30 de abril de 2024 (EIRNS) — El sábado 27 de abril, el profesorado convocó a una reunión en la Universidad de Emory, Atlanta, Georgia, para deliberar sobre la violenta respuesta de la policía el 25 de abril a una manifestación pacífica en la universidad. Fue la mayor reunión del profesorado en al menos 20 años y, sin embargo, al parecer, varios de los profesores estaban todavía tan pasmados por la brutalidad ejercida por la policía que consideraron que incluso una reunión del profesorado de la institución les resultaba demasiado estresante para asistir. 

Una profesora que ni siquiera participaba en la protesta, pero pasaba por allí cuando un policía estatal le dijo que se tirara al suelo. Cuando la profesora intentó explicar que formaba parte del profesorado, el agente le apuntó a la frente con un rifle cargado con balas de goma. La profesora afirma que ya no se siente segura en su entorno de trabajo y se niega a regresar a la universidad. Está hablando con su abogado para emprender acciones legales contra la inseguridad en las condiciones de trabajo. 

Otro profesor que tampoco participó en la protesta dijo que la policía le empujó al suelo. Dijo que era como una "zona de guerra", según la reseña del diario británico The Guardian. Él también se había identificado como profesor, pero fue detenido y esposado de todos modos. Este profesor dijo que no pudo asistir a la reunión de la facultad del sábado, porque temía "perder el control". 

Mucho antes, la administración de la universidad había solicitado la opinión del profesorado para elaborar una política universitaria sobre los casos en que se debía acudir a la policía. Todos coincidieron en que sólo se debe llamar a la policía al campus "bajo amenaza de daños corporales o destrucción de la propiedad". La administración incumplió su propia política. El cuerpo de profesores que se reunió el sábado emitió una declaración en la que dan un “voto de no confianza" al presidente de la universidad, Gregory Fenves, y piden su destitución.  Asimismo, 19 legisladores del estado de Georgia emitieron una declaración en la que denunciaron "el uso de tácticas antidisturbios extremas y la peligrosa escalada ante unas protestas que, a todas luces, eran pacíficas y no violentas".