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Blinken exige a China que rompa con Rusia o se enfrente a sanciones de EU; Xi, impasible

28 de abril de 2024 (EIRNS) — La visita del secretario de Estado Antony Blinken a China del 24 al 26 de abril, incluida como parte de la nueva diplomacia de alto nivel entre los dos países establecida en la cumbre Xi-Biden del 15 de noviembre del año pasado, se centró en tratar de presionar a China para que rompiera sus lazos económicos más esenciales con Rusia, o que se atenga a las consecuencias. Desesperado por el fracaso de los esfuerzos de la OTAN para detener los avances rusos sobre el terreno en Ucrania, Washington esperaba tener suficiente influencia sobre China, debido a las amplias relaciones comerciales, para obligarles a alejarse de Rusia, o de lo contrario enfrentarse a sanciones financieras mortales del tipo de las que se están aplicando ahora a Rusia. La táctica no funcionó. 

En una entrevista con Steve Inskeep de la radiodifusora NPR, el 26 de abril, después de que Blinken se reuniera con el Presidente Xi Jinping, Blinken insistió en que China "es el proveedor número uno de los componentes críticos para que Rusia reconstruya su base industrial de defensa: máquinas herramientas, microelectrónica, óptica y otras cosas". Eso tiene que acabar, amenazó. "Ya nos han visto tomar medidas contra más de 100 entidades chinas con sanciones, aplicando controles a la exportación. Hay otras medidas que estamos totalmente dispuestos a tomar. Y como he dicho antes, si China no actúa, lo haremos nosotros". Blinken lanzó la misma amenaza el mismo día en una entrevista con Kylie Atwwod, de CNN: "Lo que le dijimos a China es lo siguiente: vamos a tomar medidas, ya lo hemos hecho; y si no se detiene, vamos a tener que tomar más medidas, y pueden anticipar que otros países lo harán también... Esperamos que ellos [China] actúen, y... si no lo hacen, lo haremos nosotros". 

A principios de semana, el Wall Street Journal había sugerido que Estados Unidos lanzara una guerra financiera total contra China, hasta llegar a la "opción nuclear" de expulsarla del sistema SWIFT de comunicaciones interbancarias. 

Blinken recibió respuesta tanto del ministro de Asuntos Exteriores, Wang Yi, como del Presidente, Xi Jinping, en sendas reuniones. Wang le dijo que están aumentando los "factores negativos" en las relaciones entre Estados Unidos y China, y que están causando "todo tipo de perturbaciones". Señaló que "los legítimos derechos de desarrollo de China han sido suprimidos de forma irrazonable y nuestros intereses fundamentales se enfrentan a desafíos", y advirtió al gobierno de Biden que "no pise las líneas rojas de China". Wang también expresó su preocupación por el hecho de que Estados Unidos ya hubiera tomado medidas que no eran congruentes con los acuerdos alcanzados durante la cumbre de noviembre en San Francisco entre Xi y Biden. 

En la reunión de Blinken con el Presidente Xi, en una sala de conferencias y no en un entorno menos formal, con ambos sentados uno al lado del otro en cómodos sillones, Xi reiteró los principios en los que debe basarse la relación entre Estados Unidos y China: establecer conjuntamente un entendimiento correcto, gestionar conjuntamente las diferencias de forma eficaz, promover conjuntamente una cooperación mutuamente beneficiosa, asumir conjuntamente las responsabilidades de grandes potencias y promover conjuntamente los intercambios culturales y entre pueblos. El Presidente Xi declaró que "China y Estados Unidos deben ser socios en vez de rivales; ayudarse mutuamente a tener éxito en lugar de perjudicarse; buscar un terreno común y reservar las diferencias en lugar de dedicarse a una competencia despiadada; y honrar las palabras con hechos en lugar de decir una cosa pero hacer otra". Y agregó: "Vivimos en un mundo interdependiente y subimos y bajamos juntos. Con sus intereses profundamente entrelazados, todos los países necesitan construir el máximo consenso para obtener resultados beneficiosos para todos y que todos ganen." Dijo que "China y Estados Unidos deben dar ejemplo en este sentido, asumir responsabilidades por la paz mundial, crear oportunidades para el desarrollo de todos los países, proporcionar al mundo bienes públicos y desempeñar un papel positivo en la promoción de la unidad global”. 

"China no teme la competencia, pero la competencia debe consistir en progresar juntos en lugar de jugar a un juego de suma cero. China está comprometida con la no alianza, y Estados Unidos no debe crear pequeños bloques. Aunque cada parte puede tener sus amigos y socios, no debe atacar, oponerse o perjudicar a la otra", una referencia no tan sutil a la relación entre Rusia y China. 

En una rueda de prensa posterior a su reunión, Blinken reiteró todas las letanías que había recitado en sus reuniones, es decir, nada de desacoplamiento, nada de apoyo a la independencia de Taiwán y nada de una nueva Guerra Fría; promesas que se rompen a diario con las acciones del gobierno de Biden. Pero al mismo tiempo dejó claro que si China no hacía nada por restringir su comercio de alta tecnología con Rusia, Estados Unidos y sus "aliados" estaban dispuestos a imponer nuevas sanciones. El Secretario de Estado, habitualmente nervioso, parecía estarlo aún más al hacer esta declaración. 

Aunque probablemente exista un consenso en el gobierno de Biden con respecto a este asunto, no está nada claro hasta qué punto pueden presionar a sus "aliados" para que avancen en la dirección de imponer sanciones contra China.

 

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