6 de mayo de 2024 (EIRNS) — La noche del sábado 4 de mayo salieron a la calle decenas de miles de manifestantes para manifestarse contra la política guerrerista del gobierno de Israel y exigir que se llegue a un acuerdo con Hamás para "detener la guerra". En Estados Unidos, un acto así sería tachado de "antisemita", pero estas protestas tuvieron lugar en Jerusalén y Tel Aviv. El periódico The Times of Israel informó que los manifestantes estaban furiosos por la última declaración del gobierno en la que negaba que Israel se comprometería a poner fin a la guerra para liberar a los rehenes. Aunque el "funcionario" responsable de la declaración gubernamental era anónimo, la mayoría de los medios de comunicación israelíes la atribuyeron rápidamente al Primer ministro, Benjamin Netanyahu. 

Los manifestantes traían pancartas en las que se leía "Alto a la guerra". Parte de la multitud intentó bloquear un importante cruce de tráfico, y otros bloquearon parte del tranvía de Jerusalén. Hubo enfrentamientos con la policía. Al menos tres personas fueron detenidas, entre ellas una ex asistente de Naama Lazimi, miembro del parlamento (Knéset). Ella misma asistió a la protesta de Tel Aviv, y luego lo publicó en la plataforma X: "Estas detenciones fraudulentas y la violencia en la mentalidad de [el ministro de Seguridad Nacional, Itamar] Ben-Gvir tienen que cesar y debemos hacer frente a ello con toda nuestra firmeza. Actuaremos contra esta locura con todas las herramientas a nuestro alcance". El líder de la oposición, Yair Lapid, dijo en el mitin que Netanyahu "debería enviar un equipo negociador a El Cairo esta noche, y darles la orden de que no vuelvan sin un acuerdo”. 

Tom Barkai, organizador del Foro de Rehenes y Familiares Desaparecidos, dijo en la concentración de Jerusalén: "No nos callaremos, y ustedes no nos callarán hasta que ellos [los rehenes] regresen. Y éste es el momento de actuar, el momento de dejar de contar los días y traerlos de vuelta ya". 

En Tel Aviv, la multitud intentó bloquear carreteras. En el intento de bloquear la autopista Ayalon, una persona fue detenida y otras 16 multadas. La marcha principal atravesó el corazón de la ciudad, con una larga sentada en la calle Begin. La multitud hizo caso omiso de la orden policial de dispersarse. Einav Zangauker, cuyo hijo, Matan Zangauker es uno de los rehenes, dijo durante una conferencia de prensa en Tel Aviv que un acuerdo con Hamás está al alcance, pero "Netanyahu está una vez más tratando de torpedear la única oportunidad que tenemos de salvar a los rehenes". Está "cometiendo un crimen contra su pueblo". Danny, cuyo hermano es el rehén Itzhak Elgarat, dijo en la manifestación: "Bibi, no puedes engañarnos. Estás dando rodeos para complacer a Ben-Gvir y mantenerte en el poder. No te importan los 132 rehenes... Entrar en Rafah es una sentencia de muerte para los rehenes". Yael Or, cuyo primo Dror Or fue asesinado el 7 de octubre, declaró: "No podemos seguir escuchando a este gobierno, a esta gente extrema y cruel, que nos retuerce el cuchillo en el corazón una y otra vez, y no podemos seguir soportando su maldad, su indiferencia, su insensibilidad y su falta de respeto por las vidas humanas". 

En una de las concentraciones más pequeñas, la Dra. Yolanda Yavor declaró: "Somos ciudadanos que respetamos la ley, pero se ha roto el orden. No somos nosotros quienes lo hemos roto. El único culpable de la masacre, los miembros de su sangriento gabinete y su despreciable coalición son los que han roto el orden". 

La semana pasada, el presidente de la Cámara de Representantes de Estados Unidos, Mike Johnson, impulsó un proyecto de ley que declara "antisemitas" los ataques de este tipo contra el gobierno de Israel. Parece sólo cuestión de tiempo que Johnson envíe suministros militares adicionales a Israel para hacer frente a este brote masivo de presunto "antisemitismo".