que hacen las veces de "acreedores"; tiene que aumentar su superávit presupuestal primario para pagarle más deuda a estos depredadores financieros; y tiene que imponer una "reforma estructural" para probarle a la comunidad financiera mundial que es merecedora de sus préstamos e inversiones.

Desde el 21 de septiembre, el director gerente del FMI Rodrigo Rato viene amenazando a Argentina. El 29 de septiembre se burló de la insistencia del Gobierno en regular de manera parcial el sector eléctrico, que afectaría de forma "negativa" a los inversionistas extranjeros que en los 1990 compraron —por una bicoca, le faltó añadir— las empresas de servicios públicos privatizadas. Las propuestas de ley que piden tarifas "justas y razonables" para los servicios, y que prohiben las alzas, reflejan un modelo económico equivocado, bramó Rato.

Días antes, Rato le ordenó a Kirchner elevar el superávit presupuestal primario a 4% del PIB. Y, alegando que la crisis de la deuda era un "castigo autoinflingido", afirmó que la cifra actual de 3% es "inadecuada" para garantizar un plan "sustentable" de reestructuración. Para estos hombres–bestia, tienes que ser un asesino para considerarte normal.

En su comunicado, el G7 sólo mencionó a dos países, Iraq y Argentina, lo que llevó a muchos a preguntarse si Kirchner debía esperar pronto una invasión para cobrarle la deuda por la fuerza de las armas.

Los 'patrones de estancia'

Pero Kirchner no se acobarda tan fácilmente, como ponen de manifiesto sus comentarios del 30 de septiembre en la Casa Rosada, el palacio de gobierno. Dijo que su Gobierno tiene el serio compromiso de encontrar soluciones a los problemas que encara el país. Y aludiendo a Rato, dijo: "Cada tanto nos encontramos con dirigentes de organismos internacionales que, como si fueran patrones de estancia, nos dicen lo que tenemos que hacer en el país".

La respuesta de Kirchner no se limita a estos comentarios irónicos. Su discurso del 21 de septiembre ante la Asamblea General de la ONU reflejó un entendimiento considerable de la fragilidad del sistema. En los 1990, dijo, su país era un modelo de las políticas librecambistas del Fondo, lo que terminó en una crisis horrenda. "Nos hacemos cargo de la adopción de políticas ajenas que nos llevaron al peor de los mundos", dijo.

Pero no basta con que los acreedores reconozcan que cometieron errores, como terminó haciendo el FMI en el caso de Argentina. "Se hace necesario un urgente, fuerte y estructural rediseño del Fondo Monetario Internacional para que pueda prevenir crisis y ayudar a su solución", dijo. Sin este cambio, el FMI sólo puede "reclamar teóricas reformas estructurales sobre cuyos resultados nadie garantiza nada... Mientras tanto, en nuestros países se incrementará la desigualdad a causa de la aplicación de esas reformas, y se derramarán lágrimas y pobreza para los millones de excluidos que esas reformas crean. Ellos harán su 'mea culpa', y nosotros veremos crecer la cantidad de pobres si les volvemos a hacer caso. Por eso decimos que los que más reformas estructurales necesitan son esos organismos de crédito internacional", y no Argentina.

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