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LaRouche: debe controlarse la locura de Chávez antes que resulte en una solución ' Pinochet' para Venezuela

7 de febrero (EIRNS)—El precandidato estadounidense a la Presidencia de los Estados Unidos, Lyndon H. LaRouche, hizo una declaración el 7 de febrero a través de su comité de campaña, "LaRouche in 2004", advirtiendo de las probables consecuencias de la situación que prevalece en Venezuela.

"Con su característico estilo inestable y desafiante, el presidente venezolano Hugo Chávez respondió a los esfuerzos favorables del ex presidente estadounidense Jimmy Carter y del gobierno de Lula en Brasil, por desactivar la explosiva crisis venezolana e iniciar negociaciones serias entre el gobierno y la oposición ahí", señaló LaRouche.

"La iniciativa de Carter y los esfuerzos del gobierno brasileño fueron lo correcto", dijo LaRouche, en referencia a la misión de Carter a Venezuela el 20 de enero, donde propuso dos alternativas electorales concretas para enfrentar la crisis política en ese país, y a la iniciativa brasileña de fines de enero, que aglutinó a un grupo de 6 países "Amigos de Venezuela" para también tratar de mediar un diálogo serio que empiece a aplacar la crisis.

"Carter y los Amigos intentaron calmar las cosas, pero ahora Chávez destruye cada acuerdo que se concertaba para sacar a Venezuela del atolladero. Como señalé en una declaración el 21 de diciembre de 2002, 'Hay pruebas fehacientes de que Chávez es, de hecho, un demente en términos clínicos... Las partes pertinentes deben acordar una solución pronta, calmada y pacífica que induzca a Chávez a dejar el cargo, quizá con la ayuda de una asesoría profesional adecuada y amigable'. Las últimas provocaciones de Chávez sólo ponen de relieve mi anterior evaluación y curso de acción propuesto", dijo LaRouche.

Después de de que Carter y el grupo de Amigos de Venezuela presionaron a la oposición para que levantara la huelga general de dos meses que paralizó casi toda la economía venezolana, incluyendo su producción de petróleo, Chávez dio la vuelta y anunció una ofensiva jacobina inmediata para decapitar toda oposición:

* A los líderes del paro se les deben dar "más de 25 años de prisión por traición a la patria", dijo Chávez.

* Debe arrestarse al presidente de Fedecámaras, la mayor agrupación empresarial del país, por su papel en la huelga.

* Se usarán los recién impuestos controles de cambios para hacer quebrar de forma selectiva a la oposición. "Ni un dólar para los golpistas", dijo Chávez. También anunció que había nombrado para la comisión de 5 personas que decidirá quién recibe dólares, a la ex vicepresidenta Adina Bastidas, de infame memoria por sus comentarios en los que justificaba los ataques terroristas del 11 de septiembre como una respuesta al "terrorismo de los opresores... de la dominación WASP, que llega a hacerse insoportable para los más radicales o violentos de los dominados".

* Chávez también amenazó que se desataría la violencia por toda Iberoamérica: "Si las oligarquías del continente no entienden que los cambios son inevitables... la fuerza telúrica de este continente brotará, y como dijo alguna vez Ernesto [Ché] Guevara, [sonarán] 'los gritos de combate y las ráfagas de fuego' ".

LaRouche dijo que "lo que esto significa, es que se necesitan más esfuerzos urgentes de los amigos de Venezuela, para detener de forma pacífica esta demencia de Chávez, antes de que desencadene un golpe estilo Pinochet en ese país y, en consecuencia, un incendio de izquierda vs. derecha por todo el continente. Para mí, es obvio que alguna facción maliciosa de dentro de los Estados Unidos está orquestando la situación alrededor de Chávez, incluyendo a elementos montpelerinistas dentro de la oposición con fuertes vínculos con la parvada de 'gallinazos' de Washington. Ellos aprovechan los problemas mentales de Chávez con el propósito de crear un elemento más de caos estratégico, tanto en el escenario iberoamericano en general, como también en las cuestiones del petróleo internacional que implica la presente amenaza de una guerra en el Oriente Medio.

"El problema esencial aquí, es la condición mental del propio presidente Chávez. Su conducta no sirve a ningún interés rcional. Como me dijo una vez Abba Eban, durante nuestra reunión en Nueva York sobre la paz en el Oriente Medio, uno nunca debe olvidar que 'algunos jefes de estado están clínicamente dementes'. Chávez representa una complicación tal. El mayor peligro es que alguien pueda explotar su cualidad de ser un fastidio para convertirlo en un martir del jacobinismo benthamita. Así, he advertido de una solución 'Pinochet' al problema Chávez", subrayó LaRouche.

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