1º de mayo de 2024 (EIRNS) — La redacción de EIR News Services (EIRNS), al igual que otros medios informativos, recibió el siguiente comentario, con ese titular, del dirigente de The LaRouche Organization (La Organización LaRouche) Douglas Mallouk, de Baltimore, Maryland. Por ser de interés general la reproducimos íntegra. 

Llámelo operación de distracción, si quiere. Cada vez que el gobierno de Israel es sorprendido en un nuevo delito, sus apologistas se apresuran a cambiar de tema. Por lo general, eso conlleva una acusación extravagante de su parte, que genera una gran cantidad de tinta de la prensa complaciente, pero que resulta, un buen tiempo después, que habían sido puras tonterías. Sin embargo, el desfase temporal entre la acusación y su posterior refutación sirve al deliberado propósito de "hacer desaparecer" las repercusiones de la atrocidad original perpetrada. 

¿Es sólo una coincidencia que el 26 de enero, el mismo día en que la Corte Internacional de Justicia dictaminó que la acusación contra Israel por genocidio era "plausible", el gobierno de Netanyahu alegara de repente que el Organismo de Obras Públicas y Socorro de las Naciones Unidas (UNRWA, por sus siglas en inglés) estaba contaminado por sus conexiones con Hamás? Primero fueron doce empleados (de entre miles), luego el hilo se amplió hasta incluir al 10% de los trabajadores humanitarios. Sin pruebas, ni siquiera una investigación, Estados Unidos y nueve gobiernos europeos suspendieron de inmediato el financiamiento a la única organización capaz de entregar a gran escala alimentos y medicinas vitales a los desesperados habitantes de Gaza. Meses después, a falta de la más mínima prueba de estas horribles afirmaciones, algunas naciones europeas decidieron reanudar sus aportaciones. Pero la sentencia decisiva de la Corte Internacional de Justicia (CIJ) quedó relegada al lugar de una "noticia vieja". 

Después, a mediados de abril, se descubrieron unos 300 cadáveres en una fosa común a las afueras del hospital Nasser en Khan Younis. Informes fidedignos indican que los cadáveres tenían las manos y los pies atados y estaban desprovistos de ropa, muy probablemente como resultado de una ejecución. También fueron denunciadas otras atrocidades indescriptibles. Sin embargo, nada de esto recibió ni de lejos la cobertura que tuvieron las acusaciones, probadamente falsas, de bebés israelíes decapitados, mujeres embarazadas atacadas, etc., después del 7 de octubre. 

En gran medida, eso se debe a que el Primer ministro Netanyahu hizo otro descubrimiento asombroso hace poco, a saber, que las protestas en los campus universitarios de Estados Unidos contra los asesinatos masivos de civiles en Gaza, en su inmensa mayoría no violentas, con un número creciente de jóvenes estudiantes judíos como protagonistas destacados, ¡recuerdan de manera espantosa a los mítines nazis de 1930! Esta acusación despreciable y absurda pretendía desviar la atención: no nos preocupemos por la seguridad de los palestinos bombardeados, hambrientos y enfermos. Más bien, tengamos debates interminables sobre la difícil situación de aquellos que se han sentido "incómodos" por la expresión visible de opiniones políticas con las que no están de acuerdo. 

Los políticos y expertos estadounidenses han hecho todo lo posible para fomentar estas operaciones de engaño y distracción. ¿Cuándo se van a cansar los estadounidenses de que los engañen? 

Atentamente,

Doug Mallouk