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Primer volante del movimiento de resistencia en contra de Hitler, “La Rosa Blanca”

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24 de octubre de 2023 (EIRNS) —Miembros del grupo de resistencia contra el nazismo, La Rosa Blanca, escribieron y distribuyeron un total de seis volantes para organizar a la oposición al gobierno nazi de Alemania durante el período comprendido entre 1942 y 1943. Fueron capturados en 1943 mientras los distribuían y ejecutados poco después. A continuación reproducimos el texto de su primer volante, que distribuyeron en junio de 1942. Su contenido sigue siendo hoy día increíblemente vigente: 

Nada hay más deshonroso para un pueblo civilizado que dejarse "gobernar" sin resistencia por una camarilla irresponsable de gobernantes entregados a oscuros instintos. ¿No es cierto que todo alemán honrado se avergüenza hoy de su gobierno? ¿Y quién de nosotros puede intuir las dimensiones de la deshonra que caerá sobre nosotros y nuestros hijos una vez que el velo haya caído de nuestros ojos y los crímenes más horrendos y extravagantes salgan a la luz? Si el pueblo alemán está ya tan corrompido y desintegrado en lo más profundo de su ser que sin levantar una mano (sin pestañear), confiando temerariamente en una cuestionable ley de la historia, renuncia a lo más elevado que posee el ser humano y que lo eleva por encima de cualquier otra criatura, a saber, el libre albedrío, renuncia a la libertad del hombre para intervenir él mismo en la rueda de la historia y subordinarla a su decisión racional, si los alemanes están tan desprovistos de toda individualidad, se han convertido ya tanto en una masa descerebrada y cobarde, entonces, sí, entonces merecen la ruina. 

Goethe habla de los alemanes como de un pueblo trágico, similar a los judíos o a los griegos, pero hoy en día parecerían más bien un rebaño de seguidores superficiales y sin carácter, despojados de su esencia y a los que se les ha extraído hasta la médula, y que ahora sólo esperan ser acosados hasta su destrucción. Eso parece; pero no es así. A través de una violación gradual, traicionera y sistemática, cada una de las personas ha sido más bien metida en una prisión de la mente, de la que sólo se da cuenta después de encontrarse ya encadenada. Sólo unos pocos han reconocido la inminente fatalidad y sus heroicas advertencias han sido recompensadas con la muerte. Del destino de estas personas se hablará más adelante.

Si todo el mundo espera a que su vecino dé el primer paso, los mensajeros de la vengativa némesis se acercarán cada vez más, y la última víctima será arrojada sin sentido a la garganta del insaciable demonio. Por lo tanto, cada individuo debe ser consciente de su responsabilidad como miembro de la cultura occidental y presentar una lucha lo más feroz posible, debe trabajar contra las lacras de la humanidad, contra el fascismo y cualquier sistema similar de totalitarismo. Ofrece resistencia —resistencia— dondequiera que estés, impide que esta máquina de guerra atea siga y siga funcionando, antes de que sea demasiado tarde; antes de que la última ciudad, como Colonia, yazca en ruinas; y antes de que el último joven de la nación haya muerto desangrado en algún lugar de los campos de batalla por la arrogancia de un subhumano. No olvides que cada pueblo merece el régimen que está dispuesto a soportar. 

Extracto de "La legislación de Licurgo y Solón" de Federico Schiller: 

"...Visto con relación a su propósito, el código judicial de Licurgo es una obra maestra de la ciencia política y del conocimiento de la naturaleza humana. Deseaba un Estado poderoso e indestructible, firmemente asentado sobre sus propios principios. Su objetivo era alcanzar el poder político y la permanencia, y lo logró en la mayor medida posible dadas las circunstancias. Pero si se compara el propósito de Licurgo con los propósitos de la humanidad, entonces habrá que desaprobar profundamente la admiración que sentimos en un primer momento. Cualquier cosa puede sacrificarse por el bien del Estado, excepto aquel fin para el que el propio Estado sólo sirve como medio. El Estado nunca es un fin en sí mismo; sólo es importante como condición bajo la cual puede alcanzarse el propósito de la humanidad, y este propósito no es otro que el desarrollo de todos los recursos humanos, el progreso. Si una constitución política impide el desarrollo de las capacidades que residen en el hombre, si interfiere en el progreso del espíritu humano, entonces es censurable y perjudicial, por muy excelentemente concebida que esté, por muy perfecta que sea a su manera. Su permanencia misma en ese caso equivale más a un reproche que a un fundamento para la fama; se convierte en un mal prolongado, y cuanto más perdura, más dañina es... 

"A costa de todo sentimiento moral se consiguió un mérito político, y los recursos del Estado se movilizaron con ese fin. En Esparta no existía el amor conyugal, ni el amor materno, ni el amor filial, ni la amistad; todos los hombres eran únicamente ciudadanos, y toda virtud era cívica... 

"Era obligación de los espartanos por ley ser inhumanos con sus esclavos; con estas infelices víctimas de la guerra la propia humanidad misma era insultada y maltratada. En el código de leyes espartano se promulgaba el peligroso principio de que los hombres debían ser considerados como medios y no como fines; de este modo se demolieron jurídicamente los fundamentos del derecho natural y de la moral... 

"¡Qué admirable espectáculo ofrece, por contraste, el rudo guerrero Cayo Marcio en su campamento ante Roma, cuando sacrifica la venganza y la victoria porque no puede soportar la visión de las lágrimas de una madre!... 

"El Estado [de Licurgo] sólo podía perdurar bajo una condición: si el espíritu del pueblo estaba quiescente. Por lo tanto, sólo podía mantenerse si no lograba alcanzar el más elevado, el único propósito de un Estado”. 

De "El despertar de Epiménides" de Goethe, Acto II, Escena 4: 

ESPÍRITUS 

Aunque quien se ha levantado audazmente del abismo 

Con voluntad de hierro y astucia 

pueda conquistar medio mundo, 

Sin embargo, al abismo debe volver. 

Ya se ha apoderado de él un miedo terrible; 

¡En vano resistirá! 

Y todos los que aún se aferraban a él 

Han de perecer en su caída.

 

ESPERANZA 

Ahora me encuentro con mis buenos hombres 

Que se han reunido en la noche 

Para esperar en silencio, no para dormir. 

Y la gloriosa palabra de libertad 

Cecean y tartamudean, 

Hasta que en desacostumbrada novedad, 

En los escalones de nuestro templo 

Una vez más con deleite gritamos: 

(con convicción, en voz alta:) 

¡Libertad! 

(más moderadamente:) 

¡Libertad! 

(eco desde todos los lados y extremos:) 

¡Libertad!

Por favor, ¡haz tantas copias (en papel carbón) como puedas de este volante y distribúyelo!

 

Para mayor información escriba a preguntas@larouchepub.com

 

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